jueves, marzo 28, 2024

ISEGORÍA: Un presente complejo

Sergio Gómez Montero*

Estamos condenados.

No supimos crear el olvido

L. Lukin: “Paraíso perdido”

Los días pasan aparentemente más tranquilos para el gobierno porque, poco a poco, las inquietudes del principio se van disipando y, desde luego, el aparato de gobierno comienza a funcionar con la eficacia que se esperaba, con todo y que las presiones no han cesado y, por ende, gobernar como se quiere no se logra aún a plenitud, entre otras cosas porque las dificultades se dan tanto hacia el interior del aparato mencionado como hacia el exterior de él, sin poderse precisar en dónde se manifiestan con más intensidad.

Por ejemplo, hoy, ¿cómo hacerle frente a los ataques intervencionistas del gobierno de Estados Unidos en contra de Venezuela, que se pueden tornar en pocos días en contra de Bolivia, Cuba, Uruguay o México, si así se le ocurre en una desvelada tuitera a Trump? Es decir, obsesionado el gobierno gringo desde muchos años atrás en considerar su patio trasero a América Latina para él, para ese gobierno, la soberanía de nuestros países virtualmente no existe y piensa equivocadamente que la puede violar cada vez que se le ocurra, por eso la necesidad de hacer hoy un frente amplio mundial que de una vez por todas les haga ver claro tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea que ellos, en América Latina, nada tienen que hacer que no sea ayudar, como lo están intentando hacer hoy tanto Rusia como China, quienes, de darse el caso, han manifestado su interés de aliarse para defender, lo más pacíficamente que se pueda, la soberanía de los países latinoamericanos hoy amenazada. El gobierno mexicano, hoy, debe empeñarse en esa tarea.

Los días corren y ojalá, sobre todo, la soberanía de Venezuela deje de verse amenazada, para que el conflicto no se haga mayor. Los asuntos de Venezuela son de ellos y ellos, en su soberanía, los deben de resolver y nadie más.

Pero, por ahora, el gobierno del país debe de atender con urgencia y atingencia dos asuntos más. Uno tiene que ver con el manejo del aparato burocrático que le dejaron, sobrecargado de personal de confianza y, lo más grave, con un personal sindicalizado sobreprotegido (corporativizado) que no ayuda para nada para sacar al buey de la barranca, por lo que hacer el trabajo queda desprotegido y ya desde ahora los planes de trabajo no se pueden cumplir. ¿Cómo, entonces, hacer la tarea; cómo, por ejemplo, cumplir con la elaboración del plan sexenal de desarrollo, quién lo va a hacer? Insisto, la tarea allí está, pero con el personal que la hacía en la calle (Daniel Goldin), ¿quién la va a hacer ahora?

Un tercer problema, de ahorita, que compete al régimen de gobierno actual, es el manejo partidario (Morena) que, luego de las elecciones, se parece cada vez más al PRI o es el PRI como sucede hoy en Baja California, en donde el hoy superdelegado y candidato a gobernador al mismo tiempo, Jaime Bonilla, trabaja con un equipo de expriistas locales (Jaime Martínez Veloz) como él, que han dejado al margen a quienes desde 18 años atrás le dieron su apoyo al hoy Presidente del país, causando con ello un descontento mayúsculo entre quienes votamos el primero de julio pasado por un cambio en las tácticas que modificara sustantivamente las estrategias políticas, y obviamente, hoy, nada de eso está pasando. Al menos no aquí, en Baja California.

De que tiene problemas el régimen de gobierno hoy, los tiene y creo que en el futuro serán mayores.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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