viernes, abril 19, 2024

EN REDONDO: Vandalismo para violentar y someter a la UNAM

Por Mario Ruiz Redondo

Las capuchas utilizadas por vándalos encapuchados entrenados para conformar grupos paramilitares de choque y desestabilización, me hacen recordar aquellos “halcones” surgidos y entrenados por los gobiernos priístas, que el 10 de junio de 1971 reprimieron con extrema una manifestación estudiantil, con saldo elevado de heridos, muertos y desaparecidos.

En aquellos días, los verdugos del régimen de la “dictadura perfecta”, como tantas veces calificó el peruano premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, no se vistieron a la moda ni tampoco usaron capuchas, como ahora en que por segunda vez la cobardía de los “políticos-gobernantes” del tricolor, ha pasado a la historia, suplantado en el poder por los ex priístas incrustados protagónicamente en la neo estructura del poder denominada 4ª Transformación del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

En tiempos del Presidente Andrés Manuel López Obrador, los actos de violencia terrorista que ahora ocurre en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que él como yo somos contemporáneos egresados de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, no se pueden achacar a los “neoliberales del pasado”.

La coincidencia en la intención destructiva de lo bueno en México, es la misma. Ayer, el afán de ver a la Máxima Casa de Estudios como botín avasallado por los políticos y hoy el mismo propósito que se mantiene en la mente de los perversos oportunistas, que activan ofensivas para conseguir el mismo propósito de someterla a sus caprichos.

Uso de mujeres vestidas con pantalones, blusas y capuchas negras, por aquello de la “igualdad de género”, para violentar y desvirtuar las manifestaciones que en 2019 realizaron grupos femeninos en protesta por la violencia impune en contra de niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, que siguen manteniéndose en absoluto estado de indefensión, ante la indiferencia de la jefa de Gobierno de la capital del país, Claudia Sheimbaun Pardo.

Anonimato que ya no se puede atribuir a los gobiernos priístas y panistas, porque estos grupos de delincuentes actúan bajo la protección de las fuerzas de seguridad capitalinas y federales, como sigue registrándose en cada uno de sus actos programados con objetivos bien definidos.

Toda una estrategia paramilitar que ha dado excelentes resultados para los intereses distractores de índole mediático, que a su paso dejan una huella plena de terror y zozobra, mediante el uso de “bombas molotov”, para luego desaparecer en la oscuridad, cubiertos por el manto de quienes desde la esfera gubernamental los patrocinan.

Recuerdo, Presidente, de nuestros tiempos de la década 70 en la FCPS y en todos los planteles de Ciudad Universitaria, existían y operaban los “comités de lucha de corte marxista-leninista”, que utilizaban este tipo de bombas incendiarias para “intimidar al enemigo capitalista”.

Radicalismos que vuelven a las avenidas como reforma y Juárez, para distorsionar todo tipo de marchas y concentraciones que demandan justos reclamos a un Gobierno de la República, cuyo Presidente pareciera dar marcha atrás a sus compromisos con los más pobres de México, bajo un esquema de improvisación por la probada incapacidad de la mayoría de sus funcionarios, salvo honrosas excepciones que hablan por sí mismas en su quehacer diario.

Avance irremediable hacia la mitad del sexenio en 2021, que será sin duda el parteaguas que definirá el rumbo de una nación, en cuanto a que su clase gobernante demuestre que los 30 millones de ciudadanos que votaron por los candidatos de MORENA, de un total de 88 millones de empadronados, no se equivocaron en lo que se ha reiterado como la forma del inicio de la creación de una nueva estructura política-económica, como país.

Visión equivocada, Presidente, de seguir considerando a la Universidad Nacional Autónoma de México, como un objetivo fácil de manipular como creen sus más cercanos colaboradores, pues debe recordar que muchos han sido los intentos por doblegarla y demasiados los fracasos por acallarla.

Recuerde Andrés Manuel, que desde su fundación en 1910, por Justo Sierra, con el nombre actual, se transformaría en la gran Ciudad Universitaria en un espacio de más de 7 kilómetros cuadrados, superior al territorio de la Sede de la Iglesia Católica Mundial, Ciudad del vaticano (4.4 kilómetros cuadrados), en tiempos de Miguel Alemán Valdés, ha sido fuente inagotable del ejercicio de la libertad de expresión popular, como bien lo establece la frase que la define: “Por mi Raza Hablará el Espirítu”.

Como egresado de la UNAM, y compañero de Facultad, me atrevo a enviarle Presidente, desde este espacio de CUARTO PODER en Chiapas, el exhorto como ciudadano, para que sus correligionarios “izquierdistas” de escritorio, que toda su vida se la han pasado haciendo castillos en el aire, viviendo a expensas del presupuesto y apoyados en su disfraz de “revolucionarios”, dejen en paz a la Universidad más importante de México y de América.

No permita, como Jefe de la Nación, que sigan descargando sus fobias intestinas en contra de una institución que ha servido bien al país y continúa en la misma ruta de coadyuvar con sus egresados e investigaciones, sirviendo al desarrollo y progreso de 130 millones de mexicanos.

Ahí está el mensaje, al que me sumo, de Enrique Graue, uno de los mejores rectores de nuestra Alma Mater, que sale al paso ante la enésima embestida de grupos fascistas que manipulan a jóvenes de la Preparatoria 9, que mantienen reclamos justos ante la inseguridad y barbarie que imponen enfermos mentales que atentan contra las jóvenes estudiantes para desvirtuar su lucha, al insertar en ellos grupos extremistas que han elevado sus niveles de agresividad e impunidad, al lanzar bombas incendiarias al interior de la planta baja del edificio principal de gobierno en CU.

¿Dónde están los Servicios de Inteligencia del Estado, que seguramente tienen toda la información de quiénes integran estos grupos de índole terrorista, pero sobre todo de quiénes están detrás?

El ocultar el origen y los móviles y especialmente proteger la impunidad con que actúan, evidencia que el oficialismo está detrás, con el objetivo único de desestabilizar a la UNAM, como lo denuncia en conferencia de prensa, este miércoles 5 de enero, el titular de la Rectoría, quien de paso advierte que “los provocadores no lograrán desestabilizar a la Máxima Casa de Estudios. Les digo que no lo conseguirán, que tenemos lo que buscan, que no lograrán que escalemos con violencia lo espurio de sus pretensiones”.

Lucha permanente de Graue, contra los enemigos de la Universidad Nacional en sus primeros cuatro años al frente de la institución educativa, que reactiva en su segundo período, después de sortear los intentos de la nueva clase en el poder, por evitar su permanencia crítica, que le llevan a solicitar a las autoridades, como lo hicieron su antecesores en situación similar, que investiguen, ubiquen, detengan y apliquen la ley, a los responsables de los destrozos ocasionados el martes 4 de enero en el edificio de Rectoría.

La posición de la UNAM, es contundente al afirmar que se trata de una provocación abierta de grupos violentos que han intentado paralizar a toda costa las actividades académicas, al tomar planteles y atentar contra el espacio principal de Ciudad Universitaria, donde arremetieron contra los vidrios contra los vidrios de la fachada, hicieron pintas y prendieron fuego a la puerta principal del edificio, poniendo en riesgo la integridad física de quienes ahí trabajan como funcionarios y empleados administrativos.

Denuncia que las autoridades federales y de la ciudad de México no escuchan, al atribuir la Máxima casa de Estudios del país tales acciones delictivas, a grupos violentos que se presentan en los planteles escolares, armados con mazos, picos, varillas y artefactos explosivos como petardos y bombas “molotov”, para amedrentar a las comunidades estudiantiles que los rechazan, a las que confrontan, insultan y vejan, como respuesta.

Toda una estrategia basada en la manipulación de los estudiantes, que apoyados por los encapuchados vestidos de negro, han paralizado 72 horas los planteles 3, 5 y 9 de la Escuela Nacional Preparatoria, los Colegios de Ciencias y Humanidades de Vallejo y Naucalpan, además de las Facultades Arquitectura, Filosofía y Letras, y Ciencias Políticas y Sociales, en protesta por la violencia de género en territorio de la UNAM.

Don Enrique Graue tiene absoluta razón, cuando asegura que al igual que el país, la Universidad Nacional Autónoma de México, vive también tiempos agitados y violentos, de inseguridad y descontento. Lo mejor, advierte, es tenerla tranquila. Con eso todo fluye.

Responsable principal como rector de una comunidad de 400 mil personas, integradas por académicos y estudiantes, que no rehuye en ningún momento el sentido crítico de la realidad de la nación, donde afirma. Hay desesperanza en los jóvenes, por lo que la UNAM y el gobierno federal deben buscar dar más oportunidades de trabajo a la juventud para que no haya descontento social.

Por ello, rechaza la violencia, la sinrazón y las provocaciones al interior de la institución, pues a todos ofende y lastima. Confianza en que el pueblo, el Estado y los universitarios, se manifieste en contra de los atropellos vandálicos y delincuenciales para que no queden impunes, en tanto la Rectoría a su cargo seguirá siendo sensata y prudente, pero no será conformista ni indiferente.

Fiel a su estilo de enfrentar directamente los problemas que atañen a su investidura, el rector Graue manifiesta que no le intimidan las amenazas y que actuará en consecuencia a los ultrajes sufridos.

Acepta lo que México vive, son tiempos agitados, mientras precisa que desde 1551, cuando se impartió la primera cátedra universitaria en el país, la universidad ha estado

muy arraigada a la historia nacional y por eso no es de extrañar que sufra también en estos tiempos cambios y transformaciones.

Considera que en buena medida, en muchos de los cambios que ha tenido el país la Universidad ha ido por delante. Los eventos de Tlatelolco, en 1968, son un buen ejemplo de esto y tenemos una democracia hoy en día que es muy difícil de desligarla de aquellos eventos.

En el inicio de la década de los años 20 del siglo XXI, la UNAM, es un fiel espejo de nuestra sociedad. A veces, hay inquietudes irracionales. La serie de ataques de los que hoy es víctima la Máxima Casa de Estudios de México, son por demás irracionales y condenables, por lo que la sociedad nacional espera una pronta respuesta del Estado, para dar con los responsables y hacer válida la cantaleta de siempre de que nadie estará por encima de la ley.

Redacción/dsc
Redacción/dsc
Periodista en crecimiento; siempre buscando algo que contar.

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