Sergio Gómez Montero*
En esta ciudad, quizá una calle.
En esta calle, quizá una casa.
En esta casa, quizá un cuarto
Browjohn: “Poema”
Es cierto, desde fines del 2018 hasta ahora la línea constante de la oposición respecto a tácticas y estrategia no se ha modificado. En el caso de las primeras se mantiene la provocación, la guerra sucia y las agresiones como constantes; en el caso de la segunda, la estrategia, la idea hasta hoy inconmovible sigue siendo el tender trampas que conduzcan a la caída, de una u otra manera (del golpe blando a la guerra civil), del actual gobierno de la 4T, haciendo caer, poco a poco, a los sectores más vulnerables (las clases medias ávidas de consumo) en la rebelión que justifique, de cualquier forma, el fin del actual gobierno, al margen de la aceptación, cada vez mayor, que dicho gobierno tenga entre el total de la población (ningún gobierno del país, en la época moderna, ha tenido una aceptación del 62% por parte de la población del país a mitad de su mandato).
Desde luego, sorprende, sí, que en términos de tácticas si bien se mantienen las líneas generales (provocación, guerra sucia y agresiones) por parte de la oposición, sí es sorprendente cómo no cesan la variedad de los orígenes y autores de esas tácticas. Así, puede ser Cienfuegos y su aparición (supuestamente espontánea) en un acto totalmente anti-AMLO (el organizado por la algún día priista Beatriz Pagés Rebollar), que la provocación montada por Córdova y Murayama con el presupuesto retador (que ellos sabían muy bien –por excedido– que iba a ser rechazado) del INE presentado a la Cámara de Diputados, para luego rasgarse las vestiduras y llamarse a ofendidos, sin considerar, para nada, que nuestra democracia electoral –administrada por el INE– es la más cara a nivel mundial. Así hoy, también, ésa es la razón por la cual montaron circo, maroma y teatro en la mencionada Cámara de Diputados para discutir el Presupuesto de Egresos de la Federación de este año, señalando minucias inconsistentes y vertiendo todo tipo de agresiones verbales (en contra de mujeres diputadas, pero no sólo de ellas) aunque bien saben, que, por simples cuestiones numéricas, tienen perdida esa batalla. Esas tácticas, sin duda, mantienen viva la estrategia de ponerle así fin a los cambios que se registran en el país, tumbando, a como dé lugar, al gobierno de AMLO, cosa casi imposible hasta ahora; de ahí la desesperación opositora que sabe bien que, por la vía electoral, pocas, muy pocas posibilidades tiene de victoria, como va a quedar demostrado el año entrante con el ejercicio de revocación de mandato, pero, sobre todo, con el triunfo de Morena en las seis gubernaturas que se disputarán, como ya lo reconoció Marko Cortés del PAN.
¿Esa persistencia de tácticas y estrategia opositoras, vale la pena preguntarse, seguirá teniendo como respuesta la transición sedosa y tibia, que, como estrategia, mantiene hasta hoy el gobierno de la 4T? ¿Es ella la adecuada, por más que se vuelven rabiosas las tácticas opositoras? ¿Hasta cuándo adoptar una respuesta tan pasiva; será ésa la mejor respuesta?
Un dilema que nadie sabe, hasta ahorita, cómo, eventualmente, se llegue a resolver. Se valen las apuestas.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx