MAUI, HAWÁI.- Kris Kristofferson ha dejado una huella imborrable en la cultura estadounidense. Este ícono de la música country, ganador del Globo de Oro y actor destacado, falleció a los 88 años en su hogar en Hawái, según informó su familia en un comunicado.
Su legado va mucho más allá de las canciones que compuso o de las películas en las que participó: Kristofferson cambió el rumbo de la música country, rompió barreras creativas y se convirtió en una voz inconfundible que perdurará en la memoria colectiva.
Kristofferson no solo marcó una etapa en la música country, sino que la revolucionó. Su capacidad para entrelazar lo poético con lo socialmente consciente le permitió tocar temas que iban mucho más allá del típico imaginario del género.
En una época en la que la música country se asociaba con las narrativas rurales y tradicionales, Kristofferson trajo una perspectiva más progresista y humana. A través de canciones como Sunday Mornin Comin Down, Me and Bobby McGee, Help Me Make It Through the Night y For the Good Times, supo conectar con las emociones más profundas de la vida cotidiana, mostrando una sensibilidad extraordinaria.
La revista Rolling Stone lo calificó como “uno de los mejores compositores de todos los tiempos”, y no es difícil entender por qué. Su capacidad lírica y su talento para contar historias hicieron que sus canciones fueran interpretadas por más de 450 artistas en tan solo una década, ampliando su influencia más allá de los límites de la música country. Johnny Cash, Janis Joplin y Willie Nelson, entre muchos otros, hicieron suyas las composiciones de Kristofferson, demostrando su versatilidad y profundidad como letrista.
Pero su impacto no se detuvo ahí. Kristofferson fue también una figura crucial dentro de uno de los grupos más icónicos de la música country: The Highwaymen. Junto a leyendas como Johnny Cash, Willie Nelson y Waylon Jennings, el grupo marcó una era dorada del género. La unión de estas voces permitió que el country trascendiera fronteras y se consolidara como una fuerza creativa inigualable. The Highwaymen no solo fue un grupo musical, sino una declaración de lo que el country podía llegar a ser: un crisol de historias auténticas, contadas desde la experiencia y la pasión.
Una vida fascinante
Nacido en Brownsville (Texas, EE UU) en 1936, Kristofferson tuvo una vida tan fascinante como su carrera artística. Graduado en literatura por la Universidad de Oxford, su trayectoria parecía estar destinada al éxito en el ejército, donde alcanzó el rango de capitán y fue destinado a Alemania a principios de los 60.
Sin embargo, en un giro inesperado, abandonó su prometedora carrera militar para seguir su verdadera pasión: la música. Trabajó en el mantenimiento de Columbia Records, el estudio donde grabaron artistas tan icónicos como Bob Dylan y Johnny Cash, quienes eventualmente se convertirían en sus amigos y colaboradores.
Fue precisamente Johnny Cash quien le brindó una de sus primeras grandes oportunidades en la industria. Cuenta la leyenda que Kristofferson aterrizó un helicóptero en el jardín de Cash para asegurarse de que escuchara una de sus canciones, una anécdota que refleja no solo su pasión por la música, sino también su determinación. Esa audacia le permitió hacerse un nombre en una industria que no siempre es fácil de conquistar, y el resto es historia.
Aunque su legado en la música es indiscutible, Kristofferson también dejó una marca importante en Hollywood. Participó en más de 70 películas, destacando entre ellas Ha nacido una estrella (1976), en la que compartió pantalla con Barbra Streisand. Su interpretación en esta película le valió un Globo de Oro como mejor actor, consolidando su versatilidad como artista.
Su incursión en el cine no fue un accidente, sino una extensión natural de su habilidad para contar historias. Kristofferson aportó a la pantalla grande la misma intensidad y honestidad que caracterizaba su música, lo que le permitió brillar en géneros tan variados como el drama romántico y el cine de acción, incluyendo su papel en la saga Blade.
Kristofferson, sin embargo, nunca dejó que su éxito en Hollywood eclipsara su amor por la música. En 2016, lanzó su último álbum, The Cedar Creek Sessions, un trabajo que reafirmó su compromiso con la creación artística hasta sus últimos años. Aunque se retiró oficialmente en 2021, su influencia continúa viva, inspirando a nuevas generaciones de músicos y compositores que ven en su obra un ejemplo de integridad artística.
El final de una era en la música y el cine
El fallecimiento de Kris Kristofferson marca el final de una era en la música y el cine, pero su legado perdurará por siempre. Compañeros y amigos han rendido homenaje a este gigante de la cultura, desde Barbra Streisand, quien lo describió como “encantador y especial”, hasta Dolly Parton, quien expresó su tristeza y admiración diciendo: “Siempre te amaré”.
Kris Kristofferson fue un hombre que vivió su vida sin miedo a seguir sus pasiones, a romper moldes y a desafiar las expectativas. Su música tocó las fibras más íntimas del corazón, y su presencia en el cine dejó una huella profunda. Pero, sobre todo, fue un artista que entendió la importancia de contar historias desde la verdad, sin adornos ni pretensiones, algo que pocos logran hacer con la maestría y elegancia que él poseía.
Ahora, cuando escuchemos alguna de sus canciones o veamos una de sus películas, podremos sentir su espíritu libre, su poesía y su lucha por hacer del arte una forma de vida. Su partida deja un vacío, pero su legado será siempre un recordatorio de que el verdadero talento y la honestidad creativa trascienden el tiempo.
AM.MX/fm