Patricia Retana
CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA.- En Ciudad Juárez, el supuesto “lugar seguro” para dejar a niñas y niños mientras sus familias trabajan se convirtió en escenario de horror. La Fiscalía de Chihuahua destapó la existencia de 94 carpetas de investigación por presunto abuso sexual infantil en seis guarderías, cinco de ellas privadas y una del ISSSTE. No son chismes de pasillo ya hay más de 300 menores evaluados y 94 con hallazgos forenses o psicológicos que confirman la agresión.
Las estancias señaladas son Mundo de Colores, Loon, Niñito Jesús, Mi Pequeño Tambor, Gussi y una del ISSSTE. En Mundo de Colores se concentran 35 carpetas y ya hay vinculados a proceso; Loon acumula 15 con tres imputados en prisión preventiva; Niñito Jesús tiene nueve; Mi Pequeño Tambor, cuatro; Gussi, 12. La guardería del ISSSTE suma 19 casos, algunos ya en manos de la Fiscalía federal. Todas compartían algo… los presuntos agresores eran parte del personal que trabajaba directamente con las niñas y niños.
Pero Juárez no es una excepción. México arrastra una epidemia de violencia sexual infantil que apenas asoma en las cifras oficiales. Solo en 2023, se registraron 9,818 víctimas menores de 18 años por delitos sexuales. Tres cuartas partes eran adolescentes, pero también hubo víctimas de entre 1 y 5 años. Y esos números no cuentan lo que queda en silencio de cada 1,000 casos, apenas 10 llegan a juicio y solo 1 obtiene sentencia. Así se cocina la impunidad.
En Juárez, además, la Fiscalía de la Mujer opera con personal mínimo, agentes saturadas con cientos de carpetas y peritajes que tardan años. Así, los agresores ganan tiempo y las víctimas pierden justicia.
El daño no se borra con una vinculación a proceso: el abuso sexual infantil deja cicatrices biográficas y físicas estrés postraumático, depresión, ansiedad, riesgo de suicidio, dolor crónico y mayor probabilidad de consumo de sustancias, que pueden marcar toda una vida. UNICEF lo llama problema de salud pública; aquí, parece un trámite de oficina.
No se trata de “manzanas podridas” ni de un escándalo aislado. Es un sistema roto que permite que guarderías operen sin protocolos reales, sin vigilancia efectiva y sin consecuencias ejemplares para quien falla. Mientras el gobierno se esconde tras comunicados tibios, en Juárez hay niñas y niños que no volverán a ver el mundo con la misma inocencia.
AM.MX/FM