CIUDAD DE MÉXICO.- La condena de múltiples países y organizaciones internacionales por el asalto de la Embajada Mexicana en Ecuador, no sólo confirma la violación del derecho internacional por parte del país andino, sino la transgresión de nuestra soberanía territorial, afirma Ricardo Monreal Ávila.
En su análisis titulado “Gobierno de Ecuador: transgresión de la soberanía mexicana y del derecho internacional”, el político manifiesta que lo anterior se presenta sin soslayar la gravedad de la situación de inseguridad por la que atraviesa Ecuador.
Ello, desde que los gobiernos de derecha asumieron el poder, empezando por la gestión de Lenín Moreno y siguiendo con la de Guillermo Lasso y ahora con la del presidente Daniel Noboa.
Indica que si bien existen resultados en materia de homicidios en la actual administración, también es verdad que aún persisten retos frente al crimen organizado y el narcotráfico.
El modelo de la militarización de la seguridad en medio de estados de excepción permanentes, es difícil de sostener en el tiempo porque restringe libertades y puede violar los derechos humanos.
En ese contexto, refiere el coordinador de los senadores de Morena, es que el pasado viernes se dio un hecho inédito en el marco de las relaciones bilaterales entre México y Ecuador cuando el gobierno del país sudamericano ordenó la irrupción de nuestra sede diplomática por parte de la Policía Nacional para aprehender arbitrariamente y sin consentimiento del jefe de Cancillería de la Misión, Roberto Canseco, al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas Espinel.
Lo anterior no obstante que el Gobierno de México había concedido el asilo político solicitado por Glas, de manera que lo sucedido se dio en flagrante violación de nuestra soberanía, así como del derecho internacional.
Detrás de esta ilegalidad, reflexiona, existen diversos elementos de naturaleza política y jurídica, tanto a nivel interno en Ecuador como a nivel externo, específicamente con México, los cuales se fueron sucediendo y entrelazando para desembocar en la situación que hoy conocemos a nivel diplomático y de gobiernos.
Uno de esos acontecimientos se atribuye a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador quien habló de la responsabilidad de que todas y todos los ciudadanos debemos tener, incluyendo los medios de comunicación para no crear un ambiente enrarecido o de sensacionalismo respecto de hechos de violencia, particularmente en tiempos de campañas electorales.
En ese sentido, señala Monreal, el mandatario de nuestro país aludió no sólo al caso mexicano, sino al caso ecuatoriano, que, por cierto, es un tema de dominio público: los acontecimientos ligados a su proceso electoral y la violencia relacionada.
Los recientes acontecimientos que se observaron en Ecuador son muestra de un extremismo ideológico-político encubierto bajo defensa de soberanía nacional y de cero impunidad como lo afirma el actuar del gobierno de ese país con respecto al caso de su ciudadano Jorge Glas Espinel.
Es oportuno indicar que el artículo XIX de la Convención de Viena prevé que “Si por causa de ruptura de relaciones, el representante diplomático que ha otorgado el asilo debe abandonar el Estado territorial, saldrá aquél con los asilados”.
Por eso el gobierno de México ha adelantado que recurrirá a la Corte Internacional de Justicia para denunciar las violaciones al Derecho Internacional por parte de Ecuador, así como las instancias regionales e internacionales pertinentes.
Además, sin una mayoría en el Congreso, la gobernabilidad en el país se avizora cada vez más difícil al igual que la posible reelección del joven presidente ecuatoriano en 2025.
AM.MX/fm