martes, abril 23, 2024

El guardián del mono dorado

Por LU RUCAI / CHINA HOY

CIUDAD DE MÉXICO, 21 de julio (AlmomentoMX).- Si es posible lo haré hasta mi muerte”, manifiesta Yu Jianhua, un guardabosque de 64 años de edad. Trabaja en la Reserva Nacional de la Montaña Nevada Baima de la prefectura autónoma tibetana de Diqing, provincia de Yunnan. Desde hace más de 20 años se dedica a la protección del mono dorado de esa provincia.

Aunque los bosques de coníferas de Yunnan y el Tíbet son el hábitat de este mono, su nombre tiene un vínculo con Francia. En 1871, el francés Père Armand David escribió informes sobre este animal. Casi 20 años después, sus compatriotas R. P. Soulie y Monseigneur Biet comisionaron a cazadores locales en Shangri-la, prefectura de Diqing, para capturar a siete monos dorados de Yunnan de diferentes edades y géneros para enviarlos a un museo de París. En 1897, el zoólogo francés Alphonse Milne-Edwards dio por primera vez las descripciones científicas de los monos dorados de Yunnan y los nombró Rhinopithecus bieti, en homenaje a unos de sus primeros captores.

La ignorancia de Yu sobre el nombre científico de los monos no limita su deseo de protegerlos. Su casa está en la aldea de Xiangguqing, dentro del Parque Nacional de Monos Dorados en Shangri-la. Los habitantes son principalmente de la etnia lisu. Entre la docena de hogares de la comunidad de Yu, casi cada familia tiene un guardabosque.

Bajo la dirección de Yu más de 20 personas trabajan como guardabosques. El número de monos también ha crecido desde 380, hace más de 20 años, hasta más de 500 en la actualidad. Los monos dorados son la vida de Yu.

De cazador a guardabosque

El mono dorado de Yunnan es el primate que habita a mayor altitud del mundo. En China forma parte de la lista de primer nivel de animales bajo protección. Para Yu Jianhua son como miembros de la familia. Asegura que el mono dorado también vive como una familia asumiendo la poligamia. En el parque nacional donde reside viven nueve familias de monos con más de 50 miembros. Según sus características físicas, los guardabosques les han dado nombres como “cuerpo grande”, “cara roja”, entre otros.

Cada mañana alrededor de las cinco, Yu se dirige a la montaña cargando la comida favorita de los monos. A pesar de que la carga pesa más de 15 kilos, camina muy rápido. Va vestido con traje de camuflaje y botas de goma. “A veces me he gastado un par de zapatos en solo una semana por caminar demasiado”, indica. Su esposa se quejaba en aquella época de la escasez de estos suministros materiales.

Es difícil imaginar que este guardabosque, tan dedicado a proteger al mono de Yunnan, anteriormente se haya dedicado a la caza, aunque también vivió del cultivo de cereales. “Pero nunca cazamos monos, ellos son nuestros antepasados”, dice Yu. Hace más de 20 años escuchó que el Gobierno iba a proteger al mono dorado y se registró inmediatamente como guardabosque. A pesar de recibir unos 6 yuanes diariamente y de tener un par de zapatos gastados, no se quejaba de su trabajo, aunque tuvo que dejar de fumar porque “ya no tenía dinero suficiente para eso”. Poco a poco se estableció un lazo emocional entre él y los monos. Durante 12 años su subsidio de 180 yuanes al mes no cambió.

A pesar de eso, los pobladores tienen un afecto muy especial por los monos dorados de Yunnan. Aunque el subsidio mensual ha aumentado ya a 1200 yuanes, pocos jóvenes se interesan por este puesto. En comparación con lo que pueden ganar trabajando en las grandes ciudades, estos subsidios son insignificantes. Esto hace difícil encontrar a nuevos guardabosques.

Garantizar un entorno seguro

Según Yu, el aumento del subsidio se debe a que el Parque Nacional de Monos Dorados de Yunnan en Shangri-la ofrece opciones turísticas, por lo que muchas personas lo visitan.

Los más de 50 monos que Yu y su equipo alimentan todos los días son los que los turistas ven en el parque, pero todavía hay más de 400 fuera del parque. Para comprobar que estos monos están a salvo sale del parque dos o tres veces al mes.

Él y su equipo de guardabosques conocen muy bien a los 50 monos del parque. Tienen que seguir sus huellas para alimentarlos y garantizar su seguridad. Los guardabosques regresan a casa cuando los monos duermen. Sin embargo, Yu se encuentra a menudo en un dilema. “El creciente acceso de turistas alarma a los monos, pero los turistas podrían decepcionarse si no los ven. Sin embargo, lo que me preocupa más es la excitación de los monos”, advierte. Yu, por lo tanto, hace su mayor esfuerzo para asegurar la estabilidad y el crecimiento adecuado de los mismos.

También conoce los beneficios evidentes del acceso de turistas. La aldea antigua y aislada recibe a personas de todo el mundo. Los aldeanos venden sus productos como castañas, nueces y papayas a los turistas, y obtienen buenos ingresos.

Los monos y los guardabosques ya se han acostumbrado. A pesar del trabajo duro, Yu se siente incómodo y preocupado si no ve a los monos durante unos días. En temporadas agrícolas, los guardabosques alimentan a los monos por turnos, incluso en la Fiesta de la Primavera ellos están disponibles. “Nunca se han comido los cultivos de los agricultores”, explica con orgullo.

Se siente satisfecho porque la población local está consciente de la necesidad de proteger a los animales y el número de cazadores se ha reducido. Además, recuerda que antes solía desmantelar unas ocho trampas diariamente, mientras que en la actualidad solo aparecen unas 50 al año.

Lazos familiares

Cuando el hijo de Yu se unió al equipo, le dio una sorpresa. Aunque antes no entendía a su padre, actualmente sirve como guardabosque después de haber trabajado muchos años en otra ciudad llamada Lijiang. Yu Zhonghua, de 28 años de edad, se ve más fuerte que su padre. Dirige un equipo de 16 guardabosques en su área.

Según una investigación realizada en 2013 por biólogos chinos y franceses, más de 1800 monos viven en la Reserva Nacional de la Montaña Nevada Baima, lo que representa más del 60 % del total mundial.

A Yu Zhonghua no le gustaba este trabajo al principio, pero a medida que creció, comprendió a su padre. Como muchos otros jóvenes del pueblo, al graduarse de la escuela secundaria decidió buscar trabajo en la ciudad de Lijiang. Anteriormente trabajó en una compañía como escolta de mercancías por unos 3000 yuanes al mes, hasta que un día de 2004 decidió regresar al pueblo natal para proteger a los monos. “En 2015 instalamos cámaras infrarrojas en el descampado y capturamos imágenes de animales, como el oso negro y pandas, que solo existían en los cuentos de los viejos”, comenta Yu Zhonghua sin poder esconder su emoción. Cuando termine esta temporada, él y sus colegas recogerán las cámaras que pusieron en 2016. Está muy deseoso de ver las fotos.

Los cambios en la vida de los pobladores también esperanzan a Yu Zhonghua. “El Gobierno ha suministrado estufas ahorradoras y calentadores solares de agua en sus esfuerzos por detener la pobreza. Esto reduce en gran medida la tala de árboles en las zonas de protección. Los pobladores prefieren recoger leña seca”, dice Yu Zhonghua. Anteriormente los aldeanos se resistían a usar madera podrida porque es difícil encenderla y emitía mucho humo. Desde que el Gobierno resolvió el problema de las estufas, los aldeanos han cooperado voluntariamente con la protección ecológica.

Yu Zhonghua trabaja a 6 km de su casa y viaja en moto. También se encarga de escribir informes de investigación. “Me impresiona la capacidad de persistencia de mi padre estos 20 años”. Sin embargo, ha sido testigo de los éxitos laborales de él: “Antes, por lo general, le costaba una semana encontrar un mono, pero ahora ya tenemos una manada”.

En 2011, Yu Jianhua fue premiado como uno de los diez personajes sobresalientes durante la primera jornada del Premio Medioambiental Colorido Yunnan. Es uno de los pocos que lo ha ganado estos años. Sosteniendo el trofeo, asegura que se siente satisfecho porque es un reconocimiento a sus 20 años de trabajo.

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