jueves, diciembre 12, 2024

ISEGORÍA: Oscuros contra la luz

Sergio Gómez Montero*
en sus penumbras se adivina la computadora
con la pantalla llena de noticias
Popescu: “Una mañana en Urbe”

Oscuros todos, en bola, los conservadores tienen hoy en la mira la recuperación de la energía –un recurso estratégico para la Nación– por parte del Estado, para atacar con todo tipo de provocaciones y falsas o parciales afirmaciones las reformas que el Estado busca impulsar para recuperar ese recurso en beneficio de todos los sectores de población del país. Desde las provocaciones de los trabajadores de Dos Bocas o los gaseros, hasta la persistencia desestabilizadora de la gran prensa escrita. Desde luego, no es poco lo que se disputa si se toma en consideración que la energía es hoy, en particular, un recurso que implica miles de millones de pesos (es decir, muchísimo dinero), sino, sobre todo, un control absurdo por parte de quien tiene la energía para controlar por medio de ella la vida social en su conjunto, oponiéndose así, de frente, al papel que debe jugar el Estado. Véase si no lo que hoy está pasando en Europa, en donde aprovechando el control que hoy se tiene de la energía –luz y gas en particular– las corrientes más reaccionarias de acción política (un neofascismo espeluznante) tienden a dominar los gobiernos de varios países de la región.
La lucha es hoy, pues, a fondo, ya que es mucho, muchísimo lo que se disputa tanto en términos de dinero, como, asimismo, aquello que es más delicado: el control político de la sociedad con objeto de garantizar así que ésta no rompa el yugo que, en el caso de México, nos mantuvo sometidos durante los últimos 38 años a un neoliberalismo que a punto estuvo de dejar a grandes sectores de la población sumidos en la miseria y el desamparo. Esa lección debe hoy ser la que nos lleve a elegir con quién estamos: con aquellas tendencias que quieren que sigamos sometidos a ese neoliberalismo (o a una variante de él) nefasto o con quien, poco a poco, está construyendo hoy, entre nosotros, una opción diferente de organización social en donde, de raíz, se busca que con un Estado fortalecido se trabaje a fondo por el bienestar de toda la población.
Sí se vale, desde luego, mantener diferencias con el régimen actual de la 4T, pero siempre y cuando no se busque, de mala fe, frenar lo que el régimen está realizando con el fin de no retornar a ese pasado malévolo que tanto daño nos hizo como Nación y que, de raíz, se opone a la construcción del México nuevo que hoy, con dificultades múltiples, poco a poco está tratando de levantar AMLO y la 4T. La hora de las decisiones trascendentales se acerca cada vez más aceleradamente, pues puede llegar el momento en que las actitudes provocadoras de los oscuros (conservadores provocadores) se agudicen a grado extremo y, sin duda, los que nos oponemos a ello, tendríamos que decir ¡basta! con objeto de que los recursos energéticos de la Nación (de la luz al petróleo o el litio) no sean devastados por esos sectores oscuros de la sociedad.
Mucho, pues, es lo que hoy está en juego, y ello no es, precisamente, un juego de niños.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx

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