FRANCISCO RODRÍGUEZ
Recesión y los “otros datos” de Sheinbaum
Se había tardado el Fondo Monetario Internacional, representante de los financieros que siempre nos sacan el gato del agua, en advertir que con un decrecimiento estimado en 0.3% la economía mexicana entrará en recesión.
También la Presidente formal Claudia Sheinbaum se había dilatado en exponer que ella, como su mentor López Obrador, tiene “otros datos. Un modelo diferente elaborado por la SHCP, mientras que no sabe “de donde sacan” sus cifras en el organismo financiero multinacional.
Pero las cosas obviamente empeoran cuando ella dice que en el FMI “no creen que el Gobierno pueda hacer nada para cambiar una situación que viene del propio mercado”
Por supuesto que ellos no creen.
Y la mayoría de los mexicanos informados, tampoco.
No es cuestión sólo de cifras. Modelos matemáticos y porcentajes. Nuestros datos, que pueden coincidir con los que tiene el Fondo, apuntan que hemos llegado al límite de un régimen, como este de Cuarta… Transformación, totalmente incapaz.
Que es la expresión más acabada de un gobiernito fallido en todas las líneas.
Negado para cumplir sus obligaciones elementales con los mínimos de seguridad, empleo, salario, educación, salud, vivienda, infraestructura y producción de alimentos.
Y que una cosa así no puede detener el contenido de ninguna forma de mando, ni debe ser llamado gobierno, ni en teoría ni prácticamente, bajo ningún punto de vista razonable.
La extinción de los ingresos reales, la incapacidad para atraer inversión para hacer una política de productividad, seguridad elemental y supervivencia, la imposibilidad de crecer arriba del cero por ciento, y la pérdida del diálogo con todos los sectores sociales, víctimas y grupos de presión o de interés, hacen de esto, más que una tragedia, una real vergüenza mundial.
Y si usted, estimado lector, le añade a lo anterior que los mexicanos estamos siendo asaltados por una dosis letal de políticas arancelarias al contentillo de Donald Trump, lo que tenemos en puerta es el aún mayor secado de la planta industrial del país y el circulante monetario, mientras la inmigración centroamericana continúa aumentando, entonces coincidirá en que estamos atrapados en el peor mundo posible, el de la incapacidad y la desconfianza en lo interno, y el de las amenazas externas.
Cada día que pasa descendemos un peldaño más hacia la barbarie. Los mexicanos hemos padecido malos gobiernos, rateros y sinvergüenzas, pero jamás un régimen de tan baja estofa que a la vez que potencializa la corrupción en todos los niveles y sectores de la administración…
… se muestra impávido, catatónico, para hacer algo en pro de los indicadores básicos para la subsistencia de la población.
Ha llegado para quedarse entre nosotros, mañana o pasado, la pavorosa estanflación, una mezcla de lo peor que combina estancamiento, inflación, devaluación y retroceso económico en todos los subniveles cuantificables.
La culpa no es totalmente del gringo
Vamos que volamos rumbo al menos 7 de crecimiento para los próximos años.
Por si alguien dudara ahí están como sombras ominosas la enorme deuda de Pemex y la deuda soberana del país incrementadas hasta lo absurdo por el antecesor de Sheinbaum.
El Fondo Monetario Internacional, nuestro último gancho para pedir prestado –no sólo para componer el desbarajuste cuatrotero de México– que nos dé la posibilidad de importar las subsistencias para la alimentación, se declaró no ha mucho técnicamente cajeado. Las puertas se han cerrado. No hay para dónde hacerse.
Hoy se está cumpliendo la amenaza de llevarse entre las patas a la población vulnerable, y a los que afirma el FMI que no producen ni lo que comen.
Hoy, la 4T ha puesto a México contra las cuerdas.
Donald Trump encontró a un país devastado previamente por un grupo de pandilleros incompetentes que decían “no mentir, no robar, no traicionar” y ha caído como una maldición sobre las economías populares.
Nos esperan meses de escándalo, de desesperación, de un pandemónium que jamás debimos haber sufrido.
La culpa, empero, no es totalmente del gringo.
Sea lo que haya sido, ningún gobierno del mundo tiene la justificación de actuar como lo está haciendo el mexicano: apretando las tuercas fiscales de cuentachiles, ahogando toda posibilidad al 63% de informales, no poder usar un sistema sanitario destruido con premeditación, alevosía y ventaja por la pandilla de marras, mentiras y engaños sobre la capacidad de respuesta, amenazas a los adversarios, y todo lo que usted más que nadie sabe.
El daño está hecho: fue como quitarle un dulce a un niño. Hemos caído en un abismo que no tiene solución.
Al haber destrozado todos los niveles posibles de confianza, al haber arrasado con el sistema económico, el aparato de la 4T no puede sostenerse en nada, y esto es precisamente lo que alarma dentro y fuera de nuestras fronteras, a vecinos, socios y adversarios jurados.
La posición de la OCDE, el FMI y las mayores calificadoras occidentales, responden al grito urgente de los incapaces que parecen buscar su propia extinción. México ya es el país emblemático de la desconfianza del pueblo en su gobierno. Las encuestas –hasta las pagadas– indican que la aprobación del gobiernito está en picada, en caída libre, sin posibilidad de recuperación ni de respuesta, aunque la señora presidente goce de gran popularidad.
El país, demolido. No se levantará durante las próximas décadas
Indicios
Si el FMI predijo un decrecimiento de menos 0.3% colocando a nuestro país como el peor afectado por los aranceles de Trump en todo el mundo, el Banco Mundial fue más optimista y lo dejó en 0%, aunque también es el más afectado de América Latina, por la suma de las tarifas arancelarias y las políticas antieconómicas de la 4T. En contraste, en Brasil el BM proyecta un crecimiento de 1.8 por ciento, menor al 2.2 por ciento previo; en Argentina, de 5.5 por ciento; en Colombia, de 2.4 por ciento; en Chile, de 2.1 por ciento; en Perú, de 2.9 por ciento; en Ecuador, de 1.9 por ciento; en Bolivia, de 1.2 por ciento; en República Dominicana, de 4 por ciento; en El Salvador, de 2.2 por ciento; en Costa Rica, Panamá y Paraguay, de 3,5%; en Nicaragua, de 3.4 por ciento, y en Uruguay, de 2.3 por ciento. Para consuelo de los cuatroteros, en Haití se espera una contracción económica del 2.2 por ciento. Ya mero alcanzamos a los haitianos. * * * Por hoy es todo. Vaya a usted mi reconocimiento por haber leído estas líneas y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!… pese a la 4T.
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