jueves, marzo 28, 2024

ISEGORÍA: Un terrorismo binacional

Sergio Gómez Montero*
Una inquietud sin causa me ilumina los ojos
y a través de mis párpados pasa un absurdo “film”…
O. Girondo: “Insomnio”

Ojalá y pudiéramos cantársela derecha a los gabachos, porque tanto ellos como nosotros, la neta, tenemos mucho de lo cual arrepentirnos respecto al narcotráfico. Ellos, claro, porque su modelo de vida, desde mucho tiempo atrás, los condujo inexorablemente a las adicciones primero y luego a la violencia de una manera natural, de tal forma que en ambos renglones son hoy campeones mundiales: es el pueblo que más consume drogas (en la época de la prohibición y en las postguerras, alcohol, primero; hoy, descendieron a un consumo de drogas ilimitado, que ha favorecido el comercio de éstas a nivel mundial de una manera creciente), al tiempo que es el pueblo que maneja con mayor liberalidad las armas de fuego y por eso ellos son quienes más comercian ilegalmente todo tipo de armamento. De allí que, que el presidente gringo no se midió cuando, en su maléfico twit quiso acusar formalmente de “terroristas” a los grupos de narcotraficantes en México, para así justificar una intervención militar del fuerzas armadas estadounidenses en nuestro país.
Vamos, ¿no?, de risa loca. ¿Terroristas los grupos narcos de México? Por favor, que no hagan reír.
Es decir, lo que hay de serio en todos los episodios vinculados a los tristes episodios de violencia que recientemente se han registrado en el país tiene que ver, más bien, sí con el terrorismo; pero con un terrorismo encubierto que busca desestabilizar a nuestro país para que él no siga avanzando por el camino de cambios que poco a poco trata de ponerle fin a un neoliberalismo que sumió a México en la corrupción más cínica y alevosa y en la disparidad de ingresos más dolorosa que registre nuestra historia. El que esa lucha cese a como dé lugar, es en lo que está empeñado hoy el gobierno de Trump, poniendo en práctica lo más sucio y oscuro de la política contemporánea.
La política es hoy poder; entenderla de otra manera es ingenuo. Y el poder hoy, como desde principios del siglo XX (la primera postguerra), es la lucha despiadada que desde aquel entonces se entabló entre los poderes imperiales que defendían a sangre y fuego al capitalismo, encabezados, por razones geopolíticas, por Estados Unidos, en contra, también en aquel entonces, por la Rusia Bolchevique, que luego de la guerra defendió con todo los intereses de la clase obrera. La lucha por el poder, pues, desde aquel entonces quedó así definido y la política, por ende, es así como debe de entenderse desde entonces, desde un punto de vista marxista.
No se pueden pues entender, de raíz, de otra manera hoy las relaciones entre México y Estados Unidos. Menos aún en el momento actual, en que el primer país, cautamente busca salir del círculo vicioso en que estaba metido y que lo tenía destruido, como ya se dijo, por la corrupción y la pobreza. Y está bien, avanzar con cautela y precaución en esta etapa, pero siempre teniendo presente que se está luchando con un enemigo muy fuerte e hipócrita. Esa es la verdad.
Bienvenido, mister, pero con sus límites.
*Profesor jubilado de la UP
gomeboka@yahoo.com.mx

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