CIUDAD DE MÉXICO.– La industria de la construcción, considerada globalmente una de las más contaminantes por el volumen de materiales que moviliza y los residuos que genera, enfrenta en México un desafío crítico de sostenibilidad. Tan solo en la Ciudad de México, este sector produce alrededor de 14 mil toneladas diarias de residuos de construcción y demolición (RCD), de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente capitalina.
El Inventario de Residuos Sólidos de la Ciudad de México 2020, último diagnóstico integral disponible al 2025, confirma que cada año se acumulan 2 millones 155 mil 708 metros cúbicos de escombros, de los cuales únicamente 86 mil 427 m³ son aprovechados, según datos del Congreso de la CDMX.
Para dimensionar el impacto, este volumen equivale a levantar en el Zócalo una montaña de más de 46 metros de altura, similar a un edificio de 15 pisos o a llenar más de un Estadio Azteca completo, aproximadamente 1.13 veces su capacidad, tan solo con escombros.
Ante esta realidad, tecnologías que permitan anticipar daños, reducir fallas y alargar la vida útil de puentes, edificaciones e infraestructura urbana se vuelven esenciales. Huella Estructural, compañía especializada en monitoreo de la salud estructural, ha demostrado que vigilar el comportamiento real de una estructura en tiempo real no solo previene incidentes, sino que también implica un ahorro significativo para gobiernos y empresas.
“Una industria de la construcción más sostenible no solo es reducir residuos sino extender la vida útil de la existente. El monitoreo de salud estructural permite anticipar daños, prevenir demoliciones innecesarias y optimizar el uso de materiales, contribuyendo directamente a disminuir la generación de RCD y a una gestión más eficiente, segura y responsable del entorno construido”, señaló Felipe Martínez, director general de Huella Estructural.
De acuerdo con la empresa, el monitoreo estructural reduce hasta 40% las intervenciones mayores y una reparación representa solo el 15% del costo de una reconstrucción. La detección temprana de deformaciones, vibraciones o deterioro permite intervenir antes de que un daño menor se convierta en una reposición total, evitando gastos multimillonarios y reduciendo drásticamente el desperdicio de materiales.
“El impacto económico, el monitoreo estructural avanzado contribuye directamente a la sustentabilidad del sector construcción. Cada estructura que se rehabilita en lugar de demolerse, y cada obra que prolonga su vida útil gracias a datos precisos, representan toneladas de residuos que no llegan a rellenos, traslados que no generan emisiones y materiales que no necesitan volver a producir”, explicó Martínez.
Mencionó que a través de su sistema de sensores inteligentes que recopilan datos sobre vibraciones, deformaciones y desplazamientos estructurales, es posible reducir la incertidumbre en el mantenimiento, permiten decisiones basadas en evidencia y minimizan intervenciones innecesarias, lo que disminuye la huella ambiental global del sector.
Sustentabilidad Estructural
La construcción sostenible empieza por entender cómo se comportan las estructuras en el mundo real. Medir, anticipar y prevenir no solo reduce riesgos: también evita desperdicio, emisiones y costos innecesarios. “La sustentabilidad no se logra únicamente con nuevos materiales o procesos más verdes, sino también administrando mejor la infraestructura que ya existe”, afirmó Martínez.
En un país donde gran parte de puentes, edificaciones públicas y obras urbanas enfrentan condiciones cambiantes, desde hundimientos diferenciales hasta variaciones de carga y envejecimiento, la tecnología se convierte en un aliado ambiental. Extender la vida útil de una estructura no solo significa seguridad, también representa una reducción directa en la cantidad de residuos de construcción que se generan cada año.
La transición hacia una construcción verdaderamente sustentable exige una visión integral que combine mejores prácticas, normativas más estrictas, innovación tecnológica y un compromiso firme desde la planeación hasta el mantenimiento. A medida que México busca reducir su impacto ambiental y adaptarse a los estándares internacionales de infraestructura resiliente, herramientas como el monitoreo estructural en tiempo real se consolidan como pieza clave para un futuro más seguro, eficiente y sostenible.
AM.MX/fm
