Bajo el título “Sientes que tu vida se acabó”, la organización Human Rights Watch (HRW) expuso en un reporte de 92 páginas las prácticas abusivas contra migrantes, ocurridas en tres Servicios de Inmigración y Control de Aduana (ICE), desde enero de 2025, en el estado de Florida.
La política de detener individuos bajo sospecha de violar las leyes de migración, impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha provocado detenciones y deportaciones masivas en el país, provocando gran controversia por sus métodos.
Es así, como desde abril de 2020, la organización HRW, junto con el Centro de Justicia de Inmigración Nacional y la Unión Americana de Libertades Civiles, han reportado las condiciones en las que viven los migrantes en estos centros de detención, desde la primera administración de Donald Trump.
De esta manera, la investigación se extendió hasta el 2025, en donde las prácticas abusivas comenzaron a incrementar, y se focalizó en tres cárceles del ICE, ubicadas en Miami, Florida. Este reporte se basó en entrevistas con 11 detenidos en Krome y BTC, así como testimonios de familiares y 14 abogados de inmigración.
Testimonios registrados por Human Rights Watch
Una de las declaraciones expuestas en el reporte You Feel Like Your Life Is Over, narra como los funcionarios de los centros de detención obligaban a comer a los detenidos de una silla, con las manos esposadas en la espalda: “Tuvimos que agacharnos y comer de las sillas con la boca, como perros”, detalló uno de los detenidos.
De igual manera, el informe explica como a los migrantes les fue constantemente negado el acceso a ser asesorados jurídicamente y a recibir una atención médica apropiada.
Ante esto, Belkis Wille, la directora asociada de la División de Crisis, Conflictos y Armas de Human Rights Watch relató como algunos de los detenidos tenían diabetes, enfermedades renales, asma, entre otras condiciones crónicas y no tenían acceso a su medicación e incluso rogaban por ver a un doctor, como fue el caso del ucraniano Maskym, quien falleció por la falta de atención.
Asimismo, un testimonio declaró como un hombre empezó a toser sangre en una celda hacinada, siendo ignorado durante horas. Este hecho hizo que se produjeran reclamos dentro de la celda, provocando el equipo antidisturbios irrumpiera y obligara a los detenidos a tumbarse boca abajo mientras les ataban las manos con amarras por protestar.
Por otro lado, otros testimonios relataban que pedir apoyo psicológico o presentar estrés emocional podría implicar castigos: “Si pides ayuda te aislan, si lloras te alejan por dos semanas, así que la gente permanece callada”, expresó una mujer detenida en el BTC.
HRW reflejó con estos testimonios las prácticas abusivas, junto con la deficiente atención médica y las restricciones de acceso legal y psicosocial, han padecido por cientos de migrantes, muchos de los cuales, aún desconocen el porqué fueron detenidos.
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