viernes, abril 19, 2024

ISEGORÍA: ¿Saberes concurrentes?

Sergio Gómez Montero*

Te acordás hermana qué tiempos de seca,
cuando un pobre peso daba un estirón

M: E: Walsh: “El 45”

Cuando hablamos de saberes, más vale tener presente siempre el quién habla, porque es allí en donde comienzan las diferencias. O bueno, también, ocurren las concurrencias. Todo se puede dar, si es que en la foto aparece, como ayer, Arturo Romo casi en primer plano junto al Presidente de la República y junto al nuevo jerarca del CCE, el también regiomontano Carlos Salazar Lomelí, quienes juntos hicieron la promesa de, en seis años, acabar con la pobreza extrema en México, lo que suena a un sueño deseable para todos, aunque el despegue se realice a media máquina apenas. No en balde, pues, el título de esta nota: ¿podrán caminar juntos el Estado surgido de un movimiento armado como la revolución del 17 y un sector privado que, desde entonces, no ha sido precisamente una perita en dulce para toda la población del país?

Más allá de toda ironía, a los partidarios de alguno de ambos bandos (Estado revolucionario y sector privado) nos ha de parecer complicado unir fuerzas para, en un lapso tan relativamente corto de tiempo y luego de enfrentamientos de fondo durante más de cien años, resulte que de pronto se proclame que, ahora sí, se va a trabajar juntos, no importa que días antes las huestes de ambos bandos se habían enfrentado arduamente defendiendo sus intereses en cuestiones aeroportuarias y que prevalecieron ayer aún a la hora de la reunión del avenimiento. ¿Será posible, pues, que luego de eso venga la paz? Haya quien haya sido el constructor de esa proeza habrá que desearle éxito en la tarea, que sin duda no se presenta fácil, pero que sin duda también pareciera ser necesaria frente a un panorama financiero de corto y mediano plazo que plantea dificultades de naturaleza diversa y que si bien, quizá, era complicado enfrentarlo (y si no que lo diga el secretario Urzúa y su gente), con un empujoncito de la iniciativa privada encabezada por el grupo Monterrey (y los grupúsculos empresariales que inicialmente acompañaron a AMLO, sin que lo haga aun abiertamente Slim) seguramente este arranque del nuevo gobierno podrá ser menos tortuoso de lo que se esperaba. ¿Y de allí en adelante se podrá caminar juntos?

En fin, por principio de cuentas habría que esperar el arranque, porque quizá a partir de allí en adelante se sabrá cómo será el camino. Inédito, en muchos sentidos, porque ésta sería la primera vez que en América Latina tan explícitamente Estado e iniciativa privada caminan juntos en búsqueda de un objetico común (el fin de la pobreza extrema) de relativamente largo plazo y que implica el alcance de otros objetivos de mediano plazo igualmente complejos: empleo, salarios, bienestar generalizado y sobre todo aminorar la polarización de la riqueza. ¿Se podrá?

Desde fines del siglo XIX y principios del siglo XX a eso, a creer que principios esenciales de la economía política en el marxismo se podían suavizar como lo proponía Eduard Bernstein, se le llamó revisionismo porque particularmente Lenin decía que ésa era una falsa ilusión que sólo desviaba la lucha de los trabajadores y distorsionaba las enseñanzas de Marx.

Puede ser, en efecto, que quienes hacemos señalamientos en contra del revisionismo, como a Lenin, se nos acuse de un pesimismo adelantado y excesivo y que más nos vale esperar antes de anunciar los funerales del pariente. Que nadie tiene voz de profeta. No, yo tampoco quiero tenerla.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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