martes, abril 16, 2024

ISEGORÍA: El regreso maestro de la Maestra

Sergio Gómez Montero*

Qué país de clamores y sombreros húmedos
En vigilancia de horizontes

V. Huidobro: “Viajero”

En memoria del maestro Huberto, hoy que me embarga la tristeza

por su ausencia

Terminan los que no se pueden denominar días de descanso veraniego, que virtualmente no fueron tales, pues varios de ellos, la mayoría, fueron sólo de restablecimiento de la salud, lo que causó malestar a la familia que ella sí realmente quería descansar. Pero luego de 50 años de lucha (que lo diga si no el 68) y continuando en ella, a veces a uno ya le duele todo, menos escribir, y se espanta poco cuando en el sistema político que a uno le ha tocado analizar durante tanto tiempo de pronto surjan fantasmas como Elba Esther que uno pensaba que sus brujos, al fin, le habían recomendado descansar. Pero no, que va, allí anda, en sus territorios, movida por el Güero Castañeda, tratando de resarcirse de las heridas que, conjuntamente, jerarcas del PRI y del PAN le habían inferido, y de una estuvo de pie, lista a enfrascarse de nuevo en la lucha que implica ir por el SNTE con Rafael Ochoa al frente. Puritita política de la que a ella le gusta y que fue la que le hizo gritar hace muchos años atrás a Carlos Jonguitud Barrios, en una asamblea sindical muy entusiasmado: “Es de las mías. Allí está”, y a los pocos días por órdenes de Carlos Salinas (1988) Elba Esther estaba sí, trepada en Jonguitd para, desde entonces, hacerse cargo de manipular a ciencia y a paciencia del gobierno en turno al magisterio del país. ¿Cómo no, pues, hacer política si de eso se vive, si eso se es y se seguirá siendo?

El problema es otro. ¿La dejarán los maestros volver en esta etapa de franco decaimiento y deterioro del sistema público de educación del país? (léase el excelente texto de Alejandra Falabella “¿Quién mató la “vieja” educación pública?”) No es cuestión de una contra uno (así sea el próximo presidente del país). Es mucho más simple. Somos nosotros, los maestros, defendiendo nuestro sindicato (que de ninguna manera es poco; estamos hablando del sindicato más grande de América Latina) y de ahí al sistema de educación pública del país de sus hoy múltiples enemigos, que lo tienen virtualmente en la ruina, o estamos dejando que este país siga igual de jodido como hasta hoy lo dejó Enrique Peña Nieto quien, cínico, sigue aún con la sonrisa en el rostro como si supiera que él, como los arcángeles de la teología católica se irá directamente al cielo, sin rendirle cuentas a nadie, de estas tristes campiñas terrenales.

Pero nuestro tema de hoy es cómo los maestros les vamos a pintar un violín a Elba Esther y sus gavilleros (Rafael Ochoa y compañía) para volver a hacer nuestro al SNTE y volverlo un organismo autónomo e independiente como debió haber sido siempre, desde que las agrupaciones de San Casiano pugnaron por organizar a los trabajadores de la educación desde la época de la Revolución, basados en las ideas de los Flores Magón para ser asimismo una fuerza revolucionaria que no se consolida sino hasta 1943 cuando nace ya vinculado al PRI, aunque en aquel entonces militaban el él y eran dirigentes destacados aún brillantes luchadores revolucionarios como Lombardo Toledano y Luis Chávez Orozco.

Llegó la hora. By, by Maestra, únase usted, si gusta, a las nuevas agrupaciones de San Casiano que vamos a luchar por nuestro Sindicato y por un sistema educativo mexicano vivo, actuante y revolucionario. Viva el nuevo SNTE.

*Profesor Jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

Artículos relacionados