Francisco Rodríguez
“Asegúrate de conectar tu cerebro antes de poner la lengua a funcionar”, reza uno de los maravillosos refranes populares, esa cantera de sabiduría insuficientemente explorada por nuestros intelecuales de nopal y huarache que rinden constante pleitesía a todo lo extranjero, mientras más pernicioso, mejor. Se privan de manjares exquisitos. Allá ellos.
Cuando el chiquilicuatre esquizoide neoyorkino, fugazmente sentado en el sillón más importante de esa Oficina Oval decorativa de los grandes intereses económicos, echa a andar su descontrolada lengua, se lleva entre las patas a los ancestros y a los incondicionales lamebotas mexicanos, sus peleles preferidos.
Atropella a los padres fundadores de su Nación, cuando criminaliza y encausa por sospechosismo a todos los migrantes, pues si de criminales se trata, usted y este escribidor siempre hemos comentado cómo le hicieron los descendientes de los “padres peregrinos del Mayflower” para masacrar a quince millones de indígenas norteamericanos.
Eso, claro, para quitar de en medio, al costo de solución final, a los propietarios originales de todas las tierras de todos los ancestros de la basura blanca que después se posesionaron de ellas a precios ridículos y con títulos falsos de propiedad, producto de haber borrado del mapa a cherokees, seminolas, sioux, apaches… encadenados por lazos genéticos a la raza mexicana.
Poder Judicial, valladar ante las locuras de Trump. Pero…
Atropella, en su voracidad verbomotora irrefrenable a toda la estructura del poder institucional estadunidense, cuando por su ignorancia desconoce el funcionamiento del aparato y quiere gobernar y ordenar por capricho, voluntarismo y berrinche, creyendo que las leyes son las que deben ajustarse a sus estados de ánimo y nunca al revés.
Claro, uno de los resultados más estructurados de la Constitución de Filadelfia es el sistema jurídico estadunidense. Sí. Representa un fenomenal valladar para los que atentan contra sus intereses fundamentales. Es cierto. Pero todo funciona… hasta que deja de funcionar. Tanto va el cántaro al agua hasta que se quiebra. No hay loco que trague lumbre. No debemos olvidarlo.
Echó a andar una maquinaria de terror en aduanas y fronteras
Los grandes intereses del capitalismo estadunidense siempre rebasaran las posibilidades de la judicatura. Los ejemplos sobran, pero para este efecto baste con recordar a los jueces de Tallahassee, Florida, que despojaron del triunfo electoral a Al Gore, para sentar en La Silla al mequetrefe republicano de George Bush II, que para legitimarse, desató uno de los mayores genocidios de la historia reciente, desde luego, a base de mentiras que fueron apoyadas por el mismo público de la basura blanca.
Se fabricó el “atentado” de las Torres Gemelas de Nueva York, perpetrado por él mismo y por la compañía “Bush y Bin Laden, S.A”, no por migrantes musulmanes, como ha quedado suficientemente demostrado. Criminalizó a su empleado Hussein, construyó la engañifa de las armas químicas y nucleares iraquíes y bombardeó sin clemencia a la antigua Mesopotamia, no sin antes vaciarla de sus tesoros antiquísimos, semillas de la civilización occidental.
Jamás pudo legitimarse. Sin embargo, el beodo e inútil Bush II sigue paseándose por todas las pasarelas políticas estadunidenses. Y nadie le dice nada. Echó a caminar una maquinaria de terror policíaco en aduanas y fronteras sobre la población mundial que la dejó pasmada y catatónica, poseída por la impotencia de oponerse a la esquizofrenia imperial.
Los verdaderos jefes de El Chapo Guzmán sí gozan de impunidad
Los únicos que gozan de impunidad frente al sistema judicial gabacho, son los verdaderos dueños del dinero, y en este sentido, los jefes de El Chapo Guzmán, sentados en los sillones principales de los corredores financieros y en los puestos de mando del Pentágono, del Departamento de Estado, la CIA, el FBI y la AFT, garantizan absolutamente su tranquilidad. El famoso criminal sólo cumplió órdenes y al parecer, lo hizo impecablemente bien.
Los dueños del narcotráfico, los titiriteros mayores, los enormes lavadores de los flujos ilícitos de dinero, los señores de la corrupción universal, representan magnitudes de intereses que pasan por encima de cualquier poder establecido en los Estados Unidos, llámense Trump, poderes judiciales, Congresos, y cualquier contrapeso que se les oponga. Ésos sí son impunes de necesidad.
Para ellos no habrá obstáculo posible. Cuando deciden premiar la obediencia o castigar a todos los que por ignorancia o voracidad estorban su arrasador funcionamiento, los empoderan o los eliminan. Frente a ellos, el lenguaraz Trump arriesga inconscientemente el pellejo. Pero más que Trump, los que verdaderamente se encuentran en esa cuerda floja son los entreguistas toluquitas, que a estas alturas ya son innecesarios, desechables.
En cuatro años, la mitad del PIB: Global Financial Integrity
Cuando el Banco Wachovia fue señalado de lavar más de 300 mil millones de dólares provenientes en gran medida de los carteles mexicanos y de su hombre en Badiraguato, las autoridades judiciales les impusieron la multa del 0.25% del monto denunciado, 50 millones de dólares, y los obligaron a trasladar el dinero a otro banco, otra “lavandería”, el Wells Fargo, que seguiría funcionando para los mismos fines mientras se diluía el escándalo.
Y salvaron la cara. Pero ésos eran otros López, no los que estamos comentando, más frágiles que un barquito de papel en un aguacero. Aunque los toluquitas creen que son cómplices de primer nivel de los grandes intereses gabachos, deben de saber que sólo son unos gatos de ocasión, nunca los dueños de ese gigantesco entrambulique.
La tolucopachucracia es responsable del lavado de dinero calculado por Global Financial Integrity, la supervisora del tema en Washington, por la suma de más de 582 mil millones de dólares en este llamado sexenio, equivalente a la mitad del producto interno bruto nacional, el doble del presupuesto anual federal, y tres veces más de las reservas monetarias depositadas en Estados Unidos para avalar el precio del dólar.
De actividades criminales, corrupción, sobornos, comisiones…
Los flujos financieros ilícitos, dice Global Financial Integrity, el Big Brother de las grandes corporaciones, “procede de la corrupción, sobornos, comisiones, actividades criminales y esfuerzos por ocultar riquezas de las autoridades fiscales nacionales”. Los toluquitas alcanzaron un ranking en este sector, que superó en cuatro años todos los estándares de fuga de capitales de los anteriores cincuenta años.
Sin embargo, lo hicieron con impericia e impudicia. Y eso no se perdona. Exhibieron toda la cadena de manejos subrepticios, generalmente aceptados por la doble moral prevaleciente. Les pidieron se sentaran y se empinaron. Adoptaron una conducta despreciable y dañina, aún en contra de su seguridad, con temeridad ignorante y rastacuera. Y, “pa’ las yeguas del Jaral, los caballos de allá mesmo”.
Desde EU ordenan investigar nexos de la tolucopachucracia
El nerviosismo se ha apoderado de la casta toluquita, a los pocos minutos de que su patrón Trump expidió otra desquiciante acción ejecutiva para acabar con los carteles de la droga, allá y acá. Sintieron que la orden de marras tiene nombre y apellido. Como allá no lo va a lograr, sólo le queda operarla acá, entre los débiles palafreneros. El hilo se rompe por lo más delgado, usted sabe.
No se sabe cómo se enteraron que desde la Casa Blanca de Washington salió la orden inmediata de investigar las actividades delincuenciales de Oso…rio Chong, Vi(rey)garay y Peña Nieto. El hecho es que al saber la voz del amo, obedecieron de inmediato la instrucción de empoderar a Vidal Francisco Soberón Sanz, hasta el grado de prometer sentarlo en el sillón de Bucareli, y tratar de ponerse el huarache antes de espinarse.
De ahí viene la sevicia y la impunidad otorgada a Soberón, un proverbial burócrata de la Marina Armada, para ordenar ejecutara la masacre de Tepic –¿guerra convencional?, ¿con artillería calibre .50, trazadora de luz como la que vimos en la guerra del Golfo Pérsico?–, en la cacería de un trasegador de tercer talón, El H2, al que de repente motejaron como “el sucesor de El Chapo”. La matanza de doce civiles, producto de ráfagas de alto calibre soltadas desde el helicóptero, es el resultado de ese intento desesperado por quedar bien con sus perseguidores.
Con EPN, México en la lista negra de las economías ilícitas
Pero todo intento es vano. La orden está dada. Y en ella, sí están de acuerdo los grandes intereses, y desde luego el Poder Judicial de allá. De allá viene también la conclusión de la correduría Fitch Rating para advertir que los de Atracomulco ya están en la lista negra de los préstamos financieros: son un país en riesgo ¡ni un dólar más!
Ya hicieron saber los financieros neoyorquinos, con ese monumental morro que los caracteriza, que los toluquitas, su Bolsa de Valores y su aparato administrativo criminal, forman la tercera economía ilícita más grande del mundo, después de China y Rusia.
El fracaso de Trump, cubierto con la zalea del toluquismo ladrón
Usted y este escribidor hemos comentado que los traidores natos son los principales enemigos de sus titiriteros. Simplemente, son tan mediocres que les estorban. Que si aquí no nos decidíamos a sentenciarlos por sus delitos de lesa traición a la Patria, acabarían llevándoselos bajo cuerda para silenciarlos allá. Fíjese que le atinamos. No será, dijimos, la primera vez que suceda.
La historia se repite, es inexorable. El fracaso presidencial de Trump será cubierto con la zalea del toluquismo depredador. Es el precio de la traición, pasar de lo sublime a lo ridículo. Lo más nefasto es ser sentenciados por un mequetrefe anaranjado que se ha ganado la repulsa de los mexicanos bien nacidos. También, la total y absoluta descalificación universal.
¿O usted qué hubiera hecho?, cual pregunta el –ahora sí– apanicado atracomulca de Los Pinos.
Índice Flamígero: Y mientras los toluquitas se enriquecen brutalmente –¿para qué roban tanto?, ¿cuándo se lo van a gastar?– el sistema de pensiones del ISSSTE colapsa, perjudicando a decenas de miles de trabajadores que pensaron tendrían un retiro digno. Un tal Erick Vera López, quien firma como subdirector de esa área, anuncia que los pagos a jubilados vendrán mermados, porque el Índice de Precios al Consumidor –del Inegi y de Banxico– para este 2017 es de 3.36%. Por supuesto que tal muestra estadística no refleja los “gasolinazos” ni demás pérfidas medidas del gobiernito en contra de la población. Por si fuera poco, existen cientos de casos en los que, por trámites burocráticos, no se pagan las pensiones, como es el caso de los helicopteristas civiles de la PGR –“fumigábamos hasta 40 toneladas diarias de marihuana y otras veces hasta 10 kilos de goma de opio (un kilo de heroína diaria)”, dice don Efrén Federico Navarro Prieto, soslayando que desde que se militarizó esa actividad los resultados son magros–, a quienes se ha sometido a un verdadero viacrucis de inútil papeleo. + + + Tras la caída “con honor” porque no metió las manos –¿cómo iba a meterlas, señor EPN, si cayó desmayado?– el sargento segundo de cadetes (4° año) Carlos Alberto Fernández Cruz presenta “traumatismo craneoencefálico leve, esguince cervical grado I, fractura bilateral de cóndilos mandibulares, fracturas dentales múltiples, herida por contusión de aproximadamente 2 centímetros en región submentoniana”, de acuerdo con el parte médico que circula entre los miembros de las Fuerzas Armadas, violando a todas luces los derechos del paciente + + + La mano que meció la cuna para “reventar” la marcha de ayer domingo es la de Roberto Hampa Cifrián, subsecretario ¡de Derechos Humanos! de Gobernación. Laura Elena Herrejón, su fiel operadora, fue quien solicitó a Isabel Miranda –quien siempre está ávida de apoyo$ de EPN, a través de Hampa— que organizara la “contramarcha” de Bellas Artes a “El Ángel. O qué, ¿a poco ya nadie se acuerda del pastel de cumpleaños que la Wallace le llevó a EPN en un acto público? + + + Y una primera víctima –¿auto atentado? de la marcha será el rector de la UNAM Enrique Graue. Anótelo e su agenda. + + + Don Alfredo Álvarez Barrón cita, esta vez, el polémico tweet del que fuera cacharpo de Octavio Paz: “No marchar proyecta pasividad, indiferencia y hasta cobardía, intelectual (y filósofo) Enrique Krauze…” Y El Poeta del Nopal anatematiza:
Destila, senil alarde,
sabiduría a cuentagotas:
la marcha de los patriotas
¡no es apta para cobardes!
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