Gregorio Ortega Molina
*Eutanasia o muerte anticipada en política es parte de la Regeneración Nacional. Perdonar puede percibirse como tolerancia aunque olvidar equivalga a aprobar post facto
A políticos, sociólogos y toda la caterva de intelectuales parece asustarle el significado original de las palabras. Buscan los pseudónimos menos crudos o, de plano sustituyen una por dos, tres o más. El caso de la EUTANASIA les causa escozor, les da ñañaras.
Este es un México católico repleto de códigos morales que no se cumplen y de leyes que se violan. De allí que la corrupción enseñoree en todos los ámbitos sociales y modifique códigos de conducta. Quizá se aprendemos a ver la muerte como lo que es -de acuerdo a las prácticas religiosas o al agnosticismo-, recuperemos el respeto por nosotros mismos y reconstruyamos los hábitos seculares con sus códigos de ética y el respeto a los espacios que se comparten.
Llama la atención que Olga Sánchez Cordero anuncie que durante el gobierno que sustituye al peñato, promoverán reformas en los códigos civiles para consagrar el derecho a una muerte digna, que aspira a garantizar el derecho de los pacientes terminales a adelantar su partida, su adiós a este mundo, debido al dolor que sólo es soportable con dosis incrementadas de morfina.
Añade la nota informativa: “La propuesta de la futura secretaria de Gobernación es aplicar en todo México la ley de voluntad anticipada, que ya existe en 11 Estados del país, pero no es equiparable a la eutanasia, que aún se castiga hasta con 12 años de cárcel”.
¿Hay diferencia ontológica, filosófica y ética entre voluntad anticipada, muerte digna y eutanasia? Nones, para los preguntones.
Las entradas a eutanasia en el Diccionario del lenguaje filosófico, indica:
1.- Palabra creada por Roger Bacon a partir de eu (bien), thanatos (morir). De la definición que se le dé depende el valor moral de los actos que procuran la eutanasia.
2.- En su sentido etimológico y primitivo: Ayudar a morir en mejores condiciones. <Muerte feliz> <Buena muerte, dulce y sin sufrimiento>. El médico procura la eutanasia con analgésicos.
3.- En muchos contemporáneos: muerte acelerada por intervención destinada a atenuar el dolor; muerte provocada para poner fin a una existencia demasiado dolorosa.
El hecho de que elijan eufemismos para la eutanasia no evitará que los prelados, los teólogos y los conservadores rechacen la propuesta por anticipado; juristas pudieran alegar que la “muerte anticipada” puede utilizarse para ocultar un crimen. ¿Quién certificará que en ser humano, un paciente, es candidato a irse prontito de este mundo?
Lo anterior me lleva a la siguiente reflexión: en política se practica <la muerte anticipada>, la desaparición acelerada de los escenarios públicos, de los espacios civiles y cívicos. Sin embargo, todo indica que en esta ocasión los corruptos y los corruptores pudieran librarla, vivir más de la cuenta para disfrutar de esas fortunas acumuladas en perjuicio de los gobernados, de los contribuyentes, de burócratas y profesionistas y obreros y ninis. La muerte civil y política no les sentaría mal a los afectados, y haría mucho bien a quienes la merecen, junto con sus familias.
Eutanasia o muerte anticipada en política es parte de la Regeneración Nacional. Perdonar puede percibirse como tolerancia aunque olvidar equivalga a aprobar post facto. El asunto no es menor, veamos dónde nos conducen.