FRANCISCO RODRÍGUEZ
¿Unidad?, cuando Sheinbaum es insolente y arrogante
Como bien escribió Cicerón, “la victoria es por naturaleza insolente y arrogante”.
Y los aduladores de siempre, entre quienes hay muchos que nunca han leído al retórico de la Roma clásica, han hecho creer a la señora Claudia Sheinbaum que ella se coronó con laureles de victoria al haber conseguido que Donald Trump postergara hasta el 4 de marzo la imposición de aranceles. Por tanto, ella se muestra insolente y arrogante. Un mes. Tan solo un mes. Y, por si fuera poco, el mes más corto del año.
Insolente, sí, al no haber cursado invitación a una ceremonia que debió ser republicana, a los ministros de la Suprema Corte encabezados por doña Norma Piña, y sí únicamente a las tres que abiertamente, como ella, son fidelísimas seguidoras de López Obrador.
Arrogante, porque cree estar por encima de quien encabeza al Poder Judicial, cuando constitucionalmente son pares.
Pero ya sabemos lo que ella y AMLO le hicieron a la Constitución.
La irreflexiva actuación de la señora Sheinbaum es, además, chocante.
Choca de frente con los llamados de urgente unidad en torno a ella para que todos los mexicanos también se envuelvan en la desgastada bandera del patrioterismo, invocando a la soberanía… cuando todos ya nos percatamos de que ésta les vale un soberano cacahuate.
La tan socorrida unidad nacional es un sonsonete que desgraciadamente se agrega al catálogo de consignas bofas de un país que cada vez se asemeja más al “sueño de un mariguano al que se le está acabando la bacha“, como lo definió Carlos Monsiváis en un momento parecido.
Se pide para una señora que se deslegitima con sus imposiciones.
Sin autoridad moral
El garlito de la unidad nacional es un distractor para justificar que no podrán cumplirse a cabalidad los dislates del falso negociador Trump.
Quienes piden la unidad nacional son las rémoras que nos heredó el obradorato, una corriente que se encargó de azuzar la maniquea división de los mexicanos: pobres y ricos, fifís y desarrapados, neoliberales y chairos…
Hoy carecen de autoridad moral para exigir la unidad que nuestro país necesita con urgencia y que está ausente desde hace décadas. Nadie apuesta su honor para defender a unos descastados que han hecho cera y pabilo de nuestros valores más preciados.
¿Cómo pueden convocar a la unidad nacional los que han desmembrado al país dejándolo a merced de la violencia que generan los criminales, los que han escamoteado los servicios públicos en materia de seguridad, salud y educación, los que han descuidado y hasta destruido riquezas patrimoniales y territorio, los que a la primera oportunidad se agachan ante los enemigos del honor nacional, aunque los hagan creer que en sus negociaciones salieron victoriosos?
Pánico empresarial
Los medios a modo, se hacen trenzas para defender la indignación fantasiosa de la Presidente formal –el que manda ya no está en Palacio– ante las graves acusaciones de la Casa Blanca por mantener una “intolerable alianza” con los narcos.
Convocan a reuniones en la sede del Ejecutivo Federal a los apanicados e ignorantes empresarios que acuden a aplaudir victorias pírricas de la señora Presidente, no vaya a ser que en una de esas les apliquen la misma receta que a Ricardo Salinas Pliego.
Salen esos empresarios y luego pontifican en pro de la prudencia nociva sin dar una solución inmediata a lo urgente.
La medios impresos y electrónicos se saturan de apoyos extraordinarios de diletantes y oportunistas que se asoman para ver qué pescan en el río revuelto. Ignoran el principio básico: se apoya a aquello que está débil.
Porque en ese mundillo de la gesticulación mediática la mesa está puesta para los que presumen regresar de todos lados y nunca han estado en alguno. Porque, otra vez, los medios están al servicio de los impostores, de los patrioteros y de los lambiscones, y con ellos nunca sabremos qué hacer.
¿Qué están haciendo?
Y mientras, nadie propone soluciones. Tampoco se ve que actúen García Harfuch, desmantelando cárteles, ni Gertz Manero judicializando expedientes. Por el contrario, la violencia sigue cobrando vidas en todo el país, los desaparecidos van en aumento, las extorsiones son cotidianas… ante los brazos caídos de militares, policías y fiscalías que así convalidan la “alianza intolerable” con los criminales.
Solo hablan –porque nada más son buenos para hablar– de que han detenido a 10 mil delincuentes. ¿Ya los presentaron al MP? ¿Ya los juzgaron? ¿Cuántos de ellos y en qué cárceles los encontramos?
Y el sesentayochero Gómez ¿en qué entretiene su Inteligencia Financiera? ¿Ya incautó de los bancos los recursos que esas instituciones les “blanquean” a los narcos? ¿Cuántos hoteles, restaurantes y empresas inmobiliarias, entre otras muchas, han pasado a ser propiedad nacional al comprobarse que son “lavanderías” del dinero negro de los cárteles?
¿Tiene Ebrard ya listo el Plan B ante la cada vez más cercana posibilidad de que Trump sí le aplique aranceles a todo lo que importan desde allá?
Solo se ha visto actuar a los titulares de las Fuerzas Armadas, general Trevilla y almirante Morales, enviando a sus batallones a la frontera norte.
Los demás sólo aplauden… y exigen unidad nacional en torno a la señora Sheinbaum que, la verdad, se pasa de insolente y arrogante.
Indicios
Terquedad y contradicciones son también características de este régimen cuatrotero. Mientras este último miércoles la Secretaría de Economía eliminó las restricciones a la importación de maíz transgénico dictadas por AMLO en base a argucias, al día siguiente la titular del Ejecutivo Federal reiteró que se va a modificar la Constitución para prohibir la siembra y las importaciones de maíz transgénico para consumo humano a México, ahora bajo los argumentos de protección a las diversas variedades de este producto en el país. ¿Sí o no? No hay quien les entienda. * * * Por hoy es todo. Mi reconocimiento a usted que leyó este texto. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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