jueves, marzo 28, 2024

ISEGORÍA: Tiempos de lucha en AL

Sergio Gómez Montero*

Me amanecen tus palabras,
me abrazan y plenan de emociones
como una hermosa mirada sin horizontes…

  1. del Río Donoso: “Recado mirando a Chile”

 

Para el MIR con el que conviví

 

Era ya tiempo que los tiempos pasados comenzaran a temblar, como a veces tiembla el país. Como tembló cuando Allende llegó al poder y cuando el siniestro Pinochet lo asesinó y con un golpe de Estado le quitó el poder. Poco a poco, pues, después de muchos años, América Latina se pone de pie otra vez y avanza sin prisa pero sin descanso, presionada por los amagos del neoliberalismo que creyó tenía pista abierta con Duque en Colombia y Bolsonaro en Brasil, pero que no esperaban las sorpresas que desde AMLO y México se han venido dando, indistintamente, en Argentina, Ecuador, en menor medida Perú, ahora Bolivia y si no hay cambios de última hora, el domingo Uruguay, listo a dar la batalla con su Frente Amplio y con el millón y medio de chilenos que el viernes le dijeron a Piñeira “Basta, ya basta” y están a un paso de botarlo del poder.

Así pues, poco a poco, como a los restos de Franco, al neoliberalismo hay que mandarlo a donde corresponde: al panteón civil de la ciudad para que allí, en paz, descansen sus restos. Permítase la metáfora para anunciar las modificaciones que hoy se dan en América Latina, en donde un nuevo panorama se vislumbra toda vez que lo que se ve venir, si no hay cambios de última hora, será un continente nuevo que desprendido ya de un capitalismo vinculado hasta hace poco a un militarismo retrógrada y ramplón había impedido que nuestros países aprovechasen sus riquezas naturales para, así, ir alcanzando un estado de desarrollo cada vez más sólido y consolidado, en donde la pobreza comienza a ser un calvario que nunca más se volverá a recorrer y sobre todo, donde sus pueblos originarios finalmente sean ellos los que decidan autónomamente el quehacer de sus naciones. Que los mapuches, los amazonios, los cocacoleros, los incas, los choles, los mayas, sean ellos los que fijen el rumbo de sus territorios ancestrales.

Suenan lindas esas palabras, junto las siguientes, tomadas de Mariátegui en La tarea americana: “Lo que más neta y claramente diferencia en esta época a la burguesía y al proletariado es el mito. La burguesía no tiene ya mito alguno. Se ha vuelto incrédula, escéptica, nihilista. El mito liberal renacentista ha envejecido demasiado. El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve con una fe vehemente y activa. La burguesía niega; el proletariado afirma. La inteligencia burguesa se entretiene en una crítica racionalista del método, de la teoría, de la técnica de los revolucionarios. ¡Qué incomprensión! La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del mito. (…) Hace algún tiempo que se constata el carácter religioso, místico, metafísico del socialismo”. Moverse, pues, indistintamente, entre mito y realidad pareciera ser el sentido que se espera tengan las tareas de liberación latinoamericana, ya que en estas tierras conviven alegremente los saberes ancestrales de los pueblos originarios y los nuevos saberes que, surgidos, una modernidad incontrovertible hará que la realidad de América Latina sea otra, como la que hoy se comienza a vislumbrar.

Ojalá y ese panorama de América Latina se consolide pronto.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

 

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