CHETUMAL, Q.R.- Desde antes de que iniciarán las campañas políticas en el Estado, los integrantes de la XVI Legislatura del Congreso de Quintana Roo habían iniciado una desbandada atroz. Sus descalificaciones empezaron para obtener los reflectores. Ciertas o no, más del 90 por ciento de los diputados han abierto la boca y quebrado el pacto que los mantenía libres de culpa.
Se olvidaron los acuerdos, así como también el contrato no escrito para encubrirse unos a otros. Y lo único que ha quedado al descubierto es la corrupción que impera en el recinto que ha sido, totalmente, profanado por un grupo de gamberros disfrazados de servidores públicos.
Para muestra un botón: Los integrantes de la XVI Legislatura del Congreso de Quintana Roo, de 2018 al 31 de septiembre de 2020, gastaron un total de 511 millones 585 mil 57 pesos en servicios personales.
Sin embargo, dicha cifra económica no está clara, ni transparentada en ninguno documento oficial del Congreso de Quintana Roo. Dinero que durante tres años, hasta antes de las elecciones, nadie sabía.
Puesto que en reiteradas ocasiones, Sol Quintana Roo ha denunciado públicamente cómo quiénes han fungido como los “dueños” del Congreso han desviado dinero a diestra y siniestra. Realizado compras millonarias en vehículos y otros enseres administrativos y tecnológicos que no están a la vista.
Sin embargo, sus “líderes” siempre han salido bien librados, como es el caso de Eduardo Lorenzo Martínez Arcila quien se “adjudicó” más de 100 millones de pesos de apoyos y que hasta el momento ningún diputado lo ha encarado.
O el caso de Gustavo Miranda que fue denunciado públicamente por desviar dinero del Congreso del Estado para su partido político… Todo sigue igual.
Un comparativo es el siguiente: Para materiales y suministros, en tres años, los representantes legislativos solamente invirtieron 25 millones 847 mil 150 pesos y cifras similares en otros rubros de importancia.
¿En qué y en dónde han sido invertido tantos millones de pesos? Sobre todo, cuando entre los mismos diputados se han estado acusando de desviar dinero para partidos políticos.
De acuerdo con el estado analítico del presupuesto de egresos, clasificación por objeto del gasto, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2018, en servicios personales se gastó la cantidad de 315 mil 982; en materiales y suministros: 16 mil 992; en servicios generales, 90 mil 238; para transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas se erogó la cantidad de $56 mil 770 pesos y en bienes muebles, inmuebles e intangibles, la ridícula cantidad de 795 pesos.
Es decir, hubo un gasto total de 480 mil 708 pesos.
Del 1 de enero al 31 de diciembre de 2019, en servicios personales se erogó 303 millones 682 mil 508.46 pesos; materiales y suministros, 11 millones 922 mil 153.10 pesos; para servicios generales, 94 millones 633 mil 066.01 pesos; y en transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas, 45 millones 649 mil 026.44; mientras que en bienes muebles, inmuebles e intangibles solamente fueron 881 mil 452.04 pesos.
Para un monto total de 456 millones 681 mil 427.62 pesos.
Del 1 de enero al 31 de septiembre de 2020, el Poder Legislativo gastó en servicios personales la cantidad de 207 millones 586 mil 567.69 pesos; en materiales y suministros, 13 millones 908 mil 5.13 pesos; en servicios generales fue 38 millones 945 mil 403.76 pesos; en transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas se erogó 65 millones 528 mil 10.44 pesos y para bienes muebles, inmuebles e intangibles fue la cantidad de 1 millón 490 mil 642.95 pesos.
Para un monto de 327 millones 406 mil 251.40 pesos. Aunque hay que tomar en cuenta que de 2020 no se tiene información actualizada hasta el mes de diciembre, ya que la información no fue debidamente rendida.
AM.MX/fm
