jueves, marzo 28, 2024

Inessa Armand, el amor perdido de Lenin (II)

Luis Alberto García / Moscú, Rusia

* Compromiso revolucionario para toda la vida.
* Su nombre real fue Elise Steppane, nacida en París.
* Entendió la actividad política para participar en el cambio.
* ¿Se conocieron en clases o en el sepelio del yerno de Marx?
* Nadezhda Krúpskaya y la activista francesa, fundamentales.
* Está enterrada en el Panteón de los Patriotas del Kremlin,
La vida de Inessa Armand -cuyo compromiso con la revolución soviética quedó evidenciado a lo largo de su existencia- fue notoriamente intensa debido a sus inquietudes y a la ideología inmodificable que mantuvo a lo largo de los años que vivió, de 1874 a 1920.
Y a ello se debe su acercamiento a Vladímir Ilich Uliánov y a su esposa, Nadezhda Krúpskaya. Al formar parte de un trío que se entendería a la perfección cuando las acciones políticas así lo exigieron, como pasó al llegar el momento de intentar trasladarse a Rusia y explorar la posibilidad de ser partícipes de un cambio irreversible.
¿Pero, cuándo se conocieron el dirigente revolucionario ruso y la joven académica parisina, quien, por su activismo incesante, sorprendentemente ya había estado en una prisión infame del imperio zarista por su apoyo a la oposición, en una comarca siberiana azotada por un frío inferior a los 35 grados centígrados en invierno?
Hay varias versiones sobre ese episodio, entre ellas el encuentro en el sepelio de Paul Lafargue y Laura Marx –yerno e hija del autor de El Capital-, quienes se habían suicidado mediante una inyección letal de ácido cianhídrico para sorpresa de los integrantes de los círculos intelectuales franceses.
También hubo conmoción entre los exiliados de diferentes países, perseguidos políticos de los imperios que sentían cerca las llamas del internacionalismo proletario, cuyos simpatizantes habían dado la voz de alarma a principios de 1871 al levantarse en armas al organizarse en la Comuna de París, reprimida sin miramientos y con mucha sangre por el gobierno genocida de Adolphe Thiers.
Nacido en Cuba en 1842, hijo de franceses, Lafargue dejó la isla del Caribe para residir definitivamente en Francia, graduarse de médico y volverse editor alentando y protegiendo a quienes, en Francia y otras naciones europeas, buscaban justicia y mejores condiciones de vida, basando sus exigencias en la teoría marxista.
Acompañado de Nadezhda Krúpskaya al entierro en el cementerio de Pére Lachaise el 4 de diciembre de 1911, cerca del muro de los fusilados de la Comuna, Ilich Uliánov pronunció un discurso profético, señalando que “educado en el espíritu de las ideas de Karl Marx, el proletariado pondrá fin de la dominación de la burguesía e instaurará el régimen comunista…”
Entre los asistentes se encontraban numerosas representaciones de la Internacional Comunista bajo banderas rojas ondeantes agitadas por una multitud que lanzaba consignas, soportando la lluvia y el frío invernal, además de la frágil Inessa Armand, quien junto con los Uliánov en la fila de amigos y camaradas, se había acercado a dar sus condolencias a los deudos acongojados.
Según otras versiones, Lenin había entrado a una de las clases de Inessa Armand en el centro de estudios donde trabajaba, se sentó en la primera fila atento y divertido, sin dejar de ver a la profesora francesa.
Pocos días después ella se mudó a la casa de la calle Marie Rose 4 que alquilaban unos alumnos rusos en el Distrito XIV, vecinos hasta entonces del intelectual y su esposa Nadezhda Konstantínova Krúpskaya.
Nadezhda e Inessa se conocen, conversan y comparten ideas y convicciones revolucionarias, y no tardan en volverse amigas, manteniendo vínculos intelectuales estrechos que se aproximan e identifican entre la profesora Armand y la pareja de los Uliánov
Políglota, Inessa es la alumna ideal y la colaboradora perfecta para alguien del rigor científico y la disciplina intelectual de Lenin, encargada de su correspondencia, traductora y organizadora de reuniones y conferencias, correctora de sus escritos y de otras tareas que dejan ver en ella una asistente incansable, enérgica y concienzuda, colérica, humilde y arrogante al mismo tiempo.
Inessa Armand fue quien propuso a Lenin a organizar la campaña bolchevique en la Duma, el Parlamento, para después de la Revolución del 25 de octubre de 1917, ser la directora de la Zhenotdel, organización que luchaba por la igualdad de las mujeres dentro de Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y los sindicatos.
También estuvo al frente de la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas, interrumpiendo su papel de figura política al morir de cólera en 1920, cuando solamente contaba con 46 años.
Poco antes de morir, escribió en su diario: “Ahora tengo sentimientos para mis cinco hijos y para Vladímir Ilich: mi corazón ya murió para cualquier otro afecto; el mío parece haber agotado todos los recursos del amor y la compasión que tanto lo hicieron vibrar en el pasado…”
Dos semanas más tarde, el 9 de octubre de 1920, una locomotora entró lentamente en la estación moscovita de Kazán, tirando de un vagón envuelto en una bandera roja, en tanto Vladímir Ilich Uliánov esperaba en el andén.
El 12 de octubre, pasados tres días, Elise Steppane para los franceses, Inessa Fiodorovna Armand para los rusos, fue sepultada en el Panteón de los Patriotas. al pie de la gran muralla del Kremlin.

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