jueves, abril 18, 2024

En Rusia 2018, el juego colectivo se impuso al individual

Luis Alberto García / Moscú

 

*Destacó la importancia de las estrategias y no la posesión

*Los sonados fracasos de Alemania, España, Brasil y Argentina.

*Opiniones valiosas  de Jorge Valdano y Roberto Martínez.

*Luka Modric y Antoine Griezmann brillaron durante la final.

 

 

La Copa FIFA / Rusia 2018 será recordada como el torneo del Video Assistant Referee (VAR), la cita en la que ni el argentino Lionel Messi, ni el portugués Cristiano Ronaldo ni el brasileño Neymar Santos lograron brillar como ocurre en sus clubes o como pasó en anteriores confrontaciones mundialistas.

También fue el campeonato en el que España cambió de entrenador horas antes de que comenzara la gran función, y como el evento futbolístico  que reivindicó a equipos que eran considerados de mediana credibilidad por los especialistas como Croacia y Bélica, que lograron inesperados -y tal vez sorpresivos- segundo y tercer lugar en la tabla general.

Estos han sido algunos de los aspectos más destacados de la XXI Copa del Mundo de futbol, realizada en Rusia entre el 14 de junio y el 15 de julio de 2018, con la apertura entre Rusia y Arabia Saudita, y el cierre a cargo de Francia y Croacia, en 64 partidos en los cuales, dicen los expertos, la estrategia fue un puente entre el pasado y el presente

Para comenzar, ayudado por el  VAR, el área en la cual predominan los arqueros, ya no es lo que era y los árbitros lo agradecen, así como el tanteador, si se anota que, en Rusia, se han marcaron 69 goles a balón parado (40,8%), nuevo récord, cifrado anteriormente en 62 (35,7%) en Francia 98, seguido por los 56 (34,8%) de Corea / Japón 2002, los 55 (37.4%) de Alemania 2006 y los 49 (28,7%) de Brasil 2014.

Inglaterra –con su líder goleador mundialista Harry Kane, figura del Tottenham Spurs- fue la selección que más aprovechó las jugadas de estrategia, trazadas por su entrenador Gareth Southgate, aficionado al futbol americano y seguidor de la National Football League (NFL) de Estados Unidos, quien introdujo palabras como “pick ‘n’ roll”, “the stock” y “the screen”, que aparecen en su inventario técnico.

Southgate y el equipo de los tres leones británicos en su escudo nacional, firmaron nueve de sus doce goles en Rusia a balón parado, superando la marca de Portugal (ocho) en el Mundial de Inglaterra en 1966, del que el portugués Eusebio da Silva Ferreira anotó nueve.

“El de Rusia fue un mundial claustrofóbico, todo pasaba en las áreas”, ironiza el gran Jorge Valdano, campeón mundial por Argentina en México 86, anotador de uno de los tres goles albicelestes en la gran final contra Alemania en ese torneo, pensador y, sin duda, el comentarista y teórico del futbol más inteligente de estos tiempos: “Hacer goles de estrategia es como bailar con tu hermana”, dice.

También hay coincidencias cuando se afirma que Rusia 2018 fue un “golpe a las estrellas”, si se observa -en un video de despedida que presentó la Federación Internacional de Futbol (FIFA) antes de la rueda de prensa de cierre de su presidente Gianni Infantino- la imagen de un Messi a sus 31 años, cabizbajo y llorón en el duelo ante Croacia, que los sacó del torneo con un 3-0 memorable.

Los editores se olvidaron de su formidable gol ante Nigeria y de su asistencia a Sergio Agüero frente a Francia, símbolo del paso silencioso y apático del 10 por Rusia, despedido en octavos, como su archirrival Cristiano Ronaldo, autor de cuatro goles, tres de ellos ante España.

Brasil y Neymar, en cambio, ilusionaron hasta que encontraron Bélgica en cuartos de final, tomando en cuenta que el teatral jugador terminó como uno de los jugadores que más ocasiones de gol creó (23), aunque se marchó señalado por sus grotescas simulaciones y triste en su relación con la pelota: “Es difícil encontrar fuerzas para querer seguir jugando al fútbol”, se quejó ridículamente.

En Rusia, el juego colectivo le ganó a las individualidades: Luka Modric corrió como nadie (72,3 km.) y recuperó balones como nunca (56); Antoine Griezmann priorizó jugar para sus compañeros y no para la grada, como casi siempre pasa con las estrellas, que se olvidan de privilegiar el trabajo en equipo.

“Francia es fuerte defensivamente y está bien organizada en todas las zonas del campo. Sabe cómo jugar en todo momento y cómo afrontar las situaciones que le plantea el rival en cada episodio del partido”, valoró Roberto Martínez, exitoso  entrenador de Bélgica de origen español.

 “Quise sustituir a algún jugador en la prórroga que tuvimos ante Inglaterra; pero nadie quería salir. Todos decían: “estoy bien”. Nadie se rindió. Siempre mostraron carácter”, dijo Zlatko Dalic, el técnico de Croacia, quien tomó a la selección subcampeona del mundo en octubre de 2017.

“Somos 22 guerreros. Trabajamos todos juntos, los que juegan y los que no”, completó Modric, el capitán del grupo balcánico, estrella refulgente del Real Madrid. “Por primera vez en una década, lo físico se impuso a lo técnico y lo colectivo a lo individual”, remató a su vez Jorge Valdano en uno de sus comentarios televisivos.

España, monarca absoluta  de la Copa FIFA / Sudáfrica 2010 con un gol de Andrés Iniesta en la final de ese campeonato, después de conseguir lo nunca visto en la historia del futbol europeo -la Eurocopa 2008 y la Eurocopa 2012-, ha transitado de fracaso en fracaso, con un acontecimiento que la afectó seriamente antes de iniciarse el torneo ruso, cuando Julen Lopetegui renunció al cargo de seleccionador para dejar su lugar a Fernando Hierro.

En Brasil, los españoles –marcados favoritos para Rusia 2018-, se despidieron a las primeras de cambio, en la fase de grupos; en Francia 2016, cayó en octavos ante Italia, con el mismo resultado, cuando la anfitriona los echó en el primer partido de la fase de eliminación, en la tanda de penales.

Hierro, que reemplazó a Lopetegui dos días antes del inicio de la Copa del Mundo, abandonó su cargo, y Luis Enrique Martínez tomó las riendas de un equipo llamado a mirar al futuro con incertidumbre, recordando nostálgica y tristemente un pasado nada lejano.

Tener la pelota no se tradujo en superioridad, ni en control del partido, mucho menos en resultados, si se analiza el papel de las tres selecciones que más posesión del balón ostentaron en Rusia, que fueron España (74,67%), Alemania (71,98%) y Argentina (65,92%).

Sin liderazgo, con desgaste físico y anímico evidentes y sin la clase mostrada cuatro años atrás en Brasil 2014, la campeona del mundo dirigida por Joachim Low, quien renovó contrato hasta después de 2022, quedó eliminada en la fase de grupos, después de perder ante México (1-0) y Corea del Sur (2-0), y vencer (2-1) a Suecia con un gol agónico de Toni Kroos.

“La posesión sola ya no gana. La manera en que equipos como Suiza, Islandia o Dinamarca han defendido, con gran densidad de defensas atrás, pero hoy es casi imposible jugar así, porque los diez jugadores contrarios juegan juntos, y así es difícil encontrar espacios”, aseguró Valdano

Para el ex madridista, hubo una Sudamérica fantasma, aoyánose en números que no permiten fantasear: “De los 21 campeonatos mundiales que se han disputado, doce se lo quedaron en Europa y nueve se fueron para América del Sur y, en Rusia, Perú se despidió en la fase de grupos; Argentina y Colombia en octavos; mientras que Brasil y Uruguay en cuartos”.

“Nos hemos vuelto locos con la obsesión por ganar y los jugadores salen muy jóvenes a Europa”, advierte Valdano: “No es una sorpresa lo que sucede. Brasil ya no es igual, por más que trata de volver al futbol alegre y bonito”.

En resuman, dice que hubo la presencia de buenas selecciones, con algunos grandes jugadores como Neymar, pero ya no son claras favoritas: “Con Argentina pasó lo mismo, no se acompañó a Messi”.

Eduardo Andrade, el irrepetible “Tostão” del tricampeón Brasil de 1970, concluye diciendo que hay que desarrollar al ser humano: “Un futbolista mejor formado también será más inteligente y mejor en la toma de decisiones en el campo”.

También el torneo de Rusia evidenció la gran cantidad de futbolistas que juegan en el extranjero: de los 91 jugadores que formaron parte de las plantillas de los cuatro semifinalistas, 41 juegan en la liga inglesa (45%), y en cualquier caso, el grupo completo de Gareth Southgate está en la Premier League que tiene al Manchester United, Chelsea, Arsenal, Manchester City y Liverpool como sus mejores exponentes.

Sin embargo, la liga que más abasteció a la gran final entre Francia y Croacia el 15 de julio de 2018, fue la española, con tres croatas -Iván Rakitic, Luka Modric y Sime Vrsaljko-, y siete franceses que también juegan en ella: Griezmann, Lemar, Varane, Umtiti, Lucas, Nzonzi y Dembélé.

Así pues, este es un análisis que resume lo ocurrido en un mes de futbol irregular, sin llegar a considerar que esta fue la Copa del Mundo más brillante en ese plano, de la cual habrá temas para seguir escribiendo no solamente en torno a ella, sino de figuras, anécdotas, buenas y malas actuaciones en casi un siglo de peloteo, ante lo cual se adelanta la amenaza de continuar con reseñas y más crónicas que, en su esencia, llevarán el inigualable aroma de Rusia.

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