viernes, diciembre 13, 2024

Gustavo Vázquez Lozano presenta su reciente obra “60 años de soledad”

CIUDAD DE MÉXICO, 10 de septiembre.- (AlmomentoMX).- Penguin Random House, Grupo Editorial, dio a conocer la más reciente obra de Gustavo Vázquez Lozano, “60 años de soledad. La vida de Carlota después del Imperio Mexicano”. La obra narra cuando después de que su marido fuera fusilado en el Cerro de las Campanas, la consentida, la enamorada, se convirtió en una paria de las monarquías europeas y pasó sesenta años en la locura.

Esta obra es la primera que se concentra en las seis décadas que Carlota de Sajonia-Coburgo-Gotha vivió después de que se derrumbara el Segundo Imperio Mexicano, y ofrece un estudio lúcido de uno de los personajes más apasionantes en la historia del país.

Aquí hablan los diarios de los médicos de Carlota, los papeles de Adrien Goffinet (administrador de sus bienes), testigos de aquellos años, archivos reales, las cartas de su servidumbre, bitácoras de viajeros y la prensa europea de la época.

Paso a paso, se revela cómo la “princesa más triste del mundo” terminó convertida en un peón. Y cómo, de las ruinas del México de Maximiliano, surgió el imperio privado del rey belga Leopoldo II en el Congo.

 

Fragmento:

Presentación

De no haber existido el Segundo Imperio en México, Carlota de Bélgica sería, para el historiador, una princesa europea sin mayor interés más allá de su efímero paso por el virreinato de Lombardía-Venecia. Fueron sus dos breves años en México los que la convirtieron en una de las figuras más trágicas de la historia, una Ofelia moderna, personaje llamativo y, al mismo tiempo, enigmático, sobre el que los investigadores siguen hurgando sin mostrar síntomas de cansancio.

Son ya cientos de obras las dedicadas al Segundo Imperio, al que —como dice Luis Weckman— debemos considerar parte importante de la historia mexicana en tanto que actuó en el espacio histórico, se emitieron leyes, decretos, y hubo muchos connacionales implicados en su establecimiento y funcionamiento. De esas más de 500 obras, que van desde las historias generales hasta los diarios de expedicionarios belgas o franceses, hay que sumar decenas de biografías de la emperatriz Carlota, la figura central de este drama. Ya desde 1869 circulaban en México los “Calendarios históricos de la princesa Carlota”, recuentos de su vida que la gente consumía con avidez.

Pero todas esas investigaciones tienen algo en común: cambian de ritmo cuando tocan el año 1867, con el fusilamiento y traslado a Viena del cadáver de Maximiliano; la gran mayoría sólo dedica un par de páginas a hablar sobre el final de Carlota, si no es que una nota al pie. Su familia decidió mantenerla fuera de vista hasta el día de su muerte, y pareciera que los historiadores hacen lo mismo. No pocas veces el lector se pregunta qué pasó con la obcecada mujer que partió a Europa en busca de ayuda y dinero. Cuando mucho se menciona que se volvió loca, que estuvo encerrada en un castillo y que murió siendo ya muy vieja en su cama, con un rosario entre las manos, murmurando algo sobre el lejano imperio: seis décadas en un par de párrafos. Ahí es donde por lo general entra el novelista, trabajando en la oscuridad, sin sospechar que la realidad fue más agitada que estar balbuceando sobre el marido ejecutado en un cerro.

La escasez de fuentes primarias y testimonios de quienes estuvieron al lado de la exemperatriz durante los siguientes 60 años —acompañándola, manipulándola, estafándola— son la principal razón por la que no había aparecido una biografía completa sobre la vida de Carlota después de México. Por fortuna, en los últimos años la ventana se ha desempañado con la aparición de documentos que no estuvieron disponibles anteriormente: los diarios privados de sus médicos, las cartas de sus damas de compañía, bitácoras de funcionarios de la corte, documentos desclasificados por el gobierno, testimonios de personas que se reunieron con ella y, sobre todo —¿cuáles eran realmente los pensamientos de Carlota?—, cientos de cartas escritas por ella desde el encierro, descubiertas apenas en 1994.

La otra parte para recobrar los años perdidos estuvo ahí desde un inicio: viejísimos tomos en francés o inglés fuera de circulación desde hace más de un siglo que aportan testimonios presenciales sobre su encuentro con Napoleón III, el papa Pío IX y Giuseppe Garibaldi, pero que por la barrera del idioma o su difícil localización han estado fuera del alcance de los historiadores. Entre ellos están las memorias de la dama de compañía de la reina de Francia María Eugenia de Montijo; bitácoras de viajeros mexicanos que vieron a la emperatriz en Bélgica cuando ya era una anciana; las memorias de sus sobrinas, Luisa y Estefanía; el diario de la reina María Enriqueta de Austria, que la visitaba casi todos los días; así como incontables notas periodísticas —muchas escritas al día siguiente de los hechos— escritas por los antecesores de los modernos paparazzis, dispuestos a pagar al personal de los castillos a cambio de información

Yo pienso que va a ser la princesa más bonita de

Europa.¡Si tan sólo eso le trajera la felicidad!

Leopoldo I, padre de Carlota,

cuando ésta tenía 16 años

 

Soy apática. No tengo ambición de nada. No soy

suficientemente ardiente en mis estudios. La única

cosa que quiero es aquello que no puedo obtener, lo

cual prueba que debo de tener un espíritu deforme.

Carlota, a los 16 años

 

Tú, que nacida sobre regia cuna

nunca el dolor de cerca has contemplado;

tú, la hija feliz de la fortuna,

ampara siempre al pueblo desgraciado.

Poema para Carlota de Soledad Manero

a su llegada a Veracruz, 1864

 

GUSTAVO VÁZQUEZ LOZANO

Aguascalientes, México, 1969.

Es escritor, traductor y maestro de escritura creativa. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués y ucraniano. Ha publicado más de treinta libros, especialmente de género histórico y biográfico. Destacan sus obras sobre Pancho Villa, Maximiliano de Habsburgo y el Escuadrón 201. En México obtuvo el Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo y ganó el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz. Su novela La Estrella del Sur fue incluida como lectura para los estudiantes de español en la Universidad de Moscú. Actualmente trabaja en una novela sobre la historia del rock en México.

AM.MX/fm

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