Sergio Gómez Montero*
¿Amoldáis vuestra esfera a lo más íntimo del porvenir?
Perros enanos entecos, tenéis a vuestro servicio los escribientes nacionales,
pajarracos de la patria
F. Madariaga: “Poetas oficiales”
Para mi sobrino, el doctor Hugo Carrillo Ochoa,
que lucha denodadamente contra el Covid-19
Muy poco a poco; aún sin ganas, pero ahí la llevamos, viendo cómo este pueblo que tan duramente ha sido golpeado por la enfermedad y los designios de una economía capitalista que no ve con claridad aún la salida del túnel y que a todos nos golpea indiscriminadamente, a unos más, a otros menos (creo que yo, hasta ahorita –cruzo los dedos– pertenezco a este sector), comenzamos ver qué hacer para, muy lentamente, vislumbrar cómo retornamos a lo que era la vida diaria cinco meses atrás.
Sin duda, la etapa de recuperación (no de normalización) que se viene, va a requerir que todos le pongamos muchísimas ganas para ver el porvenir con optimismo y sobre todo con deseos de cambio: que este país no vuelva a ser, nunca, el mierdero que fue los treinta o cuarenta años pasados. En eso necesitamos poner todo nuestro empeño, comenzando quizá porque no se vuelvan a repetir los desmanes y tropelías de esos años mencionados, al margen de que el árbitro ciego y parcial (el hoy INE) siga siendo el mismo. Puede ser que se necesite, seguramente, el mismo empuje que hubo en 2018 y la contundencia de los votos de aquel año se vuelva a repetir en el 2021 para evitar así que el INE cometa las tropelías que estaba tan acostumbrado a cometer, como lo hizo en 2006 y 2012 cuando aún era todavía IFE. No es el momento, afirman las voces que provienen de Palacio Nacional, de mandar al carajo a esos falaces y mendaces funcionarios electorales. Hay aún tiempo y condiciones para que recompongan el camino, aunque muchos de nosotros, ciudadanos simples y corrientes, en la medida que hoy nos vamos levantando de la cama, por el contrario consideremos que esa pesadilla de aparato electoral debiera tomar las de Villadiego e irse mucho al carajo de una buena vez, como parte de las medidas de salud que el país debe ya de poner en práctica para comenzar a ser otro, totalmente diferente al que era previo a esta era fantasmal de pandemias, porque, piénsese, ¿de qué va a servir, luego de los videos de Lozoya, que allí quede demostrada la connivencia que hubo entre gobierno e INE (IFE en aquel entonces) para validar el fraude de 2012, de la misma manera que la hubo para justificar el fraude que le permitió a Felipe Calderón llegar a la Presidencia o firmar el Pacto por México con EPN? ¿Ni con eso, se insiste, se considera conveniente cambiar de árbitro para la próxima contienda electoral?
Pero no sólo en eso se requiere poner énfasis ahora que, poco a poco, el país comienza a levantarse (con el apoyo de la Guadalupana a lo mejor) sino, también, en algo que desde tiempo atrás los organismos internacionales conservadores (BID, Banco Mundial, OCDE) y las calificadoras de la misma estirpe están friega y jode (como se encargan de resaltarlo cotidianamente El Reforma, El Financiero, El País o el Washington Post), como si el nuestro fuera el único país que atraviesa por problemas económicos de grave estirpe y ello no fuera común a todas las economías capitalistas de la actualidad (allí está Japón, cuya economía se hunde como nunca antes). Es por eso que allí, en cuestiones económicas el secretario Herrera debe poner toda su sapiencia no sólo para ubicar en su lugar a su antecesor Urzúa, sino para que el esquema de economía mixta actual funcione bien aceitado y a toda máquina, a fin de que rinda los frutos que de él se esperan y esos frutos se repartan equitativamente entre capital y trabajo y no con las disparidades de antes, dejando al trabajo en el suelo.
Bueno, es hora de comenzar a levantarse con muchas ganas.
*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com.mx