viernes, marzo 29, 2024

ISEGORÍA: ¿Hacia qué mar?

Sergio Gómez Montero*

Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido

J. E. Pacheco: “Contraelegía”

Ver hacia adelante. El mar se ve agitado y hay anuncios de tormenta. Se ha procedido a navegar en un mar contrario durante muchos años (casi cien) y ahora parece que hay que pagar las consecuencias de golpe o poco a poco.Como sea. Como sea, pero hay que pagar, bien sea que el sistema capitalista persista (y el mundo, con él, se vaya a la mierda) o bien que las mayorías de ese mundo, anárquicamente, digan ¡basta! y comiencen a luchar por sus derechos (que son los míos, por lo menos). El panorama, pues, no es nada alentador. Lo estamos viendo en el país, en donde si algo, mínimo, se trata de ajustar, los vientos de los mercados se arremolinan y tiran a la bolsa y al peso y hacen que la estructura económica del país tiemble e, inmediatamente, se tiene que meter reversa a lo propuesto. ¡No es posible!

Esa es la realidad a la que pronto, menos de una semana, tendrá que hacer frente el nuevo gobierno del país, quien ya vislumbra, por ejemplo, los problemas que ya tiene encima con los migrantes centroamericanos quienes, motivados por aún nadie sabemos realmente quién, recorren territorio de su país a la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo (tratar de detenerlos es inútil, sus derechos humanos van de por medio). Ejércitos de reserva, sí, y por lo tanto míseros, sí, pero también lumpenproletarios que fácilmente también venden su alma al diablo y que hoy, por ejemplo, parece le hacen el favor a Trump para que su política de muro sí, en la frontera sur de su país, triunfe en su congreso. La verdad es que mientras tanto, por estos días, en Baja California se estén viviendo días de incertidumbre e inquietud, porque los gobiernos locales nada hacen y el gobierno federal está muy lejos de aquí.

Y si en Baja California se viven días difíciles, igual de difíciles son los días que se viven en Chiapas, pues allí lo mismo la población del estado se le echa encima a Manuel Velasco Coello con justa razón, por la manera en que desgobernó al estado durante seis años, que por la alianza vergonzante que tejió con AMLO los últimos meses de este año. A eso se aúnan las críticas ultraizquierdistas del EZLN a quien no le cabe en la cabeza que el gobierno de López Obrador no intenta ser sino un gobierno de transición y no un gobierno de izquierda, comprometido con cosas que no quiere ser (socialista, anticapitalista, revolucionario). Chiapas es un verdadero caldero, pues ella es la primera tierra mexicana que pisan los migrantes indocumentados o no.

Difícil país le toca gobernar a López Obrador –más difícil aún, porque pareciera, a quienes vemos desde fuera su gobierno adelantado, que le cuesta trabajo reconocer la realidad y que prefiere que todo siga igual, sólo con cambios superficiales–, un país de aguas procelosas y tiempos que anuncian tormentas financieras provocadas por los capitalistas asentados en el país y por el gobierno de Estados Unidos, quienes se resisten a llevar la transición en paz y quieren que, durante esa transición, nada cambie y todo siga igual que antes (puro neoliberalismo, pues).

En verdad, ¿cuál será la apuesta del próximo gobierno frente a este mar tan proceloso?

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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