jueves, abril 25, 2024

FABRICANTE D´ NOTICIAS: ¿Es Viable la Reconciliación Nacional?

Por Rodolfo González Sarrelangue

El inquilino de Palacio debiera recordar que uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios.

Recientemente llegó a mí un audio del entonces opositor y permanente aspirante a la presidencia, en el cual quien firma como antoniocarb1, en su Instagram, concluye que “era mejor presidente cuando no era presidente”.

En el audio el neo innombrable decía en 58 segundos lo siguiente:

“El presidente de México debe actuar como hombre de Estado, como estadista. No debe comportarse como jefe de partido, de facción o de grupo. El presidente debe representar a todos los mexicanos. El presidente debe ser factor de concordia y de unidad nacional. El presidente no puede utilizar a las instituciones de manera facciosa ni para ayudar a sus amigos ni para destruir a sus adversarios”.

Cuando recibió la banda presidencia algo le ocurrió al inquilino de Palacio, pues en palabras del líder de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO), Ricardo Monreal Ávila, la división social desgarra a nuestro país a pedazos porque genera descalificaciones, enfrentamientos, polarización, una percepción de buenos y malos, de ricos y pobres, de morenos y güeros y ese no es el México por el que luchamos para llegar al poder, añadió el senador morenista.

En actos que más bien parecen su despedida del partido que ayudó a conformar junto con el inquilino de Palacio, Monreal Ávila se destaca por ser el único que ha osado contradecir los “otros datos” del Presidente, quien asegura que vamos muy bien, no han aumentado los pobres, hay seguridad, estamos creciendo económicamente, en salud pronto estaremos al nivel de Dinamarca y quienes no lo acepten son neoliberales, fifís, traidores a la Patria, racistas, clasistas, aspiracionistas, intelectuales orgánicos y gente que no quiere al Pueblo de México, entre una pobreza y redundancia de calificativos.

Aunque muchos dan por sentado que es cuestión de días la salida de Monreal de Morena, el hecho es que el aspirante presidencial no saldrá por la puerta trasera, sino que concluirá el periodo y seguirá desmintiendo al señor de “los otros datos”

En la presentación de su Proyecto de Nación 2024 destacó que no se puede lograr un México mejor, más fuerte y más justo, si estamos divididos. Convocó a diluir la desconfianza y las descalificaciones que invaden el espacio entre nosotros.

Claro que al inquilino de Palacio las voces críticas no le llegan, pero tiene varias semanas descalificando a quienes realizaron una marcha para defender al INE, cuyo resultado fue sorprendente e inesperado. Ante esto, como niño de primaria que presume que su papá es bombero y para demostrar que el rey del Zócalo y de la calle es él, convocó a otra marcha organizada por él, encabezada por él, en defensa de él y como orador único: él.

Por supuesto que la suya será sin acarreados, sin incentivo económico, sin Frutsis ni torta. Será el pueblo bueno el cual acudirá al llamado de su patriarca para refrendarle lealtad, defenderlo de los neoliberales y someterse nuevamente a su guía. ¿Es en serio?

Al respecto, luego de dudas, Ricardo Monreal confirmó que no irá a la marcha del “Rey Desnudo”, pues aunque el coordinador del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velasco sí asistirá, pues tiene intereses gubernamentales poblanos, el senador morenista, celoso de su deber, cumplirá al participar en la XVI Reunión Interparlamentaria España-México que se llevará a cabo en Madrid del 27 al 29 de este mes.

Sabia decisión, pues si participara en la multitudinaria marcha del inquilino de Palacio, sus corifeos le harían la jornada imposible. En cambio, deja el ambiente con la consigna de una inevitable y urgente reconciliación nacional, la necesidad de tender puentes y dejar de confrontarnos como mexicanos.

En su discurso del 19 de noviembre, donde se subió al ring de la Arena México, Monreal Ávila recordó la esencia de Morena, que era reivindicar al género humano, formar comunidad, construir ciudadanía y luchar por el derecho de todos a ser felices, lo cual en los hechos ha sido lo contrario, con el clima de confrontación promovido por el Presidente que debiera ser de todos los mexicanos.

En una actitud que incomoda al inquilino de Palacio, cuyo deporte favorito es dividir al país y ponerlo en batalla contra sí mismo, Monreal subrayó que sigue defendiendo la esencia original de Morena y no se ha alejado de ella, pues un país en esas condiciones no puede avanzar.

Cierto que para que haya lucha, tango o partida de tenis, se requieren por lo menos dos y en materia de reconciliación, se debe convencer al Presidente de la urgente necesidad de asegurar que la injusticia y desigualdad que arrastramos se sanee con un Estado que no se limite a ayudar a las personas menos favorecidas, sino a cambiar las condiciones para eliminar la pobreza por medio del empleo y oportunidades reales. Estos últimos factores requieren de la defenestrada iniciativa privada. No se trata de hacernos pobres a todos, sino de brindar oportunidades de empleo, salud, crecimiento y calidad de vida a la población.

Es absurdo creer que todos debemos pensar igual o estar siempre de acuerdo. Se trata, como lo expresó Monreal, en su faceta de luchador social, de lograr un país donde se viva con igualdad, oportunidades y donde el futuro deje de ser preocupante, para que la población se llene de esperanza nuevamente y de planes para disfrutar de una vida mejor.

“La reconciliación debe surgir de la colaboración entre todos los mexicanos, el gobierno, la sociedad civil, los medios de comunicación y todos los partidos políticos. No hay voces que no serán escuchadas. No hay preocupaciones que no queden fuera o propuestas que no se contemplen. Un México reconciliado es imparable.

Así nada nos puede detener. ¡Empecemos ya!”

Monreal deberá tomar en cuenta la máxima que se expresó al inicio de este texto: uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Ojalá no actúe igual que el personaje que aspira a suceder.

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