sábado, abril 20, 2024

DE ENCANTOS Y DESENCANTOS: Del susto a la angustia tras un sismo

*Mónica Herranz

 

Y así, a muchos ya dormidos y a otros ya a punto de dormir es como nos sorprendió esta noche- madrugada el temblor, que dicho sea de paso, un buen susto nos dio. Cada persona, de acuerdo a su estructura de personalidad y a su historia, podrá reaccionar de diferente forma frente a un evento de tal magnitud.

 

Afortunadamente, como país, tenemos una muy buena cultura sísmica; los simulacros y la educación respecto a los temblores es de las pocas cuestiones que, independientemente del gobierno que esté al frente de la ciudad o de cualquier estado, se mantienen vigentes, actualizadas y en constante práctica, lo que ha favorecido que como sociedad podamos estar preparados para saber cómo reaccionar cuando la tierra se sacude como lo ha hecho esta noche.

 

Sin embargo, por más protocolos y simulacros, para muchas personas es inevitable entrar en un estado intenso de angustia durante y después del fenómeno. Y ¡ojo! asustarse o asustarse mucho no es lo mismo que entrar en un estado intenso de angustia. Asustarse tiene que ver con que se active  un estado de alerta por una posible situación de riesgo; entrar en angustia intensa tiene que ver con sobre reaccionar o paralizarse frente a dicha situación.

 

Como decía anteriormente, la historia personal incide de manera determinante en el tipo de reacción que se pueda tener, así, no es lo mismo cuando es la primera vez, que cuando se han tenido algunas experiencias de intensidad moderada y sin consecuencias, que cuando se han tenido vivencias de consecuencias trágicas como las del terremoto de 1985.

 

En cuanto a las características de personalidad, hay estructuras más ansiosas que pueden tener una reacción menos favorable frente a este tipo de eventos. Y la cuestión y ahí también la importancia entre la experiencia previa y las características de personalidad, es que cuando se tiene una estructura ansiosa y además, una experiencia previa trágica, es cuando la reacción tiende a ser menos favorable.

 

Ahora, ya descrito este cuadro, ¿qué hacer si hay una reacción intensa de angustia después de un sismo?. Vale le pena mencionar que una parte de lo que hace que pueda presentarse angustia intensa es la idea de que sobre la situación que acaba de suceder no tenemos control alguno y además puede volver a suceder. Esa ausencia o esa sensación de falta de control genera frustración e impotencia y un sentimiento de indefensión, factores que incrementan la angustia. Entonces, parte de lo que se puede hacer es aceptar que la situación es así y tratar de comprender que el hecho de angustiarse no modifica tal condición, es decir, no porque me angustie más voy a lograr tener control sobre la situación, pero  lo que sí se puede lograr es tener control  sobre uno mismo o tratar de reestablecerlo para volver a una situación de calma.

 

Hay que, propositivamente, tratar de evitar los pensamientos catastróficos, es quizá más conveniente en dado caso, durante y posterior al temblor, concentrar la atención en tratar de ponerse a salvo y revisar el entorno, que es algo que sí está en sus manos y no en pensamientos que incrementen la angustia y puedan por lo tanto entorpecer también la reacción.

 

Otra sugerencia es hacer lo posible por controlar y regular la respiración, esto ayudará también a que el ritmo cardíaco se vaya reestableciendo y por lo tanto el resto del organismo vaya volviendo a la normalidad. Cuando no se hace por controlar la respiración se puede ir desde un estado de agitación intenso hasta llegar a un estado de hiperventilación que derive en un desmayo o desvanecimiento.

 

Para controlar la respiración, aunque el efecto tarde en llegar unos minutos, se deben hacer inhalaciones profundas y lo más prolongadas posibles para luego exhalar detenidamente. Puede suceder que en un primer momento no logre que la inhalación sea prolongada, y aunque sea así, hay que continuar tratando, cada respiración será un poco más profunda que la anterior y ayudará a que se vaya regulando tanto la taquicardia como la respiración. Si usted está más tranquilo y se encuentra con alguien que está en plena angustia y con la respiración muy agitada, puede pedirle que lo mire a los ojos, para que concentre la atención en usted e indicarle, darle firmemente la instrucción, de que respire con usted y muéstrele cómo hacerlo sin dejar de tener contacto visual, hasta que tal persona pueda hacerlo por sí misma.

 

Una sugerencia más, es tratar de no consumir estimulantes posterior al evento ya que esto lejos de ayudar dará al organismo elementos para mantenerse sobrealerta. Es por ejemplo, más recomendable tomar un té, agua, una infusión o en caso necesario y bajo prescripción médica, un ansiolítco, que café o bebidas estimulantes del sistema nervioso. Y claro, si es necesario, si la angustia es tan intensa que no es controlable, entonces lo recomendable es acudir a urgencias para una valoración.

 

Estas son sólo algunas sugerencias de acciones que se pueden implementar durante o inmediatamente después de que ha habido un temblor, particularmente, uno como el de esta noche que si bien y  afortunadamente no ha tenido consecuencias trágicas para la mayoría de la población, un buen susto, como decía al inicio, sí que nos dio.

 

Cabe mencionar que las estrategias aquí propuestas tienen que ver principalmente con cómo intentar regresar al organismo y a la mente a la calma tras un estado angustioso provocado por un sismo. Desde luego, independientemente de este aspecto, siempre hay que seguir el protocolo indicado por protección civil.

 

 

*Mónica Herranz

 

Psicología Clínica – Psicoanálisis

 

facebook.com/psiherranz psiherranz@hotmail.com

 

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