Conferencia de la historiadora Mónica Palma
(Segunda de tres partes)
Norma L. Vázquez Alanís
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de junio (AlmomentoMX).- Aunque los estadounidenses de pocos recursos económicos que migraron a México durante el Porfirismo pudieron convertirse en pequeños propietarios de tiendas de medicinas, alimentos o bebidas, o se desarrollaron en oficios como artesanos, ebanistas y zapateros, o se emplearon en labores domésticas, también había quienes venían huyendo de las leyes de su país, ya que acá se dio refugio a los que habían cometido delitos en su país.
Estos inmigrantes insertados en las clases populares del porfiriato, están ampliamente documentados en el Archivo Histórico del Distrito Federal, en la serie ‘Extranjeros’ consultada por la doctora Mónica Palma, profesora-investigadora titular de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De acuerdo con la información contenida ahí, estos estadounidenses compartieron, al menos en la Ciudad de México, espacios de vivienda y de trabajo con los mexicanos, pero principalmente de ocio y diversión a los cuales asistían entonces inmigrantes de todos los orígenes: españoles, turcos, árabes, cubanos y franceses, entre otros, dijo la especialista durante su conferencia sobre el tema en el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM), de la Fundación Carlos Slim.
En las cantinas, billares y salas de juego hacían contacto con los mexicanos de clases populares, pero ese encuentro generó conflictos porque bebían demasiado y hacían camorra, y entonces muchos de ellos pararon en las cárceles, fueron consignados y por ello su presencia en México está registrada en ese archivo, explicó la historiadora.
Durante la Revolución Mexicana muchos estadounidenses abandonaron el país, sobre todo los hombres de negocios quienes después regresaron para reclamar los daños causados a sus propiedades. No obstante, apuntó, según las estadísticas no fueron muchos los que hicieron eso porque los trabajadores norteamericanos devengaban salarios
“De acuerdo con los censos generales de población de 1895 a 2010, en el siglo XX los estadounidenses conformaban la primera población extranjera localizada y radicada en el país, sobre todo a partir del censo de 1930; para 2010 constituían las tres cuartas partes de los extranjeros en México, es decir más de 700 mil personas de cerca de un millón de extranjeros censados en ese año y esas cifras aumentarán para el próximo censo de 2020”, expuso la doctora Palma.
También dijo que la inmigración estadounidense ha sido poco estudiada por el medio académico mexicano, pues les han llamado más la atención tanto otros flujos de inmigrantes como la historia de desencuentros y conflictos entre México y EU. En cambio, los especialistas estadounidenses sí han estudiado la cronología de sus compatriotas en este lado de la frontera.
La estadounidense es una emigración histórica, pues los dos países son vecinos, han sido habitualmente enemigos y amigos; en el siglo XX su llegada fue muy importante en términos de estadística, consideró la catedrática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El padrón de 2010 reveló que una parte de los 700 mil estadounidenses que había entonces eran de ascendencia mexicana, mientras las investigaciones realizadas a lo largo del siglo XX señalan que muchos de ellos radican en estados fronterizos del norte; nacieron en Estados Unidos porque es una práctica común en esa zona que las mujeres vayan a atenderse a los centros de salud del sur de ese país, pero ya en el presente siglo ese grupo estaba formador jóvenes y niños hijos de mexicanos, que no regresaron voluntariamente sino que fueron deportados por la política hostil a la inmigración por parte del gobierno de Estados Unidos. Mónica Palma recordó que el gobierno de Barack Obama expatrió a cerca de dos millones de mexicanos.
Vinieron izquierdistas, escritores y artistas
También explicó que los estadounidenses llegados a México en el siglo XX han tenido un gran éxito en el plano socioeconómico, pues muchos incrementaron aquí sus fortunas, formaron su capital o representaron los intereses de los adinerados de su país; otros tuvieron una integración económica solida en las diversas actividades ejercidas.
Y si bien la Revolución Mexicana propició que muchos regresaran a su país, también atrajo a militantes de izquierda que se incorporaron a alguno de los ejércitos revolucionarios y en los años 20 a la lucha sindical. Una vez concluida la lucha armada, comenzó el proceso de institucionalización de la Revolución y las expectativas de reivindicación económica y social despertaron el interés de una importante corriente de escritores, artistas plásticos y fotógrafos que querían conocer México, su cultura y a los muralistas nacionales. Estos estadounidenses -aclaró la conferencista- no se han estudiado desde la perspectiva migratoria.
Este movimiento, que tuvo un papel fundamental en la difusión de la cultura mexicana tanto en EU como a escala internacional -dijo la doctora Palma-, estuvo integrado por Anita Brenner, escritora y antropóloga; Katherine Ann Porter, periodista, escritora y activista política; B. Traven y John Dos Passos, novelistas y periodistas; los artistas plásticos Pablo O’higgins y las hermanas Marion y Grace Greenwood, primeras muralistas en México; William Spratling, artista e iniciador de la industria platera en Taxco, así como las periodistas Mary Louis Doherty y Alma Reed, defensora de los derechos civiles de los mexicanos en EU. Se establecieron en la ciudad de México y en Taxco, Guerrero, sitio que de 1920 a 1940 fue un importante lugar de reunión de escritores y artistas plásticos estadounidenses.
Pero la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial fue un factor para que regresaran a su país, aunado al hecho de que el proceso de industrialización y urbanización que vivió México a partir de los años 40 y hasta los 70 propició que los gobiernos posteriores al de Lázaro Cárdenas dieran un giro y dejaran de atender las reivindicaciones populares para adquirir rasgos autoritarios, de manera específica a partir de Miguel Alemán, expuso la conferenciante. (Concluirá)
AM.MX/fm