*Como sociedad estamos desbordados y con los ánimos caldeados, porque así conviene al poder presidencial, para eso “bulea” a los mexicanos durante cada conferencia de prensa
Gregorio Ortega Molina
Quedaron atrás los días de un posible diálogo, de la débil contención en los ánimos y la palabra, porque desde el poder se asienta el cinismo del obcecado: aunque lo dicho es cierto, mi razón es la que tiene el peso del poder. Nada contendrá ya la abierta confrontación entre mexicanos.
Leo en la información: “El presidente Andrés Manuel López Obrador cuestionó este martes (21 de marzo último) el comunicado del Poder Judicial que publicó en contra de las expresiones de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia Nacional (SCJN), Norma Piña, al asegurar que no habían hecho lo mismo en otros casos, como el del incendio de una guardería en el norte de México donde murieron 49 niños”.
Sólo una pregunta cabe, y sé que quedará sin respuesta: ¿el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, fue propiciado por declaraciones del presidente de la República, y ocurrió durante un evento para consagrar la imagen del tlatoani? Lo cierto es que la voz de Palacio Nacional alienta y fomenta y exige el odio entre mexicanos, pues es la única manera que los que hoy mandan conocen para aferrarse al poder.
Las pasiones están desbordadas y podría llegarse a las manos, primero, después a la agresión artera y violenta entre el 33 por ciento de electores que sufragaron en 2018 a favor de lo que hoy sucede, y el otro 67 por ciento que lo hizo en contra o se abstuvo. Para detener la guerra civil, es necesario que los abstencionistas se sacudan la consciencia y acudan a votar, tanto durante 2023 como 2024. Está en juego la patria, porque lo que creímos nuestro destino desapareció al momento en que traicionaron el proyecto de Nación plasmado en la Constitución.
Lo que hoy sucede en la sociedad es grave. Está consignado: “Norma Lizbeth, la jovencita asesinada por una compañera de escuela, es tendencia en redes sociales y no es para menos, ya que la víctima sufría constantemente bullying y eso le provocó la muerte a la adolescente de 14 años.
“Los familiares señalaron que el bullying, negligencia y mala atención médica es lo que hay detrás de la trágica muerte de Norma Lizbeth y la directora de la escuela ya sabía que la adolescente sufría de acoso e ignoró este caso”.
Es una escena de lo que sucede en México. Como sociedad estamos desbordados y con los ánimos caldeados, porque así conviene al poder presidencial, para eso “bulea” a los mexicanos durante cada conferencia de prensa.
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