CIUDAD DE MÉXICO.- En el escenario macroeconómico del Informe Trimestral Octubre-Diciembre 2024, el Banco de México redujo su estimación de crecimiento para 2025 de 1.2% a 0.6% debido a la debilidad en el consumo e inversión privada, la incertidumbre económica y el impacto de la consolidación fiscal, factores que limitarán la actividad económica.
A esto se suma la incertidumbre sobre las políticas comerciales de la nueva administración en Estados Unidos, cuyo efecto en la economía mexicana aún es incierto. Para 2026, la estimación de crecimiento se mantuvo sin cambios en 1.8%, previendo un mayor ritmo de expansión. El balance de riesgos para la actividad económica se mantiene sesgado a la baja.
Los riesgos a la baja para el crecimiento incluyen mayor incertidumbre sobre políticas en Estados Unidos o factores internos que afecten la demanda, un menor crecimiento en Estados Unidos, episodios de volatilidad financiera, escalamiento de conflictos geopolíticos, un mayor impacto de la consolidación fiscal en la economía y efectos adversos de fenómenos meteorológicos.
Los riesgos al alza para el crecimiento incluyen un mayor crecimiento en Estados Unidos que impulse la demanda externa, un efecto más positivo del gasto público en la actividad económica y un mayor impulso a la inversión por la reconfiguración productiva en el marco del T-MEC.
Los pronósticos de inflación general mantienen una trayectoria descendente a lo largo del horizonte de pronóstico, aunque de manera más gradual que en estimaciones previas. Esta revisión obedece a la persistencia de la inflación en los servicios, que impulsa al alza tanto la subyacente como la general.
No obstante, en el corto plazo, la inflación no subyacente menor a la prevista genera un ajuste a la baja, mientras que, a partir de 2025, la previsión aumenta debido a la desaceleración más gradual de la inflación subyacente.
Se espera que la inflación general alcance la meta de 3% en el tercer trimestre de 2026. El balance de riesgos para la inflación sigue sesgado al alza, impulsado por la persistencia de la inflación subyacente. Factores adicionales incluyen una posible depreciación del peso, mayores presiones de costos trasladadas a los precios, afectaciones climáticas que impacten los precios agropecuarios y el escalamiento de conflictos geopolíticos o políticas comerciales que interrumpan las cadenas de producción.
No obstante, el episodio inflacionario derivado de la pandemia y la guerra en Ucrania ha ido resolviéndose. Sin embargo, los anuncios de posibles cambios en la política económica de la nueva administración estadounidense generan incertidumbre, con potenciales efectos inflacionarios en ambas direcciones.
Nuestra estimación de crecimiento económico para 2025 se ubica en 1.0%, con sesgo a la baja, y para 2026 en 1.8%. En cuanto a la inflación, nuestra estimación para 2025 es 3.92 y para 2026 de 3.83%. Nuestro escenario base es que la tasa de fondeo cierre este año en 8.00%.
AM.MX/fm