FRANCISCO RODRÍGUEZ
Los analistas de vanguardia ubicaron al famoso círculo rojo como un escudo de combate frente a los desconfiados anarquistas que optaron por el color negro que, según ellos, representaba la negación de todo lo existente. Sin embargo, como concepto filosófico el círculo rojo se remonta a épocas lejanas.
En la ciencia hermenéutica, el círculo rojo lo integraban aquéllos que por capacidad mental podían descifrar todos los manuscritos y palimpsestos de la evolución. En el budismo zen, era sinónimo de la sabiduría más profunda. Ibn Jaldun, el padre magrebí de la sociología, ponía en ese círculo a “aquellos que pueden entender”.
En la filosofía presocratica y durante el alquimismo, el símbolo del uróboro, la serpiente que se muerde la cola formando un círculo perfecto, se ubica sobre un fondo rojo y patentiza el ciclo infinito de la vida en constante progresión. Los masones, dirigentes de la Revolución francesa, por el estilo.
Sólo unos “trescientos mil estamos politizados”: Mauricio Macri
En el año 2007, durante la campaña de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Mauricio Macri, entonces alcalde de Buenos Aires, revivió, en una entrevista al diario porteño Perfil, el concepto y causó conmoción, por el mensaje que en el fondo ridiculizaba a la clase política.
Decía Macri que el círculo rojo era “como un microclima de la política… unos trescientos mil que estemos politizados… un día estamos a favor y el otro en contra del gobierno, depende… los políticos no hablan de política, los periodistas sí… son los que están enterados…” El círculo verde se reservó a los que no tenían nada qué ver y padecen de sus designios y de sus caprichos.
Los políticos mexicanos acaban con lo que encuentran
En el sistema político mexicano, de sesenta años para acá, el círculo rojo estuvo reservado a la pluma de los intelectuales. Los presidentes priístas, sabiéndolos caballeros exquisitos y puristas del lenguaje, les encargaban revisar sus discursos cruciales. La especie se fue depurando, hasta que el delamadridismo creó a los intelectuales orgánicos.
No es tan difícil ser del círculo rojo, cuando todos nos han demostrado que las castas políticas mexicanas son de las pocas en el mundo que no nacen para construir. Nacen para acabar con lo que encuentran, incluso con ellas mismas.
Han decidido desde siempre que lo único que les queda es sacarle ventaja al medio en que se desenvuelven, una ventaja, claro está, que las beneficia en grado sumo. Los mexicanos nos hemos hecho famosos por echar a perder, descomponer y quemar todas nuestras riquezas.
Lo único que nos hacía falta es el desprecio y la desconfianza internacional por la rapiña y la ignorancia que la actual casta en el poder practica cotidianamente con una voracidad y mendacidad insaciable. Desde entonces, todos los medios de respeto en el mundo han formado un círculo rojo para denostar al gobiernito local.
Tiranía: abuso de poder, de fuerza, de autoridad, sin justicia.
En el interior, todas las publicaciones formales e informales, la prensa hablada y escrita, más las redes digitales, están ya entre los que forman el círculo rojo. La mejor señal para saber que no están equivocados. Se puede engañar a algunos durante algún tiempo, pero no a todos por siempre.
La democracia debe asentarse sobre el pensamiento y las ideas de la gran mayoría, no de algunos cuantos, so pena de caer en la tiranía, ésa forma de gobierno donde el que manda tiene un poder absoluto, no limitado por las leyes ni por la opinión pública. Es el abuso de poder, de fuerza, de autoridad, sin justicia.
La imposición de la tiranía es la única razón del gobiernito que aprovecha la desazón para emitir decretos y caprichos, mientras la gente está indefensa, confinada, arrinconada. La población está incomunicada y expuesta a todas las mentiras y sandeces del tiempo oficial, utilizado frente a públicos previamente elegidos y comprados.
Se presentan como protectores del pequeño y del desvalido
Cifras manipulables, otros datos, mensajes amenazantes, abuso de poder frente a los amordazados.
En nombre de la libertad se esgrimen numerosas insensateces, imponiendo berrinches y odios dictados por minorías fanáticas, sectarias y terroristas. Evolucionan en un caldo de cultivo provocado por autoridades irracionales, asociadas con modelos jerárquicos de relación entreguista.
Tienen una imagen estatuaria del mundo y maquilan una espiral dinámica que no tiene fin en cuanto a malos resultados. Se presentan como protectores del pequeño y del desvalido, arguyendo que “se les protege de sí mismos”, de su propia hostilidad. Semejante a los que quieren eternizarse en el mando político, para seguir haciendo de las suyas.
Nunca la crítica de medios internacionales ha sido tan vehemente
Recurriendo al método del uso del miedo, como antesala del despotismo, autócratas que exigen ser tratados como salvadores de la patria, pues pretenden hacernos creer que si dejaran el poder generarían más daños. Ellos atizan, para después convocar a la apatía ciudadana e imponer la disciplina que les favorece, como un estado espiritual.
En su tozudez jamás pensaron que se les fuera a voltear el chirrión por el palito. Han sido demasiadas sandeces. Las respuestas de estadunidenses y británicos, a través de Financial Times, Wall Street Journal, New York Times y Washington Post, entre otros, juntaron posiciones encontradas tanto de los demócratas y de los republicanos, de laboristas y conservadores. Nunca la crítica ha sido tan vehemente.
Ninguna zalamería con el patrón de turno, el florero en la Casa Blanca, puede rendir los efectos que buscaban. El peso de la opinión pública internacional también juega un papel que siempre han ignorado, por la imposibilidad de comprenderla. Ahora, están contra las cuerdas, porque la discusión del caso mexicano se salió del ring chichimeca.
¿”Ayudaron las remesas, el alza del crudo y la recaudación”?
El círculo rojo crece desaforadamente. El jardinero con suerte, ese personaje cantinflesco que cree poder gobernar con chistes macabros –como el de ahorrar en la pandemia o esa afirmación de que el neoliberalismo no pudo, como él, domar la emergencia sanitaria–deben de quedar como lo chusco de nuestros peores momentos.
¿”Ayudaron las remesas, el alza del crudo y la recaudación”? A otro perro con ese hueso. ¿Quién dicta la política económica es el gobierno?, sin tomar en cuenta y desdeñar a quienes producen los impuestos, la riqueza y el nivel de gobernabilidad, es simplemente descabellado y producto de una ineptitud supina y descarada.
Nunca un Presidente se había puesto tan “de a pechito”
Ya todos somos el círculo rojo. Dentro de nuestras fronteras, afuera del país e incluso entre los colaboradores más cercanos al Caudillo. Nadie quiere cargar con ese oprobio. Todos buscan por todos lados una salida a este estado de cosas. Ha de llegar, más temprano que tarde. Porque el país está destrozado, el hambre amenaza, los indicadores están en la lona, la desesperación ha hecho presa del país.
Nunca un Presidente se había puesto tan “de a pechito”. Los vecinos del Norte y los cercanos del círculo íntimo están poniendo sus barbas a remojar.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En la “mañanera” del viernes más reciente se escuchó la respuesta ranchera del Presidente de la República a las críticas de los medios de comunicación a su gobiernito y extendió sus embates hacia la prensa. Apuntó en esta ocasión a los medios internacionales de mayor prestigio como The New York Times, The Washington Post, The Financial Times y El País, acusándolos de mentir y de no tener ética en la cobertura que han hecho en México sobre el manejo que ha tenido su gobierno ante el impacto del Covid-19. AMLO señaló que con el regreso de lo que ha llamado “la nueva normalidad”, es decir la reapertura tras el confinamiento causado por el coronavirus, tanto estos medios como la prensa en su totalidad deben reflexionar sobre su rol.
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