
Sergio Gómez Montero*
no
acierto a comprender
cómo
olvidaron tan pronto
el
vaho del infierno
L. R. Nogueras: “Halt”
Hace cien años fueron asesinados Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht por esbirros de la burguesía alemana, dado su único delito de luchar arduamente, desde su partido comunista, por implantar el socialismo en su país y crear así para los obreros de su país y del mundo mejores condiciones de vida. Ella y Lenin están hoy considerados de los teóricos más brillantes del marxismo contemporáneo. Para mí, ella, es una influencia invaluable e innegable. Vaya este escrito por ella.
No extraña, la verdad, cómo luego de quince días de gobierno se multiplican día con día, paralelamente, enemigos y amigos de López Obrador. Alimentados unos con las incidías y mentiras que ha despertado la lucha frontal en contra del huachicoleo, que parece ha tocado raíces profundas del régimen neoliberal recién finiquitado y al que, aún, habría que tronchar otras varias de sus raíces más profundas, las que, sin duda, son muchas. Los machetes morenistas no serán suficientes, creo, si ellos no se multiplican significativamente si no se ven acompañados por aquellos que surjan desde abajo y a la izquierda en todas las calles del país. Es hora ya, por ejemplo, de volver a salir a la calle para demostrar así que los treinta millones que el primero de julio votaron por AMLO siguen con él, están allí y exigen justo castigo para quienes, como en 1938, robaron a la nación y para quienes, como señoritas, defienden desde los medios ese ataque inmundo en contra de la defensa de los recursos naturales de la nación, que fueron brutalmente saqueados por los enemigos de la patria. Los amigos surgen, muchos, por oportunismo, así nomás, no por compartir ideas e intereses.
En esta etapa y en este proceso, insisto, falta, desde luego y con base en la ley, castigar a quien se deba castigar. El pueblo está clamando por ello, por una simple y sencilla razón: es mucho aun lo que hay que trillar para que la campiña vuelva a quedar limpia y la siembra surja con todo su esplendor. Ese es hoy el gran problema: ¿cuánto queda por luchar, si se toman en consideración dos cosas: uno, lo mucho que hay que limpiar (la corrupción acumulada) y dos, enfrentar a quienes se empeñan hoy, a toda costa, en defender el régimen neoliberal que permitió que el país se quebrara de una manera tan brutal y cuyos ataques no cesan un día sí y otro también a través de los medios.
Sí, hace cien años que no está físicamente con nosotros Rosa Luxemburgo, pero de que su pensamiento sigue vigente y actual no lo podemos negar, como nos lo hace ver Michel Löwy (“Actualidad revolucionaria de Rosa Luxemburg”) con las palabras siguientes: “Cien años hace que Rosa Luxemburgo nos dejó físicamente. Pero sus lecciones siguen vigentes como lo explica con las siguientes palabras Michel Löwy cuando se celebraban los 90 años del fallecimiento de la militante revolucionaria: ¿Por qué esta figura de mujer –judía y polaca, marxista y revolucionaria, tierna e intransigente, militante e intelectual– nos sigue fascinando? ¿Cómo permanece tan cercana 90 años después de su muerte? ¿En qué consiste la asombrosa actualidad de su pensamiento, precisamente ahora, en este comienzo de siglo XXI? Veo al menos tres razones para ello: En primer lugar, en una época de globalización capitalista, de mundialización neoliberal, de dominación planetaria del gran capital financiero, de internacionalización de la economía al servicio del beneficio, la especulación y la acumulación, la necesidad de una respuesta internacional, de una mundialización de la resistencia, en resumen, de un nuevo internacionalismo está más que nunca a la orden del día”.
Allí están, palabras y pensamientos que hoy entre nosotros siguen siendo válidos, quizá como nunca antes.
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx