FRANCISCO RODRÍGUEZ
El Estado y su aparato político se desmoronan, pero la corrupción avanza a velocidad turbo en la Corta Transformación. Previo a una conferencia mañanera, el Caudillo profiere: que se vayan todos los que quieran. Yo necesito más lealtad que cualquier otra cosa, incluso que capacidad. Si se van todos, no hay problema, puedo gobernar solo.
“Pido lealtad a ciegas al proyecto de transformación porque el pueblo me eligió para eso, para llevar a cabo un proyecto de transformación, para acabar con la corrupción, para acabar con los abusos, para llevar a cabo un gobierno sobrio, para hacer justicia… esto es un apostolado, y hay que resistir, porque el que se aflige, se afloja”.
El socialismo planificado se convirtió en un capitalismo de Estado, pero aquí ya ni el estado es necesario. Aquí ya se instaló un capitalismo salvaje de favoritos que está funcionando a las mil maravillas, por encima de cualquier mecanismo de distribución del ingreso, mejor que cualquier política social, que cualquier política industrial o de infraestructura.
Quien no se pliegue a esos requerimientos, desde ahora podemos decir que será bruja cazada por el SAT, delincuente de cuello blanco, enemigo de la Corta Transformación, amenazado recurrentemente cada “mañanera” por un aparato chusco de persecución que no tiene dientes ni voluntad política para llegar algún día a debutar con éxito. Construido verbalmente sólo para propósitos electorales entre los chairos.
La Corta Transformación se hunde en el pantano de Dos Bocas
“La administración pública exige mucha entrega y fatigas… hay gente muy buena, honesta, con convicciones, inteligentes, pero no se les da lo del trabajo como servidor público”, opina. Y sí, la voracidad, el empeño de arrasar con todo, los lleva a decir que el Tren Maya es un tren siberiano, que la lealtad es ciega, y ya no sabemos cuántas babosadas.
La Corta Transformación se hunde en el pantano de Dos Bocas con las bolsas de dinero sobre el cuaco, como se hundió Rodolfo Fierro, el sanguinario general de Villa con su cargamento de oro en la laguna artificial de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua.
Para la comandanta Rocío Nahle, después de que repartió miles de millones a sus compadres y cuatachones en el fallido proyecto de la refinería insensata de Dos Bocas, opina que el proyecto inundado por el encharcamiento es natural, en Tabasco llueve mucho. El aeropuerto de Texcoco, no. La obra está en medio de un océano, no porque se haya erosionado por el abandono, sino porque no servía. “Entonces, váyanse a Tapo los que se aflijan”, recordamos que dijo.
Faltan las voces sensatas, quienes les recuerden que son humanos
Porfirio Muñoz Ledo, el profeta de la Corta Transformación para décadas de vida, defiende lo indefendible: el asunto de la corrupción del hermano incómodo, Pío López es infinitamente menor que los miles de millones de Lozoya. No son lo mismo. Eso es lo que hace la gente para adular, finalmente para ser inservible a la Nación. Aquí estamos. Por eso estamos.
En cualquier otro lado ya hubieran amarrado al sujeto de Palacio Nacional, aquí no. El coro de lamesuelas comparte los mismos afanes, por ambición o por miedo. Faltan las voces sensatas, los que les recuerden que vivimos en este planeta, que somos de carne y hueso. Que la gente come, que no vive de latiguillos oratorios bufos.
“Ellos- los enemigos de la Corta Transformación están reaccionando de esta manera porque vamos hacia adelante, es decir se va transformado el país, y que se sepa, nunca vamos a restringir las libertades, no va a haber censura, no va a haber persecución a nadie, se va a garantizar la libre manifestación de las ideas, la libertad de expresión”.
El “caudillo” premia a quienes se pliegan a sus insensatas ocurrencias
Pero ese sonsonete chusco del “caudillo” es desmentido cada minuto por su realidad circundante. Se persigue a los libres, se denuesta y se golpea a los manifestantes, se cerca y se secuestra a los diferentes. Si Claudia Sheinbaum, la comandanta de la Guarnición del Ayuntamiento capitalino, respalda sus dichos, de inmediato se le premia.
Recuérdese que, a las pocas horas de que sus falanges chairas agredieron a los manifestantes de Frenaa, recibió una transferencia de Hacienda correspondiente a diez mil millones de pesos “para que remoce la Ciudad”, en vista de las bajas recaudaciones de autogenerados, para que todo lo tenga listo para las próximas elecciones intermedias. Es la consentida, sin duda.
A los que se oponen, parece recordarles que pronto podrían también estar pernoctando en los campamentos del Zócalo: el destino de los infieles, de los cansados, de los que atentan contra su religión laica de pacotilla y de nauseabundez. A los decálogos patito que nos llevan al infierno de los sensatos.
Es el presidente más atacado, como Francisco I. Madero, dice. Las páginas de los periódicos que se respetan se llenan de críticas acerbas para sus desplantes. Los que se pliegan, no. Como La Jornada, reciben mensualmente centenares de millones para repetir ad nauseam el culiempinamiento acostumbrado.
Menos del uno por ciento de la población, riquísimo y apapachado
La corrupción y el Estado llevan velocidad de jet, pero en sentido idéntico. Las dos van que vuelan a lo insondable. Mientras, en el mundo real,
El “caudillo” ya se convirtió en innombrable. Millones ya lo alucinan, no quieren ni pronunciar su nombre, prefieren mencionarlo por alguno de sus varios apodos.
La corrupción y el Estado, a velocidad de jet, han logrado lo que ni en sueños los peores gobiernos: menos del uno por ciento de la población, riquísimo y apapachado. El otro 99% y pico, en la cuarta pregunta.
Para el récord de Guinness, para el Premio Nobel.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El hermano Pío, las cuñadas, la prima… las adjudicaciones directas… las casas de Manuel Bartlett y los bisnes en el IMSS de su hijo… el hermano de la titular de la SFP acudado de lucrar políticamente con los programas sociales y las “becas” al esposo de esta fruncionaria… las compras del sector salud a empresas sancionadas… el ex delegado Carlos Lomelí y sus negocios también con el sector salud… entre otros muchos son los casos de corrupción que hasta ahora conoce la opinión pública, pero hay más.
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