Sergio Gómez Montero*
Sólo quienes están allí (no es un lugar físico, una oficina) en donde el poder deja sentir la brutalidad de su peso, sólo se tiene una idea cercana de lo que eso significa, cuando, republicanamente, uno de los poderes radica en una persona, el Ejecutivo, lo que hace que, en la vía de los hechos, ese poder se vuelva omnímodo, por más acompañado (asesores, ministros, secretarios) se encuentren rodeándolo; el poder, cuando recae, aísla, pues la responsabilidad es de sólo uno: el que elige, el que nombra.
Así, la primera parte de la batalla se ha librado con éxito: la parte del gabinete hasta ahora mostrada muestra con gran claridad una característica (con excepción de Agricultura): conocimiento y saber sobre la materia que habrán de desempeñar, presuponiendo que van a ser varios, de naturaleza diversa, los problemas que habrán de enfrentar desde ahora hasta que termine la responsabilidad que han descargado sobre ellos.
Ahora viene lo otro, lo que pareciera ser lo más difícil y que tiene que ver con la parte difícil de ejercer el poder: la política, una parte de la cual toca al gabinete formal (por decir algo Gobernación), pero que también es la parte, esencial –el rostro de quien ejerce el poder- de la política y que es, en nuestra forma de hacer gobierno, una persona, la que se vuelve la única responsable de lo que sucede a su alrededor, la que construye, pues, el rostro del poder, el rostro de lo que será su gobierno (el formal y el informal). Vale la pena verlo desde fuera para tener una idea cercana de lo que eso será.
Es decir, más allá de Gobernación y de sus órganos de asesoría, ¿cómo se conformará eso que desde gabinetes atrás dejó de ser la parte militar del gabinete (SeDeNa, Marina y fuerzas asociadas) y que ha pasado a ser ahora una parte muy significativa de lo que hoy más bien pudiera denominarse el aparato político-militar de la Nación, por el peso tremendo que hoy tiene el denominado crimen-organizado y que es el actuar conjunto, delincuencial, del narcotráfico con todas aquella fuerzas (corruptas de raíz) que debieran combatirlo, y de allí, hoy, su tremenda fuerza política.
Finalmente, la otra parte hoy dificultosa del sector político del Gabinete (superada en lo esencial lo correspondiente a lo Legislativo: conocidos informalmente el coordinador de Diputados y de Senadores) viene lo muy difícil, ¿y a quién dejarle el Partido para seguir sacando sin mucho ruido las tareas, que van a ser varias, de chile, de dulce y de manteca y que se va a necesitar de mucha habilidad para que todos (hombres y mujeres) se alineen por la derecha cuando así se requiera. Es decir se acepte que es necesario sacar adelante el Proyecto de País de quien es hoy la Virtual Presidente Electa y que ya tiene, como lo mostró a la hora de nombrar a los primeros miembros de su Gabinete, su forma muy particular de ejercer el poder: sabiduría y amistad como base del acompañamiento.
¡Está claro, formaditos y a la derecha, campeones!
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenda
ISEGORÍA: Segundo tramo: política
