CIUDAD DE MÉXICO, 3 de febrero (AlmomentoMX).- El director de Pemex, José Antonio González Anaya, aseguró que aunque no haya habido aumento en el precio de las gasolinas y el diésel, esto no significa que no los habrá en el futuro, pues el proceso de liberalización continúa.
Destacó que la razón por la cual el gobierno decidió no aumentar este fin de semana el precio de las gasolinas, fue por los estímulos fiscales, posibles gracias a los ingresos petroleros excedentes por un tipo de cambio y un precio internacional de la gasolina altos.
“Esto lo que hace es hacer una transición más suave del proceso, entonces durante las siguientes dos semanas se van a mantener fijos, pero es importante recalcar que esto no quiere decir que no se vayan a mover hacia adelante, tendríamos que ver como se mueve el tipo de cambio y el precio de la gasolina”, dijo González Anaya en entrevista radiofónica.
Señaló que como se vayan estabilizando el tipo de cambio y el precio de la gasolina, se podrá fijar un estímulo adecuado para hacer este proceso de transición “un poco más suave”.
El director de Pemex aseguró que dicho estímulo fiscal sólo puede ser por un tiempo limitado, ya que “reducir la carga se financia con los excedentes del movimiento del tipo de cambio y del precio del petróleo, pero esto no se puede mantener para siempre” porque representaría un alto costo para el gobierno.
Reconoció que el proceso de liberalización de precios no va a ser fácil porque el país está acostumbrado a tener un solo precio de gasolina en todo el territorio y que éste se mantenga fijo por periodos muy largo de tiempo.
González Anaya resaltó que aunque el país produjera toda la gasolina que consume, lo que determina lo que pagan los consumidores por la gasolina son los precios internacionales del petróleo y el tipo de cambio y el que México tuviera mayor capacidad de refinación afectaría la balanza de importaciones y exportaciones pero no el precio.
Agregó que “desgraciadamente” la gasolina es un producto que se comercializa en todo el mundo y tiene un precio y que desviarnos de ese precio hacia abajo tendría un costo enorme y casi impagable de 200 mil millones de pesos.
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