jueves, abril 18, 2024

ISEGORÍA: El difícil presupuesto

Sergio Gómez Montero*

Escribo

en defensa del reino

del hombre y su justicia

B. de Otero: “Pido la paz y la palabra”

Acercarse al análisis del presupuesto de ingresos y de egresos para 2020 en México, es una tarea que, evidentemente, exige mucha sangre fría, pues él, como el ejercicio de gobierno en general del nuevo régimen se realiza, siempre, en el filo de la navaja, pues un error o una equivocación provoca desajustes brutales que, ocasionalmente, pudieran no remediarse para beneplácito de quienes, derrotados y todo, esperan la oportunidad para seguir fregando la borrega.

Por ejemplo hoy, ¿cómo negociar el presupuesto con las amenazas del gobierno estadounidense respecto a la migración, pues no están contentos con la disminución del 56% de ella; quieren más, necios con convertirnos en tercer país seguro, lo que negaría de raíz todos los principios humanitarios de nuestra política exterior, y si no aceptamos vendrían de automático todas las sanciones económicas ya esgrimidas? ¿Cómo, pues, entonces, contar con un presupuesto seguro? Pero, dígase, que no se cumplen las amenazas del gobierno de Estados Unidos y que, en principio, el presupuesto queda como originalmente lo presento el secretario Herrera, con un poco más del 20% real de él para ser ejercido, también efectivamente, por el gobierno, lo que le permitiría al país crecer, a lo más, el 1.5% del PIB real y con la población creciendo cerca del 2%, lo que sería igual a crecimiento nulo. Se dice, dice el Ejecutivo, que la austeridad y la lucha contra la corrupción serían dos principios que harían menos dura la tarea, al margen de que las metas de crecimiento sean en verdad, en realidad, espantosas, pues al no haber crecimiento el consumo comenzará a sufrir, ya que no habría recursos para destinarlos a tal fin. Y lo que es peor, ¿cómo decirle guácala al narcotráfico si una plaza de base de enfermero te deja diez mil pesos al mes, mientras un trabajo de dealer en el narcomenudeo te puede redituar entre cuarenta y cincuenta mil pesos al mes? Así pues, ¿cómo entonces acabar con la brutal inseguridad pública del país, la que en lugar de disminuir crece día con día

Hablar hoy de presupuestos en países como el nuestro, no es una cosa sencilla, pues en ello influyen desde las reglas de convivencia de la aldea global (que es el origen, por ejemplo, de la carga brutal monetaria que implica la deuda pública del país), hasta los problemas de crecimiento de la población, las pensiones y apoyos para los viejos (bueno, pues, adultos mayores, como yo) los supersueldos de jueces de las magistraturas y consejeros del INE, los subsidios a partidos políticos para pagar la democracia ficticia en que vivimos, etc. Es decir, como sea, el presupuesto nos pone los pies en la tierra y nos revela al pobre país que somos y que, necesariamente, debemos cambiar.

El año que entra no será, seguramente, el año en que el país va a cambiar. Si lo vemos en términos de presupuesto, muchos años más tendrán que pasar para comenzar a mirar otro país totalmente distinto a éste. Es decir que mientras el presupuesto no cambie y se dedique a gastos reales del gobierno al menos el 50% de lo disponible, la pobreza será el panorama triste, angustiante, en que nos toque vivir.

*Profesor jubilado de la UPN

gomeboka@yahoo.com.mx

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