Sergio Gómez Montero*
Todo,
todo
lo pongo en ti, sobre tu muerte.
La tierra no me entiende.
Sin embargo
M. del Cabral: “Letra:”
Me recuerda Benito Collantes y le digo: “No, no se me olvida, gracias”. Y sí, los tres aniversarios están presentes con sus múltiples significados: doscientos del nacimiento de Marx, los cien años de la muerte de Luxemburgo y los cien años de la fundación del Partido Comunista Mexicano. De esos tres, hoy, quisiera recordar gracias a Antonio Olivé, quien publica la serie de ensayos Marx desde cero, uno muy reciente titulado “Karl Marx y el futuro” en el cual su autor, Savas Michael-Matsas hace un recuento de los varios artículos que en diferentes periódicos y revistas de Estados Unidos e Inglaterra se destinan para festejar en todos ellos un renacimiento para ellos inesperado: la validez puntual y sorpresiva de las tesis marxistas sobre la economía política, ahora que las crisis capitalistas son más recurrentes y más graves en términos de desigualdad en términos de distribución de la riqueza y acumulación cada vez más grave del descontento social dada esa desigualdad y dado también el deterioro creciente del medio ambiente virtualmente en todo el mundo. Es decir, se preguntan esos ensayistas de The Economist, New York Times, Washintong Street Journal, etcétera, ¿Marx tenía razón?
Esa pregunta, por ejemplo, habría que hacérnosla hoy en el país: ¿cuál es el futuro que hoy a México espera los próximos seis años? Es verdad, tuvimos ya la suerte de conquistar el poder gubernamental por la vía electoral, pero estamos viendo que ello no nos garantiza a nivel nacional, lo que el capitalismo en el orden mundial se resiste a transformar: la brutal y creciente desigualdad económica y el descuido mayúsculo medioambiental del planeta. Mientras sigamos caminando por ese vereda, hoy en México, dentro de seis años el deterioro del país será mayúsculo en todos los ámbitos de la vida pública nacional. Y es ahí en donde los problemas de organización social se hacen cada vez más actuales. Es decir, mientras nos neguemos a reconocer que Marx tiene razón, los caos sociales que él presagió como resultado de las crisis económicas suscitadas por el capitalismo, tarde que temprano se van a dar entre nosotros y no habrá petróleo que nos alcance para resolver esos problemas gravísimos ni entre nosotros ni tampoco, como se afirma en los ensayos que se citan en el más reciente número de Marx desde cero, ni a nivel mundial. No habrá educación que nos diga cómo salir adelante, ni economía que nos dé recursos suficientes para vivir con suficiencia, ni zonas urbanas organizadas para vivir en paz, ni tierras en donde se pueda cultivar. Ni nada, si no es que desde hoy hacemos todo lo posible por recuperar las lecciones de Marx. Es decir, escribe Michael-Matsas: “Una pregunta es inevitable: ¿por qué estos órganos de prensa de poderosas secciones de la clase capitalista influyentes internacionalmente publican tales artículos dedicados al peor enemigo revolucionario de la historia de la misma clase capitalista? (…) Se hace claro de ver para todos, y sorprendente para sus enemigos declarados y ex simpatizantes decepcionados, que el legado de Marx está aún vivo y coleando, relevante inclusive para el campo del enemigo de clase (…) El mantra de su muerte, dominando en todos lados en las décadas luego del colapso de la Unión Soviética, no se puede mantener más”.
Es decir, el mantra de la muerte de Marx, aquí y en todo el mundo, es una falacia verdadera.
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx