FRANCISCO RODRÍGUEZ
Pagamos el pato de los caprichos de AMLO
Nuestra historia política está atiborrada de un repertorio falaz y de arengas, lemas, símbolos, convocatorias y mitos extravagantes, que ha sido utilizado como auténtica arma de destrucción contra la memoria colectiva.
No sólo eso, porque también ha insultado elementales razonamientos e inteligencias, rebajado la moral pública de la población hasta el grado de convertirla en simple comparsa de vaciedades retóricas, consignas insulsas y agresiones impunes vertidas desde las matinés de Andrés Manuel López Obrador.
El autoritarismo rampante y los despotismos de todo tipo han sido el principal obstáculo para impedir que la gente no entienda –y menos reflexione– sobre el significado y las causas verdaderas de nuestra desgracia como una Nación avasallada y arrasada por los badulaques que se autodefinen como “transformadores”.
La mayor parte de la población se deja llevar plácidamente, de manera comodina, sobre algunos indicadores magnificados artificiosamente, que reflejan cierta movilidad ascendente de las clases medias y supuestas filantropías gubernamentales propias de paranoicos…
… el “primero los pobres”, por ejemplo, se da en función de sentimentalismos electoreros, símbolos religiosos que invocan a la Virgen de Guadalupe y mitos políticos que AMLO se inventó para construir su proyecto político de largo aliento, perpetuador de verdaderas dinastías de mentecatos, corruptos e ignorantes alejados de la necesidad apremiante y las carencias –servicios de salud, educación, vivienda, alimentación, incluso ocio– sin límite de la población.
Al pueblo que López Obrador tanto dice amar lo infesta cotidianamente con diatribas, engaños, cifras falseadas, sus famosos “otros datos”. Con ello acrecienta la desinformación y aun la despolitización, asientos sobre los que se erigen los monumentos a la corrupción, represión, intolerancia y pobreza.
Esta armazón denigrante forma parte de toda la parafernalia económica y del engaño para apoyar promesas seductoras de teorías fracasadas que han sido puestas en práctica en Cuba, Venezuela, Bolivia, y hasta hace poco en Ecuador y Argentina.
Gobiernito con precaria situación financiera
Es el retintín de siempre. El mismo que ahora apoyan los cuatroteros o amlovers para sostener que el reciente aumento en los precios de los combustibles –vía el incremento al IEPS– no repercute en la economía de los hogares. El ridículo verbal de estos lacayos, no tiene medida, ni pies y menos cabeza.
Y es que es bien sabido que la dificultad para resarcir los ingresos y el déficit gubernamental, se debe al dispendio sin control en las llamadas obras insignia producto del capricho del dictadorzuelo, lo mismo que a la baja captación tributaria porque han paralizado la planta productiva y secado la economía a base de desvíos, robos y decisiones fiscales regresivas, y a la acumulación de deudas históricas externas sin ton ni son.
La precaria situación financiera del gobiernito de AMLO de ninguna manera es culpa del pueblo, contra el que arremeten furiosos para poner a salvo sus “bisnes” y atracos burocráticos. Es producto de su incapacidad e ignorancia para ejercer el mando. Para actuar sólo conforme a caprichos como el de la Megafarmacia o “farmaciotota” que ya nos cuesta más de 2 mil 100 millones de pesos, sin que solucione el problema del desabasto pues, peor todavía, para surtir sus anaqueles están vaciando las pocas existencias que hay en las farmacias del IMSS y del ISSSTE.
También está el caso de la cancelación del NAIM que, de acuerdo con un reportaje publicado en el portal de Carmen Aristegui, los usuarios de Aeropuerto Internacional de CDMX pagamos y seguiremos pagando con el cada vez más caro con el TUA, a costa del deterioro de la principal terminal aérea del país. Incluso que parte de esos recursos se han desviado para fondear la construcción del fallido Tren Maya.
La gente paga impuestos y no tiene por qué pagar los platos rotos. Ni los caprichos de AMLO.
Mucho menos, cuando no se establece una mínima plataforma de servicios públicos, de oferta de empleo, de capacitación para el trabajo, de defensa de salarios, de promoción de estímulos para la producción, de impulso a la cohesión del tejido social.
Cuando el discurso gubernamental no puede ir más allá de la represión a los derechos fundamentales, la falta de respeto a las soluciones dialogadas en convivencia pacífica, los mínimos recursos para enfrentar las adversidades que los mercachifles en el poder han provocado.
Todos los mexicanos estamos pagando el pato de sus garrafales errores.
Pero eso sí: mandan a toda la jauría de sus paniaguados y voceros a descalificar cualquier intento de movilización popular, cualquier valladar que opte por oponerse firmemente a su desenfrenada devastación de la economía, de la política y de la sociedad.
Hoy por hoy, todo debe obedecer al discurso de los chacales de la 4T. Así no se va a llegar a ningún lado. En un país donde se piensa poco, nadie piensa nada.
Empezando por López Obrador.
Indicios
Circula en redes sociales el video de una plática que el magnate Carlos Slim dio a estudiantes del ITAM. Muestra en él un buen conocimiento de la historia de nuestro país y del desarrollo industrial y comercial que hubo durante buena parte del Siglo XX, en buena medida, dijo, a los esfuerzos y participación de su papá. Llaman la atención varias cosas. Una de ellas, que se hizo del control de Telmex durante el pernicioso salinato ¡con tan solo el 3.8 por ciento de las acciones! Se burla de los trabajadores bajo el cacicazgo de Francisco Hernández Juárez que, se mofó, en tan solo tres meses vendieron la mayor parte del paquete accionario del 4% que les correspondió en las negociaciones de la desincorporación de la empresa entonces paraestatal. Que con ese 3.8 por ciento se hizo propietario del mayor número de propiedades inmobiliarias que había en el país, terrenos y más terrenos donde había centrales telefónicas que el convirtió en inmensos desarrollos inmobiliarios, como Plaza Carso y Plaza Loreto y Peña Pobre en una zona ecológica del sur de la capital nacional, lo mismo que en prácticamente todas las ciudades de la República. Con ese 3.8 por ciento Slim también se hizo propietario de la mayor empresa de telecomunicaciones que había en ese momento y que aún es prácticamente monopólica. Y, lo mejor de todo, que nada soslayadamente habló de las transiciones gubernamentales pacíficas como la que espera que se dé en este 2024, mostrando nada veladamente su apoyo a la “corcholata” morenista. Del pasado reciente no dejó títere con cabeza. Criticó a los presidentes de los últimos 40 años, incluido, claro, Carlos Salinas de Gortari de quien habría sido socio en varios negocios a partir de la privatización de la telefónica. Y claro, mostró su apoyo a López Obrador por ser un “transformador”. Curioso que la plática haya sido en las instalaciones de la institución educativa fundada por Alberto Baillères con quien mantenía fuerte rivalidad. Más, todavía, que el presentador haya sido el titubeante heredero del fundador de Valores Mexicanos Casa de Bolsa, Operadora Valmex de Fondos de Inversión, GNP Seguros, Palacio de Hierro, Industrias Peñoles y su subsidiaria Fresnillo, Grupo Profuturo GNP y el ITAM, principalmente. * * * Y por hoy es todo. Gracias por la lectura de este Índice Político. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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