viernes, abril 19, 2024

ISEGORÍA: La obsesión de joder

Sergio Gómez Montero*
Como el mundo es redondo, se aconseja
no situarse a la izquierda de la izquierda,
pues, por esa pendiente, el distraído
suele quedar de pronto a la derecha
Tejada Gómez: “La veleta y el viento”
En memoria de mi querido hermano José Vicente Anaya

(No debiera escribir, quizá. Tu ausencia, José Vicente, hermano de dolencias –tu corazón tú, mi diabetes yo–, me duele demasiado. Pero nuestro hacer camino en la escritura es parte de nuestra razón de ser, y aquí estamos, hermano, presentes como debe der ser… Creo que nos veremos pronto).

Es cierto, es parte de su existencia y razón de ser. Si porque sopla el viento y no hace brisa; si porque hay huracanes y eso devasta. Por todo, los conservadores del país claman al gobierno, al que identifican con Dios que todo lo puede o como el demonio que nos manda todo lo malo. Con ellos, así, el arte de la política se convierte en el arte de no escuchar, o de responder con la cantaleta de siempre: “Sí, porque así son las cosas”. ¿Cómo, si no de esa manera, escuchar hoy el reclamo de los gobernadores de oposición que piden la remoción del doctor López Gatell? ¿Se puede tomar en serio un reclamo como ése?

¿Qué es lo que hay, realmente, atrás de ese reclamo? Las actividades hoy de López Gatell, no hay que olvidarlo, emanan de una primera experiencia en el país vinculada a un gobierno colegiado, en donde un grupo de expertos organizan y respaldan las actividades del doctor del cual se pide su remoción, y por eso, más que nada, suena a repudio de una experiencia (el gobierno colegiado) que de manera evidente choca con el pensamiento de los conservadores, para quienes el ideal de gobierno, por lo común, es lo unipersonal autoritario y por eso su petición tiene que ver precisamente con eso: negar la tarea colegiada exigiendo la renuncia de la persona (López Gatell) que es la encargada de enunciar los resultados de la tarea colegiada, para inscribir así en el terreno de la política algo que en la realidad es eminentemente científico. ¿Cómo entonces tomarlo en serio?

Por eso, tiene razón el presidente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, al afirmar que esa solicitud se inscribe en el terreno de la lucha electoral que ya está presente: la de 2021; un terreno en el cual los conservadores están poniendo hoy muchísimo énfasis, pues ya están previendo que con todo y los altibajos que ha tenido el gobierno de la 4T y los múltiples claroscuros de los partidos que allí se alinean (Morena, PT, PES, Verde) ésa sigue siendo una fuerza política que en la actualidad tiene el mayor impacto político del país y a la que, por tanto y como sea (“… haiga sido como haiga sido”, ¿recuerdan la máxima lingüística calderoniana?), hay que frenar desde hoy.

De allí, pues, según ellos, la pertinencia y continuidad de una guerra sucia que no ha cesado desde julio del 2018, ya que esa, la guerra sucia, es la manera predilecta a través de la cual combaten los conservadores y que hoy, por eso, están impulsando con gran énfasis en nuestro país: en las calles, en las redes sociales, en los medios (con periodistas y opinólogos que no dejan de joder), en fin, en todos aquellos lugares que ellos consideran adecuados para llevar a cabo su labor de zapa.

Gruesa coraza hay que ponerse para soportar así tantas sandeces.

*Profesor jubilado de la UPN/Ensenada
gomeboka@yahoo.com,mx

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