CIUDAD DE MÉXICO.- “Hoy subo a esta tribuna movida por una profunda convicción, como es la de proteger y dignificar la vida de nuestras niñas, niños y adolescentes”, señaló la legisladora Diana Sánchez Barrios.
“Los golpes y otras formas de violencia pueden perjudicar el desarrollo infantil. Las afectaciones al cerebro, sobre todo en edades tempranas, pueden ser permanentes y propiciar dificultades tanto para procesar las emociones, como para tomar decisiones de manera racional, entre otras.
En cambio, la crianza positiva y el buen trato generan apego seguro, empatía, habilidades, conocimientos y comportamientos sociales altruistas en niñas, niños y adolescentes; además les permiten manejar mejor los deseos y las frustraciones, desempeñarse socialmente y desarrollar una identidad individual y social”.
Lo anterior fue señalado por la legisladora y Coordinadora de la Asociación Parlamentaria Mujeres por el Comercio Feminista e Incluyente, Diana Sánchez Barrios.
Quien agregó, desde la tribuna del recinto de Donceles y Allende que la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México, establece con claridad que todas las autoridades locales tienen la responsabilidad de garantizar los derechos humanos de los menores que habitan o transitan en nuestra ciudad.
Con base en lo anterior, la representante popular presentó a sus 65 compañeros del Congreso capitalino una Proposición con Punto de Acuerdo de Urgente y Obvia Resolución por el que se exhorta a la autoridad educativa federal que, dentro de sus competencias, lleven a cabo inspecciones regulares en las escuelas privadas de nivel básico, con el propósito de garantizar el cumplimiento de las normativas que prohíben cualquier forma de castigo físico o humillante hacia niñas, niños y adolescentes, conforme a lo establecido en la ley de los derechos de niñas, niños y adolescentes de la ciudad de México, promoviendo un entorno educativo libre de violencia”.
Durante su exposición dejó en claro que el castigo físico y humillante no educa; destruye. “Destruye la confianza, la autoestima y el desarrollo emocional de nuestros menores”.
Lo anterior, dijo, es con base a los estudios respaldados por organismos internacionales como UNICEF que han demostrado que estas prácticas tienen consecuencias devastadoras para el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños.
Y recordó que la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos manifestó en la firma del convenio con el Congreso de la Ciudad de México, que en la medida que se priorizan los estándares se promueve que esta ciudad sea la más garantista de derechos y así ganamos todos.
Asimismo, señaló “cada golpe, cada palabra humillante, deja cicatrices que pueden durar toda la vida. Como sociedad, debemos promover un entorno educativo libre de violencia, donde el respeto y la empatía sean los pilares fundamentales.
Y comentó que la educación no debe ser un espacio de miedo, sino un lugar donde los menores puedan crecer, aprender y desarrollarse plenamente. “Es nuestra responsabilidad garantizar que las escuelas privadas sean refugios de paz y aprendizaje, no lugares de castigo y humillación”.
Por otro lado, dijo que, en este Congreso, se dio un paso fundamental cuando se aprobó la prohibición del castigo físico y humillante como método disciplinario. Porque se entendió que educar no es someter, no es lastimar, no es humillar.
“Sin embargo, agregó, sabemos que la violencia no siempre se manifiesta en un golpe o en una agresión física. Hay violencias que hieren de otro modo, la palabra que denigra, el grito que humilla, la actitud que estigmatiza pasando desde un discurso de discriminación a un discurso de Odio que en el peor de los casos lleva a acciones de imposible reparación”.
De forma enfática dijo “desde la bancada de la transformación, estamos comprometidas y comprometidos a erradicar todas las formas de violencia, a construir una ciudad donde el respeto y la dignidad humana no sean solo aspiraciones, sino realidades palpables.
Por lo que concluyó “proteger a la niñez y combatir el odio son luchas que caminan juntas. No podemos permitir ni castigos físicos ni castigos emocionales. No podemos ser omisos ante ninguna forma de violencia.
En cada niña y en cada niño se juega el futuro de nuestra ciudad, de nuestro país y de nuestro movimiento. No los dejemos solos. No permitamos que ninguna forma de violencia los marque para siempre.
AM.MX/fm