MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Lo suyo, lo suyo, dice, no es la venganza contra sus antecesores. ¿No? Pero ya los jodió desde el púlpito, como Torquemada los echó a la muchedumbre para el linchamiento en la plaza principal.
¡Ah!, en el Zócalo no, porque lo afean, como las feministas que pintarrajean la fachada de Palacio, su Palacio, Nacional. ¡Faltaba más!
¿Recuerda usted cuando les dijo que protestaran pero, por favor, por su mamacita, no pintaran las paredes de Palacio? En serio, acuérdese.
Pero lo suyo, lo suyo, no es la venganza, dice Su Alteza Serenísima con esa mueca de desprecio que le caracteriza como cuando espetó ¡fuchi, caca!
Dirá, entonces, el ex presidente Enrique Peña Nieto, qué bueno que el licenciado Andrés Manuel I no es vengativo, pero ya le echó a perder la tranquilidad del retiro, ¡no!, menos, el sueño.
Bueno, sale y vale, no es vengativo pero el tema de las transas millonarias de Peña Nieto, tratado hace tres semanas incluso por Pablo Gómez sucesor de Santiago Nieto en la UIF, fue recuperado ayer justo cuando hay otros asuntos de interés nacional en la agenda. Bien listo.
La estrategia es distraer y restar presión al desmadre de las huestes de Morena que, el pasado fin de semana, nos despacharon una magistral exhibición de la democracia al estilo 4T que implica agarrarse a madrazos en la disputa por el poder, en la máxima de “aquí nomás mis chicharrones truenan”, un ensayo de cómo perder el poder en manos de las tribus morenistas.
Aunque para Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I, lo que ocurrió en la elección de consejeros al Congreso Nacional de Morena fue peccata minuta, nomás unas cachetadas, sillazos, patadas en la cabeza y donde cayera, robo de urnas y la quema y embarazo de otras en nombre de la democracia guinda. ¡A poco no!
Y algo así como el nivel de la bravuconada frente al presidente Biden mientras el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, lo desnuda en esa postura de haberse doblado apenas y le llegó la advertencia de que, o le echaba la mano con blindaje de la Guardia Nacional en la frontera para contener a la avalancha de indocumentados, o le aplicaba aranceles, cuando ya le había dado una probadita con el acero que le pegó a la industria automotriz.
Y se dobló de fea forma ¿en decúbito dorsal?
Pero, pero… como que había interés del licenciado presidente por hablar de todo menos de lo que ocurre en el Corporativo Morena, porque si la violencia no fue generalizada en los 553 centros de votación y sólo 19 no se instalaron, las imágenes y denuncias de acarreo y pago por el voto recorrieron todo México y el mundo.
Y eso apena, evidencia que Morena, S.A., tiene tantos problemas internos que hubo quienes al unísono del Duce Andrés Manuel I dijeron que no pasaba nada, porque es normal e inmediatamente se fueron al pasado en busca de la muletilla, el pretexto, porque no se parecen a los de endenantes.
Por eso, sin mediar pregunta, el licenciado presidente trajo a colación el caso de la colega Reyna Haydé Ramírez –la que le leyó la cartilla– para decir: “(…) me informaron de que estaba ya tramitando el irse a España, o sea, antes. Ya cuando vino aquí ya sabía que se iba a ir a España”.
“(…) Entonces, no vamos nosotros a perseguir a nadie, a reprimir a nadie, es una cuestión de principios. Y decirle que puede venir las veces que quiera, que no hay ningún problema”.
Y es que, ¿qué cree? Su Alteza Serenísima alzó el báculo y reiteró: “repito, no somos iguales, nuestro gobierno no reprime, aunque quieran inventar cosas. Porque les gustaría mucho el poder decir: ‘Todos son iguales’.
“No, no somos iguales, nosotros condenamos la represión, no somos cómplices de represores, no nos callamos ante la tortura, ante masacres, no hay impunidad, por eso tenemos autoridad moral, y las veces que sea lo vamos a estar recordando”, ¡recórcholis!
Así, Su Alteza Serenísima volvió por la senda pulida de tanto ser usada para cuestionar a Raymundo Riva Palacio de quien recordó ya habla de fraude para la elección federal de 2024.
¿Sabrán algo de prospectiva política el licenciado presidente y la señora García Vilchis? Lea usted lo que dijo.
“Fíjense que faltan como más de dos años para la elección, o dos, va a ser en junio, ¿no?, del 24, y ya están hablando de fraude. Cuántas cosas pueden pasar, no sabemos qué nos depare el destino.
“Pero ¿quién es el señor Riva Palacio? Pues vocero de Salinas de Gortari, uno de tantos, y los del Reforma pues representantes de los traficantes de influencia que se hicieron inmensamente ricos durante el periodo neoliberal”.
En esas andaba cuando le salió lo patriota como cuchillito de palo que no corta, pero cómo jode, y atizó el bracero con los indocumentados que han sido actores de la tragedia en la carretera y retomó el caso de sus antecesores, Enrique Peña Nieto a la cabeza.
—¿Políticamente cuál sería su posición, señor presidente?—le preguntó alguien que se ostenta periodista
—Bueno –respondió Andrés Manuel I–, ya políticamente mi postura ya la he definido muchas veces: yo planteé que el Ejecutivo, el presidente de la República, iba a presentar denuncias si la gente lo pedía en una consulta pública, que entonces sí nosotros íbamos a presentar denuncias, desde Salinas a la fecha, pasando por Zedillo, Fox, Calderón y el presidente Peña Nieto.
Y que su opinión era “no hacer lo mismo, no caer en lo espectacular y hacer lo mismo, sino que se iniciara una etapa nueva y con todo el peso y rigor de la ley se nos castigara a nosotros si actuábamos de manera ilegal y en forma corrupta, pero que no nos quedáramos anclados”.
Conste, no caer en lo espectacular, sólo “con denuncias y que predominara la venganza, y advertí: sólo sí el pueblo lo pide”.
Y el pueblo lo pidió pero, ¡caray!, no se juntó el número de participantes, de forma tal que la consulta no fue vinculatoria y desde el púlpito lo denunció, porque eso implicaba que sus antecesores retomaran la vida que él llama normal.
Pero ya pasó a joder al culto licenciado Enrique Peña Nieto.
—¿Usted haría el llamado, en dado caso que la fiscalía requiriese su presencia aquí en México, a que regrese el expresidente Peña a nuestro país y enfrente directamente las acusaciones?—le preguntó un ¿reportero?
—Eso lo tiene que decidir la fiscalía, no me corresponde a mí, y no es mi fuerte la venganza—respondió el licenciado presidente y se escuchó un largo y profundo respiro de mis vecinos, uno de los cuales aprovechó el espacio abierto donde olía a coñac y pecado para salir del clóset político y asumirse chairo.
Poco, poquísimo duró el gusto porque, despojado de sed de venganza, el licenciado presidente dijo que “no sólo es el expresidente Peña, es también el expresidente Calderón. Si no, ya hubiésemos presentado denuncia en contra de Calderón, o en contra de Fox o de Zedillo, de Salinas, de algunos de ellos. Yo ya las presenté cuando estaba yo en la oposición, pero ya creo que están en los archivos”.
¡Aleluya!, ¡Aleluya!, Su Alteza Serenísima esta despojado de ganas de cobrarse facturas personales y buscar a quien lo despertó de fea manera justo en el momento que se repetía: “no soy vengador, no soy vengador…”
Y, bueno, para finalizar tenemos dos cosas más, dijo en su turno la bachiller @LadyInfluyente Ana Elizabeth García Vilchis, quien demostró que de periodismo no sabe más allá de descalificar como Catón de petatiux. Quizá cree que prospectiva periodística es un platillo exótico.
Sostuvo que Raymundo Riva Palacio “se ha ganado a pulso un lugar en esta sección (quién es quién en las mentiras de la semana), por segunda vez mencionado, ahora es ejemplo de lo que puede denominarse como periodismo ficción”.
Y todo porque, en su columna de El Financiero, Raymundo escribió: “hay suficiente evidencia empírica para afirmar que López Obrador violará lo que sea para mantener a Morena en el poder o no entregará la Presidencia si pierde en 2024, lo que obliga a la oposición a pensar cómo le hará si este escenario se materializa”.
García Vilchis, quien seguro reprobó redacción I, acusó a Riva Palacio: “El señor se atreve a decir todo eso, pero no tiene prueba alguna, sólo son conjeturas, es puro invento, sin pruebas. Cuando un periodista inventa se dice que vuela, pero con Riva Palacio de plano nunca toca tierra”.
¡Por supuesto!, son conjeturas. Raymundo no tiene bola de cristal ni practica la cartomancia. En fin. El vengador solitito y la influyente García Vilchis, quien junto con su marido confunden entrada con salida. Digo.
COMO ME LO PLATICARON. Y fíjese que por ahí anda un personaje conocido como el líder petrolero de la 4T. ¿Por qué no? Total, no son los mismos pero se parecen harto.
Bueno, el personaje del que me platicaron responde al nombre de Gerardo Sánchez Zumaya está entrando poco a poco desde las secciones del sureste del país para influir y controlar al Sindicato Petrolero. Busca echarse a la bolsa a Tabasco, Veracruz y Oaxaca y luego brincar a las secciones del centro y norte del país.
Sí, sí, tiene sueños de grandeza porque quiere ser la nueva edición de los viejos petroleros como Joaquín La Quina Hernández Galicia y Salvador Barragán Camacho, cuyos métodos gangsteriles tiene bien aprendidos y los está usando.
Dicen los que saben que trae un buen padrino político. Hay hasta quienes lo ven como gallo para suceder al interino de Adán Augusto López Hernández y, quienes lo conocen, advierten que ya trabaja para hacer una buena base social y perfilarse como un serio aspirante por Morena a la gubernatura de Tabasco. O sea. Conste.
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