Sergio Gómez Montero*
Más allá de esta nube de ceniza
el hombre espera
Espera que la sombra le devuelva
su herencia de esperanza
su antiguo mapa transparente
M. Vieira: “Paz”
Muy interesantes son las siguientes palabras de Vladimir López Alcañiz de su ensayo “La condición victimista” (aparecido en Conceptos e historias del 18-10-2018): “Desde aquel gesto imperioso con la condición y la voz de las víctimas hasta nuestros días ha llovido mucho, pues hoy ―nos dice el profesor de literatura comparada Daniele Giglioli― «la ideología victimista es el primer disfraz de las razones de los fuertes», eso que Lacan llamaba «el discurso del patrón»”, porque sólo a partir de ahí, el discurso del patrón lacaniano, nuestro presente histórico tan complejo es que se puede entender, pues es el poder el que hoy, por ejemplo, ha dado origen a las sociedades divididas que aparecen en diferentes partes del planeta. Me refiero, por ejemplo, a las manifestaciones de racismo que hoy se dan en Tijuana con la llegada de los migrantes; la división que se da entre los empresarios del país: los que están y no están con López Obrador: los grupos enfrentados al interior de Morena, que esperan que AMLO termine su gobierno para asaltar el cielo ellos; el mundo sombríamente divido de los penales en México…, y eso son sólo algunos ejemplos de las múltiples divisiones que en el campo de lo político se manifiestan y dificultan mayúsculamente el gobierno de la nación, sin duda.
¿Podrá gobernarse, así pues, el país?
Pregunta difícil de contestarse hoy desde el terreno del periodismo que, como lo aprendimos con las novelas del siglo XIX y sus autores, se limita por lo común a la especulación, pues sabe que la acción práctica se concreta en la política, de ahí que los autores de esas obras al mismo tiempo que eran distinguidos literatos se vieron por lo común comprometidos con la política, a la que dedicaron buena parte de su vida. Hoy no es así: el político es político y nada más, y a los periodistas nos dejan sólo el ejercicio de la especulación desde donde vemos cómo se desarrolla el mundo y nos sorprende, entonces, cómo es que él se encuentra tan ostensiblemente dividido porque así favorece al “patrón” se llame éste, indistintamente, a nivel mundial Soros o Trump, Salinas de Gortari o Peña Nieto a nivel nacional, o póngale el nombre que le guste a nivel local (casi siempre el de un capo narcotraficante). El arte de la división pudiera denominarse la acción del poder en la actualidad, pues es a él al único que favorece la división entre los grupos que se mueven en la sociedad, pues no hay que olvidar que si bien es cierto existen las clases sociales enfrentadas, en el socialismo y en el comunismo esas clases tienden a desaparecer y por eso hoy las divisiones entre los grupos que componen las sociedades actuales sólo favorecen, insisto, al poder, aunque, ocasionalmente, no haya otra manera de convivir que confrontándose.
Días difíciles los actuales y los que se avecinan, pues México es un recipiente de cristal roto y va a ser difícil recoger sus astillas del suelo para tratar así de volver a darle forma al recipiente que originalmente fue. Ojalá y unidos todos tengamos suerte de hacerlo.
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx