*Con el encogimiento del Estado para cumplir con los consensos de Washington, hicieron de la presidencia imperial una institución débil que, como dijo Luis Echeverría, dejó de mandar también a sus nietos
Gregorio Ortega Molina
Si en la administración de justicia anglosajona el resultado de los juicios sienta precedente, y determina el marco jurídico en que fiscales, jueces y jurados han de tomar sus decisiones, en el marco legal mexicano no sucede así. Allá, la ley la modifican las sentencias; aquí, las necesidades políticas.
En la procuración de justicia es distinto. Sólo los investigadores acuciosos estudian casos similares para orientar sus pesquisas, pero siempre están seguros de que todo crimen es distinto, salvo los cometidos por los asesinos seriales.
Por ejemplo, nada hay similar en los genocidios ejecutados u ordenados por Adolfo Hitler, José Stalin y el emperador de Japón, salvo que fueron instrumentados por sus esbirros.
Lo que sí se repite son los errores de los MP’s cuando sus carpetas de investigación son determinadas por razones políticas, y no por las exigencias del mandato constitucional y el cumplimiento de la ley. Este aserto me permite suponer que la 4T tendrá, en El caballo blanco de Coatzacoalcos, su Ayotzinapa.
Los quebrantos a la ley correspondientes al fuero común, deben permanecer en esa jurisdicción y no ser atraídos por la procuración de justicia federal, porque esa decisión es de carácter político. Ángel Aguirre, como muchos otros ex gobernadores, lo sabe bien. Llegó por Aguas Blancas a su primer cargo de gobernador, y se despidió de la segunda oportunidad de gobernar, por los 43 normalistas desaparecidos. En el primero el crimen le pagó, en el segundo, se las cobró.
La nueva investigación a partir de cero, en estricta administración de justicia, quedará en cero, porque las decisiones políticas mancharon todo el proceso, una y otra vez.
En cuanto a los muertos en El caballo blanco, puedo permitirme a aventurar que ocurrirá lo mismo, porque Cuitláhuac se empeñará en culpar a Winckler de lo ocurrido en ese bar, sin importar siquiera las consideraciones que deben guardarse con los deudos.
Leo lo que Don Winslow escribe con referencia a este México nuestro: “Los cárteles se convierten en pequeños estados y los narcos en políticos que mandan a otros hombres a la guerra.
“Una guerra civil en este caso.
“Violencia de policías contra policías”.
Ahora adquiere su auténtico valor lo afirmado por José López Portillo en referencia a su persona. Efectivamente fue el último presidente de la Revolución, y con el encogimiento del Estado para cumplir con los consensos de Washington, hicieron de la presidencia imperial una institución débil que, como lo señaló Luis Echeverría, dejó de mandar también a sus nietos.
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