FRANCISCO RODRÍGUEZ
¡Qué gran domingo nos dio Xóchitl!
Desde que lo ocupó durante semanas, tras tomar pozos petroleros en su natal Tabasco…
… desde que lo usó para chantajear con un supuesto triunfo en la gubernatura de Tabasco…
… Andrés Manuel López Obrador se creía el dueño del Zócalo de la capital nacional…
… que siempre desalojaba tras recibir sustanciales cantidades de numerario –millones y millones de pesos– provenientes del erario.
Usaba a la Plaza de la Constitución para chantajear a los diferentes gobiernos federales, como también lo hizo en su “plantón”, después de las elecciones de 2006.
Siempre con “acarreados” lo siguió llenando varias, muchas veces más, ya como “Presidente legítimo”, ya como candidato a la Primera Magistratura y, ya instalado en el Poder Ejecutivo, para celebrar fechas del calendario cívico, múltiples informes y cuantas muestras de apoyo requería su egocentrismo.
Pero ¡ya perdió el escenario de su megalomanía!
¡El Zócalo ha vuelto a ser de la sociedad que, ya en tres ocasiones, lo ha colmado pintándolo de color rosa!
Y no sólo la enorme plancha, una de las más grandes del planeta, también las calles y avenidas que confluyen a ella.
Lo temía esta tercera ocasión.
Por eso no sólo llamó “traidores a la Patria” a las multitudes que él sabía acudirían al llamado de los organizadores de la llamada “Marea Rosa”…
… se complicitó con el área radical del magisterio para que instalaran un campamento, un plantón –que resultó insignificante, marginal–, pese a los llamados de quienes solo cobran como titulares de la SEP y de SEGOB para que no abandonaran “su protesta” y permanecieran como estorbo…
… también usó a la cuatrotera consejera presidente del INE, Guadalupe Taddei, para que intentara, fallidamente, que los asistentes a la concentración no vistieran prendas del color que, ella dijo, es prácticamente exclusivo del órgano electoral…
… ordenó que se declarara una contingencia ambiental ¡en sábado!, para evitar que al día siguiente muchos no pudiesen usar su vehículo particular para asistir al evento en el corazón político del país…
… instruyó a Martí Batres, el sustituto jefe del gobierno capitalino, para que sus policías impidieran en la medida de lo posible la instalación del templete y los equipos de audio, así como el acceso ¡a una plaza pública! hasta una hora determinada…
… y para que el mismo domingo hubiese rondines de patrullas por las calles que rodean a la plaza en un claro acto de intimidación.
Pero fracasó. Porque no fueron 95 mil, sino esa cantidad multiplicada muchas veces más, quienes respondieron a la convocatoria de la llamada “Marea Rosa” que este domingo hizo que temblaran en el Palacio Nacional ante lo que se convirtió en un verdadero tsunami.
AMLO ya sabe que el Zócalo no es de su exclusiva propiedad…
… se lo arrebató Xóchitl Gálvez…
… aunque lo volverá a llenar con “acarreados” para que su candidata Claudia Sheinbaum realice uno de sus últimos actos de una carísima campaña que ya lleva casi tres años.
Ahora, todos a recuperar la República, su exhorto
Y ahí, frente a un gran sector de la sociedad que recuperó para ella la Plaza de la Constitución, Xóchitl Gálvez pronunció vigorosamente un discurso perfectamente redactado en el que no sólo llamó a defender a la República, lo mismo que a resolver magistralmente los cuestionamientos de quienes le critican por haber sido postulada por el PRI, el PAN y el PRD: Antes que partido, yo tengo patria, dijo la hidalguense.
“Cuando los mexicanos del futuro nos miren a los ojos podremos sostener nuestra mirada y les diremos con orgullo: sí, los mexicanos de 2024 respondimos al llamado de la República para defenderla.
“Sí, los mexicanos del 2024 derrotamos al autoritarismo y protegimos nuestra democracia. Sí, los mexicanos del 2024 no nos dejamos vencer por el odio y nos dimos otra oportunidad para seguir siendo un solo País y un solo pueblo unido y sin divisiones bajo el mismo cielo, bajo la misma bandera, la bandera como México es de todos. La bandera es de todos los mexicanos”, expresó Gálvez, quien un par de días antes había demandado a AMLO que se izara el lábaro patrio, lo que se hizo al troche y moche pasadas las 8:30 de la mañana.
Acompañada por Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, ella dijo que “estamos aquí los ciudadanos de la sociedad civil codo a codo con los simpatizantes del PRI, del PAN y del PRD, estamos aquí defendiendo principios que nos unen por encima de cualquier división, de partido o ideología. Hoy, nos haría bien recordar la frase del General Negrete cuando se unió al General Zaragoza para luchar por México en la gloriosa Batalla de Puebla: antes que partido tengo patria. Antes que partido, tengo patria.”
Y los asistentes al evento corearon la frase varias veces.
“Y hoy les digo: mexicanas, mexicanos, antes que partido tenemos República. Antes que partido, tenemos democracia, y antes que partido, tenemos México”, aseveró.
La ovación continuó.
Salió del Zócalo, triunfante.
Y la multitud, encantada.
Narcopartido, narcocandidata, narcotransformación
Por la noche, ya en el tercer debate por la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez volvió a conquistar al electorado exhibiendo lo que todos sospechan y muchos tienen confirmados: que hay un narcogobierno, de un narcopartido que postuló a una narcocandidata presidencial.
Así volvió a motejar a Sheinbaum por sus presuntas ligas con el narco, pese a que el INE ordenó retirar la expresión en las reproducciones del segundo encuentro.
Ante ello, la hidalguense dijo que no se trata de “un apodo ni un insulto, sino una descripción de hechos”.
Gálvez volvió a hacer referencia al libro La historia secreta, de Anabel Hernández, en el cual se acusa que los testigos protegidos que tienen a Genaro García Luna en la cárcel son los mismos que aseguran haberle dado dinero a las campañas de López Obrador.
Y para redondear, exhibió que Mario Delgado, el dirigente formal de Morena –el verdadero es AMLO, como usted sabe bien– está bajo investigación criminal en agencias de seguridad de Estados Unidos.
“¿Ahora entienden por qué le llamé narcopartido a Morena?”, dijo Gálvez.
Y explicó que, en 2019, el morenista se asoció con Sergio Carmona, vinculado al crimen organizado. Que el negocio consistía en meter gasolina de Estados Unidos a México sin pagar impuestos; para el nombraron a Julio Carmona, hermano de Sergio, administrador de la Aduana de Reynosa. Que este negocio provocó un quebranto de 700 mil millones de pesos de impuestos al SAT, pues “entraron 150 millones de barriles de gasolina y diésel ilegal”, acusó.
Carmona fue financiador de campañas de Morena, hasta su muerte en 2021, mientras que en ese lapso Mario Delgado, los entonces candidatos a los gobiernos de Tamaulipas y Sinaloa, Américo Villarreal Jr. y Rubén Rocha, entre otros, usaban su avión privado como si fuera de ellos.
Cierre apoteósico de un gran domingo que nos dio Xóchitl Gálvez.
Derrotó a AMLO. Venció a Sheinbaum.
¡Ahora, a votar!
Indicios
Los debates presidenciales constituyen un marco democrático para proveer información a los electores y mostrar las diferencias políticas entre los candidatos. En muchos países se convirtieron en un rito de la democracia. Durante el debate, los candidatos muestran características generales de su personalidad y su estilo de liderazgo, no solo en sus intervenciones, sino también en las interacciones que mantienen con sus pares, y sostienen posicionamientos en materia de políticas públicas particulares. Y en ese sentido, los tres debatientes del domingo se mostraron tal cual: 1) Sheinbaum, calca de AMLO en posturas y defensa de las políticas públicas de la actual Administración. 2) Gálvez, arrojada, valiente, congruente con lo que piensa el colectivo social. 3) Máynez, defensor de López Obrador y de la candidata de Morena en tristes y grises intervenciones. * * * Y por hoy es todo. Me alegra que haya leído usted hasta aquí. Y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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