viernes, marzo 29, 2024

ISEGORÍA: ¿Lucha de poderes?

Sergio Gómez Montero*

educada para ser
la magnífica militante de base de un partido
que por no leer la historia de mi país
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto

J. Bignozzi: “El sujeto de la izquierda”

Todo comenzó desde el principio. Desde que se vieron las caras –al margen de que se conocían desde tiempo atrás– se las vieron con cara de pelea, de combate; y el combate no tardó en darse. Pero digo, ¿por qué ahora, por qué no los sexenios anteriores? No, desde luego, en el siglo XIX cuando se funda la República (1823) con el fin del seudo imperio de Iturbide y a partir de allí cuando ella queda establecida como forma de gobierno en el país. No, no desde entonces, pero sí, dígase, con los gobiernos neoliberales de Salinas a Peña Nieto que mantuvieron sumiso al Poder Judicial el Ejecutivo, que daba de comer en la mano a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que, a lo más, piaran mientras recibían las prebendas que el Ejecutivo les daba y les permitía (sueldos, jubilaciones, nepotismo y lo más grave de todo: justificación y encubrimiento de todo tipo de corrupción). Por eso, insisto, desde el principio, ahora, con este gobierno Ejecutivo y Judicial fueron poderes que se vieron con caras de pocos amigos: pues mientras el primero está necio en ponerle freno a la corrupción; el segundo está emperrado en seguir propiciando de maneras múltiples su protección y propiciándola a ella. Por eso son pues ambos, ahora, poderes antagónicos.

Pero ni el Ejecutivo quiere ir a fondo (¿por qué permitir la conducta facciosa del ministro Medina Mora, a quien las cortes internacionales ya condenaron?) ni el Judicial le deja de meter goles a éste propiciando amparos que protegen cínicamente a los enemigos de la Cuarta Transformación y dándole largas así a una lucha que mínimo tiene siete meses. Y está bien, uno entiende la campaña anticorrupción del Ejecutivo, pues ello es la bandera y tarea principales de su gobierno. ¿Pero por qué al Judicial se le permite que actúe como actúa; acaso porque Sánchez Cordero es una posición que engrana a ambos poderes? ¿Cuál es la razón de que hoy exista esa relación enfermiza entre ambos poderes? No, no es la primera vez que en la historia de América Latina hay pugnas políticas entre poderes de la República (Colombia, Argentina, Brasil), pero por lo común, en los inicios de un gobierno esas pugnas se disipan y el Ejecutivo gobierna con relativa tranquilidad y así se navega con el paso del tiempo. ¿Así pronto sucederá entre nosotros o persistirán las pugnas entre ambos poderes? ¿Cómo será que esa pugna finalmente se dirima: enfrentándose ambos poderes; otro factor social intervendrá (el Legislativo) y los pondrá en paz, o cuando el pueblo diga ¡basta! y a uno de los dos lo ponga en su lugar?

Como sea, pero evidentemente hoy los bonos están a favor del Ejecutivo y de su Cuarta Transformación que suena a más justa, a más razonable, a más libertaria. Abogar por ella frente al Poder Judicial es una cuestión de principios, pues sólo los conservadores más obtusos y obcecados le pueden apostar a un poder Judicial tan desprestigiado como el que hoy integra a la República en el país. Alguien, además del Ejecutivo, le debe poner un alto a esos ladrones y distorsionadores de la ley.

P. D. Mis disculpas por la errata de mi artículo pasado en donde los apellidos correctos de Félix son Goded Andreu y no Godede Abreu, como yo puse. Perdón

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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