jueves, marzo 28, 2024

ISEGORÍA: Amenazas y lecturas subyacentes

Sergio Gómez Montero*

El orden de sus túmulos,
sus inducciones plásticas, sus respuestas corales
C. Vallejo: “Poesía”

¿Será acaso que el periodismo de opinión ve la realidad, diría Aldous Huxley, de color amarillo, a diferencia del gobierno, para quien el color que predomina en la realidad es, en apariencia, un rosa tranquilo? Porque considerar que en un año han sido sólo cinco los momentos críticos por los que se ha pasado a la hora de gobernar, la verdad que es un cálculo conservador, véasele por donde se le vea, porque esa cifra para nada corresponde, creo, con la que, sólo desde el ámbito de estas notas, se puede considerar. ¿Se trata acaso de que leemos de manera distinta la realidad?

Por poner un ejemplo: ¿qué subyace atrás de las declaraciones del presidente Trump de considerar como terroristas a los grupos de narcotraficantes mexicanos?, ¿sólo una táctica electoral para asegurar su reelección o, como también puede leerse, una amenaza real y tangible para buscar intervenir militarmente en nuestro país o lo que desde hace rato en esta columna se ha insinuado: presionar al régimen para que modifique sustancialmente su estrategia de gobierno, con las viejas tácticas a las que tan afecta es, desde muchos años atrás, su agencia central de inteligencia? Porque hágase un recuento de las cinco acciones enunciadas por AMLO como las más críticas después de un año de gobierno, y si no todas, sí tres de esas cinco han tenido que ver con el gobierno de Estados Unidos, lo cual sí significa la existencia de una presión continua de ese gobierno en contra del gobierno mexicano, por más que nuestro Presidente, diplomáticamente, niegue la existencia de esa presión. ¿Podrá esa política diplomática seguirse soportando?

Históricamente, para nuestro país ha sido un verdadero calvario, desde el siglo XVIII, soportar la vecindad con el país mencionado. En el XIX pagamos las consecuencias de ello con Antonio López de Santa Anna, que sólo los liberales lograron, con dificultades, paliar, pero que, con Díaz, pagamos a precio de ferrocarriles, y de allí en adelante el precio a pagar haya sido diverso. Sin que hasta la fecha aún hayamos logrado quitarnos ese peso de encima. Triste y dolorosa, pues, ha sido nuestra vecindad con el país del norte, sin que hasta hoy tengamos la certeza de que el pago que hemos hecho al respecto se vaya a detener en un plazo prudente. ¿Alguien podrá adivinar algo al respecto?

Es cierto, con el régimen actual las relaciones hasta hoy entre nuestros dos países han sido de aparente respeto. Pero de que nuestro país ha tenido que pagar desde ser un país tercero en disputa en cuestiones migratorias, hasta sede de supuestos grupos terroristas sin serlo, lo ha pagado sin poder meter las manos, lo cual evidentemente conduce a preguntarse: ¿qué tipo de gobierno habría que poner en práctica para lograrlo, para lograr el respeto de un vecino con el que no nos interesa disputar sino dialogar?

En fin, ojalá y en lo que será el segundo año de gobierno de AMLO pudiera existir una respuesta válida y respetuosa al respecto. ¿La habrá; usted qué cree?

*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx

Redacción/dsc
Redacción/dsc
Periodista en crecimiento; siempre buscando algo que contar.

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