Sergio Gómez Montero*
Aquí cae mi pueblo. A esta olla podrida de la fosa
común. Aquí es salitre el rostro de mi pueblo
G. Rojas: “Aquí cae mi pueblo”
A veces, a ratos, para distraerme me pongo a pensar en cómo me gustaría que fuera el país socialmente; que los pobres dejaran de ser pobres y los ricos igual, dejaran de serlo. Un país más igual, sin tantas diferencias. ¿Será posible que exista? Si la sabiduría del pueblo existe, ¿por qué no ese país igual en el que sueño?
Es decir, las cosas existen porque socialmente así son. No son porque uno así las sueñe o imagine, y por eso, hasta hoy, no sé en realidad cómo es que cada uno de nosotros imaginamos hoy al país: ¿cómo lo imaginan por ejemplo en Guadalajara o Culiacán, en donde el narco pone las reglas? ¿Y en Chiapas, cómo lo imaginan, por ejemplo, en donde el EZLN se niega a vivir satisfecho (con razón o sin ella)? ¿Cómo vivimos en Sonora o Baja California, en dónde no se termina de entender en qué consiste la 4T (en Bonilla y su equipo de prianistas)? ¿La entenderán acaso en Monterrey? De que el país es diverso, lo es, y de ahí entonces las dificultades para gobernarlo y de que, dada esa diversidad, no exista un solo saber popular. Hay varios, diferentes y enfrentados saberes populares y a cada uno de ellos es necesario satisfacer, y por eso nuestros movimientos sociales, según la región en que se manifestaran, fueron diferentes y diversos: hubo una Independencia para el Centro del país y otra muy diferente para el Sur (Guatemala formaba parte del territorio nacional entonces) y el Norte era otro (gran parte del territorio de Estados Unidos era nuestro), y así fue con la Reforma y la Revolución. Y seguro que con la Cuarta Transformación sucederá lo mismo: unos la están viendo de un modo y otros de otra. Por muy sabiduría popular que sea, ella no es sólo una y por eso cada quien ve, desde la posición de pueblo, de manera diferente los movimientos sociales, no se diga si no se ven desde la posición del pueblo: allí sí, los ricos ven las cosas muy diferente a como las ven los pobres, y por eso hoy, ellos, para nada están satisfechos con lo que hoy pasa en el país.
Yo quiero entender, que el énfasis que hoy pone el Presidente del País en la sabiduría popular, a la que casi todas las mañanas hace referencia, es aquella que de una u otra manera está de parte de él, porque así lo expresó a través del voto, pero eso no quiere decir que hasta hoy la sabiduría popular comparta con AMLO todo, a plenitud, su convicción de que el mejor camino para el país, hoy, es el de la 4T, porque ella sigue siendo, en muchos sentidos, un territorio aún inexplorado, agreste y difícil de tramontar, porque muchos de los terrenos que hasta ayer existían, se mantienen. allí está, por ejemplo, la inseguridad, los feminicidios, el 70% de pobres en el país, la rascuache democracia representativa, la polarización de la riqueza, y un cúmulo de etcéteras largo de mencionar, del cual la sabiduría popular no entiende mucho sino hasta que desaparece.
Como todo país, hoy, también el nuestro está carcomido por una serie de contradicciones sociales muy agudas, de las que, en el corto plazo, nadie sabemos cómo irá a salir. Pero de que le está costando trabajo, le está costando, y no es con discursos, habría que considerar, como eso se resolverá. Sólo la organización social que propicie una sana politización de los sectores m’as desprotegidos de la sociedad algo podrá aportar al respecto.
Y si no, al tiempo.
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx