viernes, noviembre 22, 2024

La austeridad republicana en el Tren Maya

José Sánchez López

PALENQUE, CHIAPAS. – Antes de las cinco de la mañana de ese viernes 15 de diciembre, decenas de “invitados” a la inauguración de Primer Tramo del Tren Maya, el Tren de la Justicia Social o el Tren de la Transformación, y “que no tiene ni Obama”, se apretujaban en la estación, titiritando de frío por la temperatura de esos momentos.

De acuerdo con Grupo Sol Corporativo, la crema y nata de distintos estratos sociales y, desde luego, del círculo político de la Cuarta Transformación, habían sido convocados para la inauguración del primer tramo del Tren Maya que conecta la ciudad de Campeche con Cancún, los primeros 473 kilómetros de los más de mil 500 que comprende toda la ruta.

En medio de críticas, juicios, manifestaciones populares, preocupaciones ambientales, señalamientos internacionales y cuestionamientos indígenas al trazado del tren, a las 06.40 horas de Quintana Roo (05.30 en la CDMX), arrancó la travesía que duraría 14 horas, aunque el plan inicial señalaba que podrían llegar antes a su destino.

Para salvaguardar la infraestructura del Tren Maya y, desde luego, de sus importantes pasajeros de ocasión, hubo un despliegue de más de 2 mil 800 activos de la Guardia Nacional que patrullaron las inmediaciones de las vías, apoyados por “drones, cámaras, radios, radiopatrullas y helicópteros. Nada que pudiera afectar o modificar los planes trazados.

El creador de una de las obras magnas del presente gobierno, que no hay en todo el mundo, dicen, viajó en el vagón “Xinbal” que atravesaría 22 estaciones y sólo tendría una parada en la estación San Francisco Campeche, para recargar combustible.

En ese carro, además del titular de la Secretaría de Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval González, viajaban Jorge Nuño Lara, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; Ariadna Montiel Reyes, secretaria de Bienestar; Rosa Icela Rodríguez Velázquez, Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana y Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo.

También lo acompañaban Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán; María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, gobernadora de Quintana Roo; Enrique Alfaro Ramírez, mandatario de Jalisco: la gobernadora de Campeche, Layda Elena Sansores San Román; Rutilio Escandón Cadenas, gobernador de Chiapas y Carlos Manuel Merino Campos, gobernante de Tabasco.

Entre los personajes de la cúpula empresarial, destacó la presencia del dueño de Grupo Carso, Carlos Slim Helú, además de otros importantes empresarios y, desde luego, no podían faltar Andrés Manuel “Andy” y Gonzalo López Beltrán, hijos del presidente.

Todos y cada uno de ellos, dejaron en claro que llegaron por sus propios medios y sin nada que contradijera la austeridad republicana, tan publicitada en este sexenio. Nada que fuera en contra de la parquedad del actual régimen.

Así que tuvieron que aguantar a píe firme las “incómodas” condiciones del viaje durante las 14 horas que duró el desplazamiento. Pero aguantaron y cumplieron, cómo de que no.

Sin embargo, una vez concluido el viaje, la careta de la austeridad de los gobernadores cayó por tierra y cambiaron las bondades del Tren de la Justicia Social, por un “incómodo” traslado en jet, pagado desde luego con recursos públicos, o mejor dicho con los dineros del pueblo, que los llevaría de regreso a sus estados.

Prea ello, varios aviones privados de los gobiernos de los estados, el primero fue el de la gobernadora de Campeche, se movieron desde un día antes a Cancún, de donde salió el tren de “la igualdad de la justicia social” y de Palenque, Chiapas, tres aeronaves partieron con destino a Quintana Roo.

Una aterrizó en Tulum, otra en Cozumel y otra en Cancún, alrededor de las 9 de la noche; otra llegó a Puerto Escondido a las 19:40 hora de CDMX a Palenque, Chiapas.

Había quedado más que manifiesto lo oneroso de los gastos de los gobernantes estatales; Lezama. Vila y Sansores, quienes regresaron en vuelos privados desde Palenque, Chiapas, a los estados que gobiernan.

Las aeronaves previamente desconectaron sus Transponder, a fin de no ser ubicados en tiempo real y para no identificar su matrícula; sin embargo, las corresponsalías de Grupo Sol confirmaron los datos.

Puerto Escondido, Puerto Vallarta, Cozumel, Cancún, Mérida, Campeche, CDMX, fueron los destinos que eligieron los mandatarios para regresar a sus estados o, mejor dicho, a sus lugares de descanso.
AM.MX/fm

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