Sergio Gómez Montero*
Traigo sueños, tristezas, alegrías, mansedumbres,
democracias quebradas como cántaros,
religiones mohosas hasta el alma
J. Debravo: “Nosotros los hombres”
Es cierto, mientras haya gobierno el aparato de la administración pública nunca se va a mantener estático. El, por naturaleza, siempre tiende a estar activo, hasta convulsionado, y si no es por una causa es por la otra; pero él, siempre, tiende a estar en movimiento, como hoy lo está entre nosotros, bien sea por los adioses bruscos de Irma Eréndira Sandoval y Florencia Serranía, o porque López-Gatell se refirió a los golpes de Estado en la región.
Esa actividad, que no cesa, es también la que le permite al comentario político periodístico mantenerse activo, pues para él siempre hay materia sobre la cual trabajar, ya que, de hecho, con la política hoy casi todo tiene que ver: desde los cuerpos tendidos en una carretera de Tamaulipas, las cuentas millonarias de Collado (el abogado de EPN) en Andorra, que el paso de la Inquisición para cortar cabezas en la administración pública, que lamentablemente da tristeza que ello suceda, pues no pareciera ser ésa la mejor manera de darle la gracias a alguien que, se considera, no estaba cumpliendo con las funciones que se le habían encargado cumpliera. No debieran ser, pues, procedimientos inquisitoriales –de represión política– los instrumentos ideales para purificar los equipos de trabajo, ya que, lo que no queda claro es cuál será finalmente la vía que seguirá la administración pública para lograr que la honradez y la eficiencia sean los procedimientos que imperen para el uso y manejo de los recursos públicos, un tema que hasta hoy sigue pendiente en todo el aparato de la administración pública (quien llega a él siente que su obligación es enriquecerse y no servir).
En el caso de los medicamentos, eso es palabras mayores, pues su uso y manejo conforma, a nivel mundial, un sistema mafioso de dimensiones increíbles que, hasta hoy, ni la ONU ha podido tocar ni con el pétalo de una rosa, por más esfuerzos que ha realizado para conmover, aunque fuera un poco, sus estructuras de poder. Los laboratorios farmacéuticos conforman un entramado de dimensiones espeluznantes que incluye lo mismo los grandes complejos elaboradores de medicamentos, que los changarros-farmacias en donde uno llega a comprar un mejoral o a surtir una receta. Cómo desbaratar las redes de ese monstruo, pareciera ser una tarea que ni el 007 pudiera llevar a cabo y que ayuda a explicar el por qué el desabasto de medicamentos para el tratamiento de cáncer en infantes –magnificado ello por los medios de difusión de la mafia que insiste en que vuelvan al poder los neoliberales– bien puede vincularse, eventualmente, con un golpe de Estado blando como bien afirma el doctor López-Gatell.
La administración pública, obvio, es no sólo materia del comentario político también público, sino que ella es un aparato de una complejidad espeluznante, que si no se maneja de manera adecuada lleva a tronar a quien lo tiene a su cargo, y de allí la importancia del cuidado que se debe de tener para manejarlo. Un paso mal dado y eso ocasiona un resbalón que nadie sabe qué consecuencias puede tener. Más vale, pues, irse con cuidado y con calma, y que todo suene a lógico y razonable en las tareas que se emprenden, ¿no cree usted?
*Profesor jubilado de la UPN/ Ensenada
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