Por Armando Rojas Arévalo
MARICHELO: Me preguntas, no sin cierto morbo, qué me pareció “El Grito” en Palacio Nacional. A reserva de que me digas “pejelover” o que, como “el coralillo”, un amigo mío de Arriaga me pregunte airado y asombrado cómo es posible que le aplauda al “peor presidente de México”, la ceremonia me pareció, como todas las que he visto a lo largo de estos muchos años de correrías, “espectacular”, pero a diferencia de éstas, austera y genuina.
En mis años mozos de estudiante preparatoriano bajaba de mi cuarto de azotea en el edificio de las calles de Guatemala, arriba de la vidriería Laresgoiti, a la verbena popular y me divertía como aldeano al que sueltan de repente. Después, como reportero de la fuente presidencial ya no me mezclaba con el “infelizaje”, como un amigo mío califica al pueblo, sino que me regodeaba con la clase “fifí” en los patios de Palacio Nacional y le entraba con fe de huérfano sin casa ni hospicio al pantagruélico banquete (Gargantúa y Pantagruel es un conjunto de cinco novelas escritas en el siglo XVI por François Rabelais. Narra la historia de dos gigantes: Gargantúa, y su hijo Pantagruel. Mucho humor escatológico, además de una buena dosis de violencia) y a la cantina donde la champaña y lo que quisieras corría a raudales. Viví los dos extremos, así que puedo establecer bien las diferencias entre unos “gritos” y éste, el de hace dos noches.
El primer “grito” de LÓPEZ OBRADOR como Presidente me parece –sin ganas de quedar bien con él- austero. El Presidente y su esposa caminaron solos hacia la sala del balcón central, sin la valla de invitados que aplaudían al paso del mandatario y criticaban el vestido de la primera dama en turno. Y se instalaron en el balcón sin hijos ni invitados “especiales”, lo cual fue digno de aplauso, porque el invitar a la prole ya tenía al pueblo hasta la madre.
No hubo rechifla en el zócalo. Claro, los amlovers gritaron “es un honor estar con López Obrador”, “no estás solo”, ”Sí se pudo”, etcétera. La figura solitaria de AMLO en el balcón, no sé por qué me hizo remitir al “Otoño del patriarca” de GARCÍA MÁRQUEZ.
Esta vez no me llegó invitación, y te juro que no extrañé, porque ya tenía dispuesto irme a Cuernavaca a ponerme como “apache mariguano” en la fiesta en un hotel cerca de la casa. Mil 500 por persona para comer y tomar lo que quisieras. Sé que las invitaciones para la ceremonia dentro de Palacio Nacional comenzaron a llegar desde la semana pasada. Sólo fueron invitados los integrantes del Gabinete legal, el gabinete ampliado y subsecretarios, cada uno con un acompañante, más 90 embajadores en México. Quinientos. Me cuenta un “cuije” que fue a cubrir por fuerita, que no hubo cena de gala, sino antojitos mexicanos distribuidos en mesas como si fuese buffet y pequeños anafres para mantener cada plato caliente. La cena Hubo pambazos, sopes, tostadas de picadillo, de pata, tacos dorados, y tacos de guisado como chicharrón en salsa verde y tamales. Total, nada que fuera espectacular. Nada parecido por su humildad a lo que cenamos Ros y yo en la fiesta del hotel.
YA ME EXTENDÍ, así que me remito a otros tópicos para decirte, como La Chimoltrufia, que así como opino de una cosa, opino de otra. AMLO ha dicho cientos de veces que no habría nuevos impuestos ni incrementaría los que ya están. No tiene palabra. El 14 de septiembre subieron las cuotas de las autopistas. Antes costaba ir a Cuernavaca, 103 pesos por auto, a partir de ese día cuesta 107 pesos. El peaje de Cuernavaca-Acapulco, 466 pesos en lugar de los 452.
MIENTRAS, LOS POLICÍAS FEDERALES, que se supone deben vigilar el orden y la tranquilidad, son los primeros en ultrajar la ley. ¡Nueve horas duró su bloqueo el viernes, en el aeropuerto! Poca madre.
LÓPEZ OBRADOR debe disculparse ante el pueblo de Chiapas, por el ultraje que le ha hecho. Primero, rehabilitó como senador a MANUEL VELASCO COELLO –con el encargo de ayudarle a cabildear con los senadores las leyes que están pendientes de aprobar. (Después te hablaré del pacto entre VELASCO y MONREAL, su compadre, para acuerpar a éste rumbo a la Presidencia de la República)- y ahora ratifica a JUAN SABINES GUERRERO como cónsul en Orlando, Florida. LÓPEZ OBRADOR sabe las pillerías y el grave daño que los dos ex gobernadores chiapanecos le hicieron al Estado y aun así los premia. Eso no tiene nombre.
LOS SUCESOS VIOLENTOS que han ocurrido en las dos últimas semanas en los campus de la UNAM en Ciudad Universitaria, no deben ser analizados fuera del contexto de la sucesión en la Rectoría. Todo lo que se diga en torno a ellos, desligándolo de dicha sucesión, es puro cuento.
Hay un grupo que quiere a la fuerza, a como de lugar, quedarse con la rectoría y en ello no mide consecuencias. Para académicos, trabajadores y bases estudiantiles bien informadas esto es bien sabido y bien conocido.
Esa corriente está a todas luces en contra de la reelección del doctor GRAUE, porque acabaría con las ínsulas de poder que han construido. Empero, juegan con cartas que AMLO no quiere ni en pintura. Por ejemplo, LUIS RAUL GONZÁLEZ PÉREZ, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se ha declarado abierto enemigo del presidente de la República. Otro que no quiere el del dedo decididor es el director de la Facultad de Derecho, RAUL JUAN CONTRERAS BUSTAMANTE.
La corriente que se opone a la reelección de GRAUE está por sacar otra carta, la de la doctora ROSAURA RUIZ, directora de la Facultad de Ciencias, quien, dicho sea de paso, no podría ser candidata en las actuales circunstancias, porque como miembro de la Junta de Gobierno está imposibilitada de buscar la Rectoría. Lo de menos es hacerle modificaciones a la Ley y entonces, sí, ROSAURA la tendría asegurada.
OCTAVIO SOLIS, académico, sociólogo, consejero universitario, afirma en la revista “Consideraciones” que el trasfondo de los paros en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y el vandalismo en Rectoría son una expresión política aglutinada en Futuro 21, curiosamente a unos días de que salga la convocatoria para el proceso de designación de Rector.
Dice: La rectoría es lo único que les queda a ciertas figuras como JOSÉ NARRO, de lo contrario, Futuro 21 -su última apuesta política-, no tendrá futuro. Dicho de otra manera, ese grupo político no tiene nada que perder, por lo que en las próximas semanas veremos más escenas extrañas y sin aparente razón.