miércoles, abril 24, 2024

ISEGORÍA: Los significados, hoy, de la transición

Sergio Gómez Montero*

Entonces alguien dijo, describiendo lo que pasó más tarde:

Nadie vino

solo los muertos llegaron temprano

G. Zaqtan: “Nadie vino”

Por más que intento me cuesta trabajo entender el sentido de la transición en el México de nuestros días, dado el carácter tan contradictorio de las acciones que lleva a cabo el gobierno actual. El suyo no es un gobierno que se distinga precisamente por la verticalidad de su actuar, sino por los actos contrapuestos y sinuosos que lo caracterizan y que lo mismo lo lleva a trazar acciones conjuntas con el PRI de nuestros días, que tarda un buen tiempo en descifrar qué pasó con el helicóptero de los Moreno Valle en Puebla: ¿iban ellos allí realmente? ¿Quiénes, si ya los tienen identificados, son los responsables del huachicoleo, uno de los más enormes fraudes cometidos en contra de la Nación registrados los últimos 20 años sin que, hasta hoy, se sepa qué castigo se aplicará a los culpables que van, según decires, desde la Presidencia de la República, hasta cientos de diferentes funcionarios de los sectores oficial y privado? ¿Habrá castigo acaso para ese fraude?

Véase con tranquilidad qué significa transición en términos políticos: “La transición supone una especie de etapa no permanente entre dos estados. Por ejemplo, se habla de transición política para hacer referencia a las etapas sucesivas que se viven en un país durante el cambio de un sistema por otro” (revista española Definición)”, es decir, tal sería la situación política actual del país, por el hecho de haber pasado de un régimen autoritario, corrupto e impune a uno que trata de ser más ecuánime, justo, equilibrado, pero que hasta hoy no logra serlo, sino que se muestra balbuceante, tímido, indeciso y lo muestra así como un régimen de gobierno basado en indecisiones y ocurrencias cuyo principio de autoridad –base de todo gobierno legalmente constituido– no se muestra, como debió haberse mostrado desde un inicio, por ejemplo, en Michoacán, lo cual le lleva a uno a preguntarse: ¿en dónde está la secretaría de Gobernación, en dónde la presidencia de la República que hagan sentir, y de ser preciso impongan, ese principio de autoridad, que impongan el orden que emana de la Constitución y castiguen a quien o quienes tengan que castigar o porque violaron el orden o porque cometieron fraude o se oponen a él por sus calzones (como hoy la CNTE en Michoacán).

Es decir, es cierto, una etapa de transición es difícil de ser asumida porque ella muchas veces implica indefiniciones que sólo se resuelven hasta que el barco se estabiliza y el principio de autoridad se puede aplicar sin ningún género de dudas (entre otras cosas porque se puede ejercer la autoridad sin objeciones) y la ley no hay entonces quien la discuta. Aunque la transición puede implicar, como ejemplo y como arranque, que se establezca el amor y paz como principio de gobierno, aunque eso a los pocos días se revierta y se convierta en algo que nuestros enemigos aplican en contra nuestra.

Es decir, la transición, sin principio de autoridad claro, puede ser una falsa etapa de concordia que los lobos pueden aprovechar para que, como manada de carnívoros, nuestros enemigos aprovechan para venírsenos en avalancha y sin miramientos. Eso lo hacen por instinto. Igualito que ahora en Venezuela lo hacen Estados Unidos y la Unión Europea, pisoteando de la peor manera posible a Venezuela, sino de paso también a la ONU, a México y a cientos de países del orbe. Poca cosa, pues

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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